Volver a la página principal Indice de "Puntas del Diamante" | ¿QUIÉN HACE ESTO? | Articulos de "El Mundo"
Puntas del Diamante / Antonio Burgos
El Mundo de Andalucía, sábado 27 de abril del 2002 Ilustración de Idígoras y Pachi El último libro de Idígoras y Pachi
Gil, Le Pen con guayabera
Solemos aborrecer de los grandes partidos, del inmenso poder de sus cúpulas dirigentes, de cómo sus propios intereses endogámicos se sobreponen a veces a los de los ciudadanos. No se olvide que el estado de inseguridad, tan a la francesa, que se vive en Andalucía se produce con el mandato absoluto del PP en Madrid y virtualmente absoluto del PSOE en Andalucía. De ahí la tentación totalitaria. Pero hay algo peor que un partido, y es una partida de amiguetes queriendo superar la partitocracia. El saqueo de Marbella lo ha demostrado. El sistema de partidos es el menos malo de todos los posibles. Y el peor, esto de los partiditos redentores ajenos a los grandes partidos, que vienen queriendo salvar al mundo y resulta que sirven únicamente intereses particulares. Si daño le ha hecho Gil a la democracia, más aún a quienes albergaban la esperanza de que es posible el ejercicio del poder fuera de los grandes partidos. Con Le Pen no se va a ningún lado. Cuando Gil ganó por mayoría absoluta la alcaldía de Marbella, la gente estaba encantada. No había rateros por las calles, no robaban en los chalés, las calles estaban limpias, no había traficantes de drogas, desaparecieron las prostitutas, los jardines estaban espléndidos y la mar, bella, como su mismo nombre indica. Pero pasó el tiempo y aquel contento inicial se fue esfumando. Empezaron los chorizos a quitar carteras, Marbella se convirtió en refugio de todas las mafias internacionales, comenzó a circular la droga de cinco tenedores y cinco estrellas, y hasta el último de aquellos jardines tan bien cuidados fue recalificado para hacer una mole de cemento junto al mar. Por si todo eso fuera poco, ahora se descubre que Marbella no era la esperanza de otro modo de hacer política a lo Le Pen, teniendo contentos a los ciudadanos sin el duopolio de los grandes partidos, sino una máquina de hacer dinero y un pretexto para meter la mano en el cajón. Chirac tenía que regalar viajes a Marbella a todos los votantes de Le Pen. El mejor antídoto contra Le Pen es ver lo que ha hecho de Marbella nuestro Le Pen con guayabera, "Imperioso" y Alcalá-Meco.
Memoria de Andalucía La Andalucía de Idígoras y Pachi
Idígoras y Pachi en el archivo del humor de EL MUNDO
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Cada día entiendo menos cosas. Por ejemplo, ¿a quién representa Chaves? ¿A todos los andaluces?. Cuando en la presidencia de la Junta estaban Escuredo o Borbolla, era muy fácil pensar y sentir que eran los presidentes de todos los andaluces. Ahora cada vez hay que hacer mayores esfuerzos para sentir que Chaves es el presidente de todos los andaluces, y no el de un partido. Lo digo por lo de la Cumbre de Sevilla. En la Cumbre, ¿a quién representará Chaves? ¿Al sistema al que pertenece o al antisistema que quiere derribar precisamente el sistema del que de momento vive? Con dinero de los andaluces a los que les parece de perlas el sistema y están encantados con la Cumbre de Sevilla y con la Unión Europea y con la sociedad de mercado y todas estas cosas, Chaves resulta que se pone a subvencionar y a dar respaldo financiero a los de la antiglobalización. Es algo tan absurdo como si la Banca Vaticana subvencionara el Movimiento Mundial de los Ateos, como si El Juli empleara sus ganancias en prestar apoyo financieros a Los Verdes Antitaurinos. Para justificar lo injustificable, Chaves dice que la Junta da "apoyo equidistante" a la Cumbre y a los que están contra la Cumbre. Lo que es la formulación política bastante cínica de lo de una vela a Dios y otra al diablo. Pero muy equidistante no es ese apoyo. El alcalde de Sevilla, que había tomado una elogiable distancia de los que no se sabe bien si estarán por aquí dentro de los "parámetros pacíficos" (otra cursilería), ha sido convencido por Chaves, que es su señorito en el partido, a fin de que el Ayuntamiento hispalense dé cobertura logística a los que están en contra hasta de los propios principios del sistema del que ambos comen. Si esto debe ser así, no hemos dicho nada. Si lo institucional es apoyar a los de la antiglobalización, por nosotros como si quiere sentarlos a todo en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía...
