stamos
a merced del "share". Todos somos un "target" del "share" de las
cadenas de TV. Es la dictadura de la audiencia. Ni Hitler en la
Alemania del III Reich tenía tanto poder como una hoja, una
simple hoja de papel, que todas las mañanas llega a los
responsables de las cadenas de TV. Ese papel es el que manda. Se
hace lo que diga el "share". Por tener un 40 por ciento de la
audiencia aquí se muere y se mata. Y para ganar "share" se
programa lo que haya que programar. El cliente siempre tiene la
razón.No sé si el presidente Rodríguez,
vulgo Zapatero, ha trabajado en el estado mayor de alguna TV,
pero si no es así, lo disimula perfectamente. Desde que obtuvo
el legítimo poder emanado de las urnas, se ha aplicado el cuento
de las televisiones y ha sustituido el programa electoral por el
"share" de los gustos del consumidor, que en este caso es el
productor de votos. ¿Incumplimiento del programa electoral? No
hay mejor programa electoral que adivinar los gustos del
público, que complacer al "share". Lo que hace el presidente es
como lo de aquellos cantores melódicos llamados vocalistas que
actuaban en las ferias de los pueblos y que decían:
-- A petición del público ahora voy a
interpretar el bonito bolero que lleva por título "Carpintero,
carpintero".
Al solo anuncio, ovación del distinguido
público de la sala. Lo del presidente es algo así. A petición
del público ahora voy a interpretar el bonito bolero que lleva
por título "Regreso de las tropas de Irak". Ovación cerrada.
Tras interpretarlo triunfalmente, anuncia que a petición del
público va a cantar el bolero de la retirada del Plan
Hidrológico. Otra ovación. A petición del público voy a reformar
la Constitución. ¡Bien! Y los Estatutos, serán reformados a la
carta. No a la Carta Magna. A la carta siempre ganadora del
favor de corriente. Los niños cateados no tendrán que repetir
curso, siempre a favor de corriente. Y el salario mínimo arriba,
y paridad de sexos en todas las listas. Lo que haga falta. "Que
no farte de ná". Y a la carta, nada de menú del día.
Y todo esto, envuelto en el talante y en la
sonrisa. Tiene razones para sonreír, porque sabe que eso es lo
que quiere la gente. El presidente es el profesor complaciente
que da aprobado general; de esfuerzos, los mínimos. ¿Que en dos
meses se van a beber enteritos los embalses del dinero publico
que el PP dejó rebosantes hasta la corcha? Da lo mismo. Mejor
gastar el dinero en bienestar social que en lejanos tambores de
guerra. El dinero está para gastarlo. Y hay que gastarlo a favor
del "share".
¿Cómo van a quedar en las elecciones europeas?
Pues usted calcule: de cine, gobernando con el "share" en la
mano, a favor de corriente. El PP no es capaz ni de hacer
contraprogramación. Siguen remando contra corriente. Esto es
como si en la regata Oxford-Cambridge uno remara a favor de
corriente y otro a contracorriente, río arriba y en marea
creciente. Así pueden durar, calculo yo, no ocho años como
dicen, sino ochenta. Por lo menos.