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Si
a Juanito Valderrama le hubiera cogido el ataque a Pearl Harbour
en Nueva York, como parece japonés, hubiera acabado con su
rosario de cuentas en un campo de concentración. Tras el ataque
al coloso, muchos americanos de origen japonés o inmigrantes
nipones que buscaron trabajo en California como cuando la
construcción del ferrocarril, fueron declarados por la sociedad
americana culpables colectivos de Pearl Harbour. Los asesinatos
en masa del 11-M han sido nuestro Pearl Harbour y nuestras
Torres Gemelas, todo en una pieza. Fue bingo la inicial línea
secundaria de investigación que seguían los que informaban a la
oposición y a "un poder fáctico fácilmente reconocible" antes
que al Gobierno al que había que dejar por embustero. Fue el
terrorismo islámico. Dicho así. No ya en los medios de
comunicación; ni en la calle he oído la que hubiera sido la
frase cantada: "Han sido los moros". El musulmán, el mahometano,
el magrebí, el árabe, eran genéricamente en España "los moros".
Desde lo alto de Covadonga, siete siglos de Reconquista avalaban
esa denominación. Borrada de la noche a la mañana. A pesar del
dolor, todo el mundo cita a los autores de los asesinatos en
masa en términos más que políticamente ultracorrectos:
terroristas islámicos, fundamentalistas de Al Qaeda, nunca
"moros". No se ha levantado el menor sentimiento de xenofobia
contra los inmigrantes norteafricanos, contra las comunidades
musulmanas.
Lo he visto en el barrio de mi suegra, como ya
dije. En una esquina del barrio de mi suegra hay una socorrida y
atrayente tienda de los veinte duros, propiedad de un marroquí.
El que está en esa esquina vendiendo lejía baratísima es en el
barrio, perdón, "el moro de los veinte duros". Nadie en estos
días le ha dicho una palabra más alta que otra al moro de los
veinte duros. La gente ha seguido comprando en la tienda del
moro. No ha entrado el menor "síndrome Pearl Harbour" de una ola
racista. Ni a Hakim, el heredero musical de Emilio el Moro, lo
han metido en un campo de concentración como hubiera acabado
Juanito Valderrama en la América de 1939. No ha habido el menor
brote de xenofobia ni de racismo, a pesar de las decenas de
marroquíes detenidos como autores de los asesinatos.
¿Somos tan tolerantes y antirrascistas como
nos dijeron? Puede ser. Quizá con nuevas direcciones. El español
lleva dentro una reserva espiritual de Occidente de intolerancia
que por algún lado tiene que romper. Se contiene con los
marroquíes y con los musulmanes, pero se inventa otros chivos
expiatorios. Después del 14-M nadie ha linchado a ningún un
moro, gracias a Dios y a Alá. Pero sí han linchado y siguen
linchando, moral y políticamente, a muchos cristianos: a los
cristianos del PP. Es una intolerancia cambiada de signo.
Tolerancia cero con los perdedores. A efectos de linchamiento,
Aznar y el PP son ahora como los moros en las Navas de Tolosa.
Vista Alegre tenía el otro día algo de pueblo perseguido que
reza ante de la que le van a dar. Que recen lo que sepan. Falta
les va a hacer.
Sobre el 11-M y el 14-M en El Recuadro
-
"¿Qué Gobierno
está en funciones?"
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11-M, con M de Madrid
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Madrid, del 28-F al 11-M
-
"Ganas de esperar"
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"La niña de Guadix"
-
"Dos bofetadas"
-
"Basta ya de jornadas
históricas"
-
"La almohada de Chaves"
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"Por qué Gallardón no
fue Giuliani"
-
"Un SMS de premio,
pásalo"
-
"Rodríguez"
-
"Somos así, señora"
-
Apuntes sevillanos de Abel Infanzón en "La Ese 30"
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