Planeta lanza la segunda edición de "Mirando al Mar Soñé"
El último libro de Antonio Burgos se agota en las librerías en menos de dos semanas
SEVILLA.- El libro Mirando al mar soñé, publicado por la Editorial Planeta, y del que es autor el colaborador de "El Mundo", Antonio Burgos, está teniendo una magnífica acogida entre el público lector.

Mirando al mar soñé, que reúne la primera serie de los capítulos de la Memoria de Andalucía que "El Mundo de Andalucía" publica cada sábado en su contraportada, ha registrado desde su lanzamiento, el pasado 11 de diciembre, un registro excepcional de ventas convirtiéndose en un regalo obligado en las fechas navideñas.

Tras su presentación en Cádiz, en el momento en que el sol se ponía por la bahía, en menos de dos semanas se ha agotado la primera edición, según datos de la editorial.

Planeta ha lanzado ya una segunda edición, con la que espera satisfacer la gran acogida que sus lectores han dado al libro del columnista de "El Mundo", Antonio Burgos.

El Mundo, 30-12-97

Informaciones de la presentación del libro

MIRANDO AL MAR SOÑÉ

Un nuevo libro de

Antonio Burgos

Los libros de Antonio Burgos en el catálogo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos

Los libros de Antonio Burgos en el catálogo de la Biblioteca Nacional de Madrid

 

Colección:

 

Documento

Título:

 

Mirando al mar soñé

Autor:

 

Antonio Burgos

Páginas:

 

208

Precio:

 

1900 ptas.

ISBN:

 

02305-6

 

Sinopsis:

Los recuerdos y las emociones de la generación que hizo la transición, vistos con nostalgia y con humor, a través de estampas literarias que son como postales en color sepia que se sacan de un cajón y que guardamos después de aquel veraneo en que nos regalaron una bicicleta porque habíamos aprobado la reválida de cuarto. Confesionarios de los curas y multicopistas de resistencia al franquismo, motos Vespa de la película Vacaciones en Roma y las niñas que esperan que sean las siete para salir del internado... En la misma acera está fumando un chester uno de Derecho, al que le llaman «el Feo Maravilloso». En realidad se llama Felipe González Márquez. Todo ello, con estampas luminosas de Cádiz, con manifestaciones al grito de «Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía», con el Concilio Vaticano II, contado por Antonio Burgos a su aire, con su estilo brillante, irónico, vivo. Los capítulos de "Memoria de Andalucía", que cada sábado publica "El Mundo de Andalucía", reunidos en libro.

Biografía:

Antonio Burgos (Sevilla, 1943) ha dedicado a Andalucía y a Sevilla la mayor parte de su trabajo como escritor y periodista. Su ensayo Andalucía, ¿Tercer Mundo? fue clave para el resurgir del sentimiento autonómico andaluz. En su novela Las cabañuelas de agosto (Premio Ateneo de Sevilla 1982) narró el asesinato de Blas Infante, historia que continuó en Las lágrimas de san Pedro. En El contador de sombras evoca la realidad de los pueblos andaluces y El contrabandista de pájaros obtuvo el Premio Ciudad de Marbella, concedido por un jurado presidido por Camilo José Cela. Otras obra suyas son Guía secreta de Sevilla, Folklore de las cofradías de Sevilla, Sevilla tuvo que ser... Es también autor de la letra de numerosas canciones (Habaneras de Cádiz, Habaneras de Sevilla, Va por usted, Lola de España, etc.) que cantan Rocío Jurado, Carlos Cano y María Dolores Pradera. Antonio Burgos es uno de los primeros columnistas españoles y ha hecho popularísima su sección «El recuadro». Sus columnas aparecen en el diario El Mundo, en la revista Época y colabora en el programa radiofónico «Protagonistas» de Onda Cero. Por su trabajo como periodista ha obtenido premios tan importantes como el Mariano de Cavia, el José María Pemán y el Larra. Es miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

 

Publicado en el número 670 de la revista "Epoca"

El índice onomástico

Lo que hace Burgos es provocar al lector gorrón que llega,
agarra un libro, hojea en el índice onomástico,
se busca, se lee, deja el libro y se marcha

Verano de 1981, en Comillas. Cena en mi primera casa de Cantabria -la mejor casa de Comillas-, la de Adela y Perico Ibarra, entonces barones de Güell. Su hija María Victoria y su yerno Iñigo de Oriol se suman a los anfitriones. Entre los invitados, José María de Areilza, en sus momentos más lúcidos y brillantes. El ambiente húmedo invita al refugio en la casa prodigiosa. Llega José María en compañía de Antonio se Senillosa, el llorado "Seni", que tiene a Areilza de huésped de su palación de Losvia, púlpito de Lamadrid sobre San Vicente de la Barquera. En el salón, la tertulia. Sobre una mesa, el libro de memorias de Enrique Tierno Galván Cabos sueltos, que estaba leyendo Iñigo de Oriol. José María toma el volumen y hojea en el índice onomástico. -A ver qué dice mi amigo Enrique sobre mí-. Busca la página y lee en voz alta el merecido y sincero elogio.

