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me corrijan si me equivoco en la atribución de la frase
antológica sobre el obituario como género periodístico. No sé si
fue de Manuel Alcántara, si fue de Jaime Campmany, si de Vázquez
Montalbán, si fue de José Antonio Torreblanca: de qué maestro
del articulismo fue. Elogiaban a un articulista la calidad
literaria del gorigori periodístico que había dedicado a un
difunto ilustre, y tras tentarse la ropa de su oficio dijo:
-- Es que ido González Ruano, a mí los muertos se
me dan como a nadie.
Ahora los muertos no se le dan como a nadie a
ningún articulista. A quien los muertos se le dan como a nadie
es al PSOE. Y especialmente a Rubalcaba. Mucho mejor que a
González Ruano. Si hubiera premios así como los periodísticos
para quienes se les dan bien los muertos, se los llevaba todos
Alfredo Pérez Rubalcaba. Cava Rubalcava la fosa de la
demagogia sobre las catástrofes, traficante de desgracias
ajenas, y les saca a los muertos mucho más partido que Angelillo
al entierro de la hija de Juan Simón. Han encontrado un filón
electoral y demagógico en los muertos. Se les dieron muy bien
los muertos, ay, de las estaciones de Atocha, Santa Engracia y
El Pozo. Para llegar al poder, vía SMS, que es la vía española
al más de lo mismo, como la de Allende era la vía chilena al
socialismo, utilizaron sin escrúpulos a los muertos del 11 de
marzo. Y en la técnica militar de explotación del éxito, ya que
la cosa va de caqui, ahora se les dan como nadie los muertos del
Yak-42. 11-M o Yak-42, no importan estas fechas por dentro de un
anillo del dolor en una viuda, en una madre, en una novia. Lo
que importa es que esa fecha por dentro esté grabada con el
punzón de la demagogia en la alianza definitiva con el poder.
Trillo se ha quedado corto. Ha dicho que
utilizan el dolor. Si sólo fuera el dolor... Utilizan la muerte,
que es mucho más triste. Ni a los muertos los dejan tranquilos
con tal de hundir en la miseria más absoluta a sus adversarios.
Las fosas de la memoria no son solamente las de los terribles
paseos y tapias de los cementerios de la guerra civil. Ahora nos
están abriendo unas fosas de la memoria bien cercanas en el
tiempo y en el espacio. De Atocha a Turquía, aplican el
Principio Electoral de Rubalcaba, que puede formularse así:
"Cada hombre, un voto; cada muerto, medio millón de votos".
Espero que todo quede aquí, aunque no la tengo
todas conmigo. Si le han sacado tanto partido a los muertos del
11-M y a los muertos del Yak-42, no sería descartable que
siguieran. Que la próxima parada del camino que iniciaron con
los trenes de la muerte sea, por ejemplo, el camping de Los
Alfaques. O aquellos dos aviones que chocaron en la pista de un
aeropuerto de Canarias. Hasta a la catástrofe de Ribadelagos
podemos llegar con la moviola, en vista de que una vez ido
González Ruano, a Rubalcaba los muertos se le dan como a nadie.