CEA: Cierre de la pastelería
Hablando de velas a Dios y al diablo, según nuestras noticias, en la Confederación de Empresarios de Andalucía ha sido cerrada la famosa Pastelería Alvarez, y ha sido abierta la Tortería Herrero. Se acabó el pasteleo con el poder, la nata montada con la Junta y los pitusús de concertación. Santiago Herrero no tiene nada que ver con la pastelería empresarial y ha empezado a repartir tortas de Castilleja. Ha dicho lo que muchos venimos afirmando hace lustros: que la Junta gasta mucho, pero muy poco en inversiones productivas; que frente a la demagogia de la modernización, Andalucía cada vez es más pobre con respecto a España y a Europa; y que 20 años de autonomía no han servido para remediar los males de nuestra economía. Esperemos que la Tortería Herrero nunca sea Pastelería, y continúe en el despacho de pan y tortas.
La Junta ha mandado a los colegios, por error, un viejo disco con la Marcha Real (vulgo Himno Nacional) que lleva la letra que le escribió José María Pemán, igual que antes le había escrito otra Eduardo Marquina. Es sabido que la Marcha Real no tiene letra, como la Novena de Beethoven hasta que llegó Miguel Ríos con el "Himno a la Alegría". La letra de Pemán fue cantada un tiempo en los colegios y se olvidó. Y ahora lanzan sobre Pemán los tópicos habituales en su contra, desde el absoluto desconocimiento de lo que el escritor gaditano hizo por la restauración de la Monarquía Parlamentaria. La letra, desde luego, tenía guasa, guasa azul. Empezaba: "Viva España, alzad los brazos, hijos del pueblo español". Pero hagamos un poquito de ficción literaria. La Junta de Andalucía se ha equivocado y ha mandado a los colegios un viejo disco con el Himno Nacional (vulgo Marcha Real) que lleva la letra que le escribió Rafael Alberti. La letra que le escribió Alberti fue cantada un tiempo en los colegios y fue olvidada. Empezaba diciendo: "Viva España, cerrad los puños, hijos del pueblo español..." Y tras la ficción, nuestra pregunta: ¿hubiera sido la misma la protesta si en vez de brazos hubieran sido puños y en vez de Pemán, Alberti?
Donde habita el olvido
Más de literatura y de las dos Españas y las dos Andalucías literarias. En literatura y en reconocimiento de los méritos, aquí todo se nos va en mirar por el retrovisor de lo que no puede volver, mientras despreciamos lo que tenemos delante, en el parabrisas de lo que vivimos y nos queda por vivir. Lo decimos por tanto Cernuda y tanto tópico de los que se fueron o tuvieron que irse y el cruel contraste con Rafael Montesinos. ¿No son acaso las prosas de "Los años irreparables de Montesinos tan sevillanas y fundamentales como las de "Ocnos"? ¿No es la misma Sevilla en la distancia del recuerdo o en el recuerdo de una distancia la que anima "La soledad y los días" de Montesinos o "La realidad y el deseo" de Cernuda? En cuanto a olvidos, proscripciones y alejamientos obligados de Sevilla, yo pondría en balanza a Montesinos con Cernuda, y quizá el fiel diría que lo de Montesinos es más amargo aún, más sangrante, exilio de México o destierro de Madrid, ¿qué más da? ¿Que por qué decimos todo esto? Porque la paradoja máxima del espectáculo de Cernuda Superstar que estamos presenciando es que Rafael Montesinos lo está pasando muy mal. En casa de Rafael Montesinos, "en la calle que llaman de Valderribas", sí que habita el olvido. Vamos, que el olvido está empadronado en casa de Montesinos. Montesinos ha estado gravísimamente enfermo, de operación y UCI, y ahora está delicado, desanimado y algo tan sevillano como harto de las amargas coles del olvido. Con nuestra memoria, una vez más, el reconocimiento a quien lleva con orgullo en la solapa el NO8DO, cuando Sevilla siempre lo ha dejado a él para irse con otros más tópicamente rentables.