Después de una sobremesa profesoral y magnífica dirigida por Areilza, brincada de Zumalacárregui a Telesforo Monzón pasando por la playa de Saturarrán, Areilza y Senillosa se despiden. Sobre la mesa, ha quedado el libro de Tierno. Lo tomo y busco el índice onomástico. No había índice onomástico. Areilza se sabía la página y con su hermosa vanidad bilbaina nos la había metido doblada. Daba igual, porque aunque el elogio fuera grande, pequeño quedaba para hacer justicia a un personaje como él, tan extraordinario, tan brillante, tan irrepetible.

Recibo el último libro de Antonio Burgos, mi compadre. Lo acaba de publicar "Planeta". Se titula Mirando al mar soñé y recoge una selección de sus luminosas columnas escritas para la edición andaluza de El Mundo. Recuerdos de otra época narrados por su pluma elegida. Aquellos alféreces de complemento de Montejaque, la visita de la junta directiva del Betis a la estorileña "Villa Giralda" para agradecerle a Doña María su vocación de Reina bética y forofa. Y Doña María repartiendo corbatas del Betis entre sus leales, entre los que había sevillistas irredentos. Y uno de ellos, José Acedo Castilla, que se resiste a ponerse la corbata que le ha regalado la Reina, y Doña María que le pregunta: -¿No te pones la corbata, Pepe?-; y Acedo que responde: -Señora, mi fervor a la monarquía y mi lealtad a Vuestra Majestad no llegan hasta el punto de que tenga que abjurar de mi fe sevillista-.

Un libro que nos trae ayeres locales, nombres perdidos, imágenes insólitas. Y busco en el índice onomástico con la vanidad del amigo que se sabe nombrado, y en efecto, en la "U", aparece "Ussía, Alfonso", pero sin página designada. Y el gran cachondo del Barroco que va y escribe: "Ussía, Alfonso (lo siento compadre, no vienes)". Y en el índice también sale el nombre del duque de Segorbe, en la "S". "Segorbe", duque de (me la he jugado contigo, Ignacio, pero no vienes). Y en la "G", Alfonso Guerra, que de esta guisa se reclama. "Guerra González, Alfonso, (ojú) 165". Y así, cien nombres más.

Lo que hace Burgos es provocar al lector gorrón de los Vip's, o de cualquier Corte Inglés, que llega, agarra un libro, hojea en el índice onomástico, se busca, se lee, deja el libro y se marcha con el bolsillo intacto. Los políticos domingueros lo hacen con especial ímpetu reincidente. Llegan al expositor, advierten la presencia de un nuevo libro y hacen lo que sigue: Supongamos que el político se llama Gregorio Moranchel. Toma Moranchel el libro con displicencia, y lo abre por las páginas finales. Busca afanosamente en el índice onomástico la letra "M". Nerviosismo y calambres en el estómago. Ma, Me, Mi. Mo, Monasterio, Monsolís, Montero, Moraleda...¡Moranchel! Un observador avispado deduce que Moranchel se ha encontrado en el índice. Se ajusta las gafas y lee "Moranchel, Gregorio, pág. 177". En la página 177, Moranchel lee: "Aquello salió mal por culpa del tonto de Moranchel, que llegó a la Comisión con una copa de más". En ese caso, Moranchel, mira avergonzado a todos los puntos cardinales y deposita con mucho cuidado el libro con la carátula en decúbito prono para que nadie compre el libro. Si lee en la página 177 "El Rey felicitó a Moranchel por su extraordinaria habilidad durante la negociación bilateral", Moranchel se hace con diez ejemplares, acude a la caja y llega a su casa con una bolsa de diez libros, que se suman a los tres que ha comprado su mujer en otro Vip's, a los dos que han adquirido sus hijos y al que le envía dedicado el autor con remite editorial.

Pero con independencia de la broma, del pellizco de Antonio Burgos a la vanidad ajena, hay que leer el libro para disfrutar de una de las mejores prosas de nuestro tiempo. Con Antonio Burgos no hay necesidad de buscar el índice onomástico para comprar sus libros. Sucede que leerlos, es siempre una delicia. Buen mar y mejores sueños, compadre. *

 

Para comprar "Mirando al Mar Soñé" por Internet: Librería Interbook

"Mirando al mar soñé", libro recomendado de diciembre en Interbook

 


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