La futura Reina de España

Hay que ver a Don Felipe de Borbón, con las pocas
ganas que tiene de casarse y encima se le muere
la fotógrafa que hace las bodas de la familia...

Esto de las novias del Príncipe de Asturias no es en realidad un concurso-encuesta de EPOCA, sino un milagro de Diana de Gales. Como aquella mujer que se pegó el pellejazo en el Puente del Alma cuando iba a convertir a los infieles era una santa, sus obras prodigiosas se están ya notando. Todos somos un poco vicepostuladores generales de la causa de beatificación de la Sierva de Dios y de Alá Diana de Spencer. Por Londres venden ya reliquias y recuerdos de Diana como si fueran estampas de Fray Leopoldo de Alpandeire en Granada. En París, la gente pone flores en el lugar donde se inmoló la primera mártir de la prensa del corazón, dando testimonio de su fe en el sistema mediático que la elevó a los altares. A Pilar Miró, la pobre, le pusieron en Televisión Española un programa que se llamaba Pilar Miró que estás en los cielos y no era por un retruécano sobre su película Gary Cooper que estás en los cielos, no. Es que los cielos son ahora los televisores. El que sale en televisión está en la gloria porque es, efectivamente, el paraíso. El Padre Apeles tiene esa cara de angelote de Salzillo porque es un querubín de los cielos televisivos. El televisor es como un altarcito del hogar. Antes era el cuadro del Corazón de Jesús y ahora, el programa del enano paisano de Pujol el que dice: "Dios bendiga cada rincón de esta casa".

La novia del Príncipe que busca EPOCA es un prodigioso milagro de Diana de Gales. Si no hubiera muerto aquella santa mujer, casta esposa, fidelísima madre, no le hubiéramos visto las orejas al lobo ni los cuernos al toro de Osborne, y estaríamos aún pensando como antes de Diana, que lo más democrático es que el Príncipe de Asturias se case con quien le dé la gana. Los que somos monárquicos por razones estéticas no tenemos suficientes preces para rezar a la mártir del Puente del Alma por este milagro. Abres la doble plana de EPOCA y da gloria ver a estas augustas muchachas nórdicas y austrohúngaras, berrendas en rubias, de buena lámina y mejor trapío, de los mejores encastes de las Coronas y casas ducales e imperiales. Porque no quiero ni pensar lo que hubiera sido esta misma doble página en caso de que no se hubiera matado la de Gales ni se hubiera habido "efecto Diana". Me estoy viendo la lista de las que EPOCA nos proponía como futuras Reinas de España y no de Merimée:

1. Caroli Gómez.- Camarera ocasional de una barra de copas en la Castellana por el verano. Modelo. Es hija de José Gómez Pérez, de profesión sus pelotazos, y de Carolina Rodríguez de Gómez, y mejor que no hablemos de Carolina Rodríguez de Gómez, porque no saben ustedes bien quién es Carolina Rodríguez de Gómez.

2. Cristinita Chopos.- Es nieta del conde de los Chopos, pero no hija de Beatriz Chopos, la que se casó con un embajador, sino hija de Gonzalo, el hijo menor del conde de los Chopos, el que se casó con una güisquera de un bar de la carretera de La Coruña, aquel bala perdida que estuvo en la Legión antes de sentar cabeza con esta boda, de la que nació de penalty Cristinita, que sale al padre y a la madre juntos.

3. María del Carmen Martínez.- Dependienta de El Corte Inglés de Princesa, es hija de Martínez, el señor Martínez de toda la vida, uno que empezó con don Ramón Areces en Preciados y que ya está jubilado. Es la novia del Príncipe que apoya el "sector Isidoro Alvarez" de los medios políticos más progresistas.

4. Teresa Hidalgo.- Modelo argentina de origen chileno y madre uruguaya, que ha aterrizado por aquí y ha tonteado mucho con Don Felipe. Es hija del famoso Nelson Hidalgo, el financiero que todavía busca la Interpol como principal responsable de la famosa quiebra fraudulenta del Banco del Aconcagua...

...Y así hasta diez que hubiéramos tenido. Lo cual no hubiera sido ni una encuesta ni un concurso, sino un horror para el Reino de España, que es eso que debe de seguir existiendo aun cuando no sea Pilar Miró la que retransmita la boda del Heredero de la Corona. Hay que ver a este hombre, Don Felipe de Borbón, con las pocas ganas que tiene de casarse y encima se le muere la fotógrafa que hace las bodas de la familia... No nos preocupemos, pues, que en toda España ha arraigado profundamente el "espíritu de Diana" y no hay la menor posibilidad de que triunfe aquel "sector Isidoro Alvarez" de los juancarlistas, que decían que lo más democrático era que el Príncipe de Asturias se casara con una dependienta de El Corte Inglés. Y que si era de Simago, y cajera del supermercado, mucho mejor todavía.

Como aquí defendemos las ideas con esa firmeza que nos caracteriza, los mismos que hace años, cuando el asunto Gigi Howard, decían que éramos unos reaccionarios poco menos que anticonstitucionales los que queríamos como futura Reina de España a una niña austrohúngara o nórdica de casa reinante, son los que ahora defienden que Waldburg-Wolffegg es poco, que tiene que ser de Marta Luisa de Noruega para arriba. Y si quieren les pongo nombres propios: "la noche que me dio el tío del tambor" del igualitarismo democrático en un programa de televisión que se emitió desde Barcelona sobre las novias del Príncipe, cuando se me ocurrió decir que por supuesto fuera una niña que tuviera sangre de reyes en la palma de la mano... Menos mal que hemos comprendido que el Príncipe de Asturias no es un español más. Menos mal que hemos, por fin, comprendido que de "español de a pie" sólo tiene las cornetillas de Infantería de su uniforme de capitán del Ejército... *


Volver a Página Principal