A Beni, ya en el jardín  Más sobre Beni de Cádiz en El RedCuadro: Discurso sobre "mangar" y "trincar" 

...Y en esta fría tarde, como un cante largo, como una lejana noche de gira en Bilbao, me ha llegado, Beni, la noticia de que te has ido al jardín, donde te habrás encontrado con Pericón, y con Macandé, y con tío Aurelio Sellé, y con las danzarinas tartésicas de las tres mil y una noches de las grandezas de tu Cádiz. Y como se ha puesto a llover, muy poco, casi ná, me ha parecido que no había lugar para el dolor más que estas lagrimitas que del cielo caían. Porque, Benito, cantaor de los grandes, andaluz de historia y mito, me parece que estoy ahora oyendo tu voz, cuando por la admiración que te tenía me he metido en el escritorio a decirte cuatro cositas con el corazón en la mano, que el escritorio, niño, se ha convertido en cuarto de los cabales en donde suena tu voz, cogiéndote la chaqueta y retorciéndote la solapa para ese tercio increíble, y que es tu voz, Benito Rodríguez Rey, Hércules del Mentidero, la que me va dictando lo que te tengo que poner, y que así me va diciendo....

"Eso es, Antoñito, con estilito y con agrado. Tú ahora te sientas aquí, en tu maquinita, y pones ese papelito, el bueno, el de los días de fiesta, y como tú eres un monstruo, qué pedazo de monstruo, pues tú ahora sí, tranquilito, lo vas poniendo todo en el papelito, plas, plas, qué frases más bonitas sé yo que vas a poner de mí, Dios mío de mi alma, Antonio de mi corazón, porque los dos que más me habéis dado a mí ánimos en las fatiguitas que he pasado habéis sido tú y Martín, que sé que no se llama Martín, que es Marín, Gómez Marín, pero a mí me gusta decirle Martín, así que tú vas a escribir por los dos, plas, plas, con estilito y con agrado, lo más grande del mundo, porque me han dicho que Martín está en Cuba, Dios mío de mi alma, esto sí que es grande, que aquí nos estamos yendo todos, yo para el jardín y Martín a Cuba, ¿qué se le habrá perdido a Cuba este hombre, con lo malamente que están aquellas criaturitas con el gachó del puro, con las cosas tan bonitas que hubiera dicho de mí Martín, que como es tan cultísimo y tan leidísimo, que ha leido más que don Fulgencio, canónigo magistral de la Catedral de Cádiz y lumbrera refulgente de la Cristiandad Católica, pues sabes tú que me tiraba siempre para la parte de los filósofos griegos, eso es, de la Caleta a los filósofos griegos, directamente , corazón, como el que coge el Comes, ¿no?, pues Martín me metía a mí en el autobús de esos filósofos griegos, buuuuuuum, a Grecia, tós pallá, sin levante ni ná, porque sabes tú, por la gloria de mi máre, que mi barrio del Mentidero es Grecia pura, Grecia total, arte para reventar, lo más grande del mundo, que yo creo que los chicucos y los gallegos del freidor vinieron de allí, de Grecia, de Grecia completamente, del tirón, de Grecia a Cádiz a camelar a esos pedazos de romanas para los rascamientos de espalda y para comerse esas sandías de Rota, las más colorás del muuuuundo, y esas cosas, tú ve poniendo todas estas cosas que yo te digo como tú sabes que a mí me gusta que las pongas, porque sé que vas a poner que yo me he ido al jardín sin que muchos me conozcan como lo que yo de verdad he sido, y tú lo sabes que lo he sido, como un cantaor de los más grandes, ay, Dios mío de mi alma, que quizá la gente no lo vaya a conocer, porque se ha quedado con estas cositas mías, con el perro que tenía don Fernando cuando fuimos a cobrarle nuestras cositas con el Cojo Peroche, y se cree la gente que yo iba con Manolo Caracol nada más que para cogerle el mono cuando un gracioso soltaba el mono por los entrebastidores del Gran Teatro Arriaga de Bilbao, y nada más que me van a conocer a mí por la historia del barco de Agustín el Melu, el "Poeta Arolas" se llamaba, el que llevaba los moros a la meca, pero tú, corazón, sé que vas a poner ahí, plas, plas, que Andalucía tiene que tener hoy la pena más grande del mundo, porque se le ha ido al jardín su cantaor, ¿y qué jardín va a ser, joé?, el Jardín de las Hespérides, que está en la Caleta, entrando por la Piera Cuadrá, la segunda a mano derecha..."