Antonio Burgos / El Recuadro

El Mundo, viernes 29 de agosto de 1997

Antonio Burgos

 


Elogio de la cita falsa

 

Anguita, sentado en su mecedora como un ermitaño de la sierra de Córdoba, esperando que pasen los cadáveres de sus enemigos interiores ( de sus enemigos íntimos, que diría su coterraño Antonio Gala), se ha quedado corto. Anguita le ha dicho a José Augusto de Vega que es un presunto, en esta España de presuntos y de presumidos y de presuntuosos, y podía haberle dado en todo el bebe. Por ejemplo, tenía que haberle dicho, si estuviera un poco mejor despachado de sentido del humor, por aquello de "La destrucción o el humor", que no fue un libro de Vicente Aleixandre, pero que podría haberlo sido:

--- ¡ Hay que ver la pinta de falangista reciclado que tiene José Augusto de Vega...!

El Partido Socialista e islas adyacentes fue durante mucho tiempo una planta de reciclado de falangistas, de ahí que el PSOE, con sus mayorías absolutas de los buenos (malos) tiempos, echara aquel tufo insoportable a Movimiento Nacional. Y un falangista reciclado es lo que me parece José Aurelio de Vega cada vez que sale por televisión, qué señor más pesado, con su fredperry de banderita nacional al cuello, como si en vez de defender al Tribunal Supremo fuera a disputar la Regata Osborne. O mucho me equivoco, o éste era de los que a la altura de 1976 llevaban la pegatina con la banderita de España en el reloj.

Por ahí tenía que haber atacado Julio Anguita, no por lo de las citas. Total, Vega ha hecho del Tribunal Supremo lo que muchas veces es: una casa de citas. Y nada más disculpable que la cita falsa. Nuestra cultura está llena de citas falsas. ¿Quién se pone a comprobar si una cita es verdadera o falsa? Ustedes, por ejemplo, cogen cada mañana EL MUNDO y leen la cita de la cabecera, ¿no? Esa que, por ejemplo, si el titular informa que vendrá un ajuste duro, dice: "Peor que apretarse el cinturón es quedarse hasta sin tirantes (Groucho Marx)". Y cuela, vamos que si cuela... Casi todas las citas falsas cuelan. Sobre todo, si se atribuyen a los especialistas en citas, a saber, Oscar Wilde y Groucho Marx. ¿Cuántas citas falsas de Oscar Wilde se ha inventado Umbral, un poner? ¿Cuántas de Groucho March se ha sacado Manuel Vázquez Montalbán de la manga del Mar Menor o de los mares del Sur?

Hay veces en que la cita falsa implica, en realidad, un gran sentido de la modestia. En Sevilla hay un veterano periodista, liberalón y buen plumeador, Celestino Fernández Ortiz, que raro es el artículo donde no cita a don Eugenio d´Ors. Un día que le leí una cita muy buena, que no era la manoseada de los experimentos con gaseosa, se la celebré, y me dijo:

--- Pues si me guardas el secreto te diré que esa frase no es de Eugenio d´Ors, sino que es mía...

--- ¿Y cómo es eso, Celestino?

--- Es que cuando se me ocurre una frase demasiado buena, se la adjudico a D´Ors, por modestia y por credibilidad. Si lo dice Celestino, la gente no se lo cree, pero si es de d´Ors, es como si fuera dogma de fe. Esa frase que me celebras, si la hubiera escrito como mía, seguro que hubieras dicho: "Hay que ver Celestino qué tonterías más gordas está escribiendo últimamente..."

Al fin y al cabo, Vega, el que tiene planta de falangista reciclado, ha seguido por la ancha senda española de la cita falsa. Los ingleses tienen sus librerías llenas de estantes de diccionarios de citas, donde siempre hay un español, como Manuel Fraga, que se compra uno para hartarse de referir frases de Churchill, aunque no lleguen ni peguen, porque Churchill es tan socorrido como Wilde o Groucho Marx. En España yo podría hacer la lista de los que tiene el Bartlett, porque se les nota a chorros. Porque aquí comúnmente citamos sin mirar el diccionario, de tradición oral, pero con citas falsas. Aseguran que en El Quijote el Ingenioso Hidalgo no dice por ninguna parte eso de: "Sancho, con la Iglesia hemos topado". En el Corán no está escrita la divulgada ley de Mahoma, según la cual tan maricón es quien da como quien toma. Y en la Biblia no viene por ningún lado aquello tan citado de: "A tomar por culo, dijo David y tiró el arpa..." A lo que suele añadirse: "Y le dio a San Pedro en los mismísimos cojones..." ( Por esto último pongo la mano en el fuego, palabrita que es verdad que eso es mentira, porque lo he mirado en el "Diccionario de Citas del Padre Apeles".)


 Volver a EL RECUADRO

Volver a la Página Principal  El RedCuadro es una publicación electrónica de Arco del Postigo S.L.