Mis amigos del telediario

"Empieza el telediario, vuelven a dar la habitual noticia
de la gasolina, y exclamamos: "¡Hombre, nuestro
amigo el de la gasolinera de Carabanchel!"

Nunca me explico cómo, con el dineral que nos cuesta Televisión Española, anda tan chunga de material de archivo. En este largo cabo de año televisivo y conmemorativo del 20-N por antonomasia, del 20-N de 1975, ¿cuántas veces hemos visto a los mismos estudiantes correr delante de los mismos grises por la misma glorieta del mismo caballo y la misma antorcha de la misma Ciudad Universitaria? ¿Cuántas veces habremos de ver al mismo señor de oscuro en la misma cola de la capilla ardiente de Franco en el Palacio de Oriente? ¿Cuántas al mismo ujier de las mismas Cortes Españolas detrás de Don Juan Carlos en su proclamación como Rey?

Siempre suele ocurrir lo mismo. No sé si por falta de medios, por mayor rapidez en la elaboración de la noticia o por pereza, el caso es que Televisión Española siempre suele usar las mismas imágenes de archivo para ilustrar las mismas noticias, en todos y cada uno de los telediarios del día e incluso de la semana, aparte de la media verónica final con que rematen la serie de lances en Informe Semanal.

En casa lo tomamos a broma, y consideramos que se trata de un favor que nos hace Televisión, pues amplía notablemente el círculo de nuestras amistades. Por ejemplo, en cada subida o bajada de gasolina, cosa que ocurre cada lunes y cada martes, me hago íntimo amigo del empleado de una gasolinera distinta. Como madrugamos, ponemos, por ejemplo, el telediario de las 7,30 de la mañana. Dan la noticia de la subida de la gasolina en dos pesetas, de la bajada en cincuenta céntimos, de lo que toque ese día. Y como imagen que ilustra la locución de la noticia, la filmación del empleado de una estación de servicio de, ¿qué digo yo?, de Carabanchel, o de la carretera de Andalucía. Todo el tiempo que está leyendo la noticia el locutor aparece en pantalla el empleado de la gasolinera, llenando el depósito de un señor que echa esa medida áurea del consumo petroquímico que nunca sube ni baja: cinco mil pesetas.

Pero es que a las 3 de la tarde, abriendo quizá el telediario, otra vez vuelven a dar la misma noticia y otra vez vuelven a dar la misma imagen, del efectivo y diligente empleado de la estación de servicio de Carabanchel llenando el depósito con las cinco mil pesetas del ala.

Mi mujer me pregunta:

-¿De qué conocemos a este señor de la gasolinera?

-¿De qué va a ser? Del telediario de esta mañana...

A veces el empleado de la gasolinera es tan ubicuo y estajanovista que, en caso de que la filmación no sea de la casa, sino de agencia, podemos verlo instantes más tarde, cuando pongamos el informativo de Tele 5, o de Antena 3, o de la autonómica del lugar. De modo que cuando llega la noche, no conocemos otra cosa que al empleado de la gasolinera, pregúntennos lo que quieran sobre él. Llegan las 9 de la noche, empieza el telediario, vuelven a dar la habitual noticia de la gasolina, y todos exclamamos:

-¡ Hombre, nuestro amigo el de la gasolinera de Carabanchel!

Y con un poco de suerte, volvemos a verlo en el último telediario de la madrugada, en que, entre sueños, le decimos:

-Ea, gasolinero, hasta mañana. Que pases buena noche.

Ocurre con el tío de la gasolinera como ocurre con la dependienta de El Corte Inglés cuando anuncian el inicio de las rebajas, o con el empleado de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que maneja la máquina de estampar billetes de euros cuando se trata de informaciones sobre la nueva moneda continental. Por muy mal que se dé la actualidad del día, en los telediarios nos hacemos íntimos amigos del pobre negro subsahariano que desembarca la Guardia Civil de un patrullero en el muelle de Tarifa. Lo vemos a las 3 de la tarde al pobre, tiritando en su manta, aterido tras cruzar el Estrecho, y sigue el hombre tiritando cuando lo volvemos a ver otra vez a las 9 de la noche, y no le ha entrado, ay, el cuerpo en calor todavía cuando lo volvemos a ver en el informativo de la madrugada. Agricultores, conductores, compradores de libros, niños a la salida del colegio, maestros explicando Historia, son los figurantes obligados de esa sección que ahora se llama "Área de Sociedad", palabra la de "Sociedad" que ha sido venturosamente rescatada de las marquesas de Serafín y de las bodas en Los Jerónimos, que eran antes las noticias de Sociedad.

Ya que hay organizaciones no gubernamentales y sindicatos para todo, debería crearse urgentemente Figurantes sin Fronteras, donde se encuadraran estos anónimos ilustradores de noticias, o el Sindicato de Retratados para Tapar Noticias. Organizaciones que deberían exigir el cobro de los derechos de imagen. A ver, que me digan a mí: ¿por qué la que se ha acostado con Jesulín de Ubrique va a cobrar por salir en la tele y mi amigo el tío de la gasolinera de Carabanchel va a salir de balde, y encima en los tres telediarios?