El Recuadro

El Mundo de Andalucía, lunes 15 de diciembre de 1997

El Arny y la fama de Sevilla

 

Quienes toman café con los curiales, y una cervecita con los fiscales, y una copita con los letrados, y una tapita con los abogados, me dicen que menos un tal Carlos Saldaña, que no tengo el disgusto de conocerlo, todos los implicados del caso Arny saldrán absueltos, con todos los pronunciamientos favorables. Si es así, me alegro por Manuel Rico Lara, que habrá sufrido en sus carnes el calvario sevillano que pasó Jovellanos, cual nos contó por medio de elipsis literaria en reciente artículo. Y me alegro por Paco Baena, que en esta época gris de mediocridad, donde no hay grandes nombres de médicos, grandes nombres de notarios, grandes nombres de abogados, se ha hecho un nombre propio en Sevilla. Abundo en esta idea de las mediocridades de Sevilla. Antes estaban los grandes abogados, los grandes bufetes. La gente sabía quién era don Adolfo Cuéllar, hasta el punto de que todavía Adolfo Cuéllar es el hijo de don Adolfo Cuéllar, es Adolfito Cuéllar. En los médicos, igual, todo el mundo sabía quién era don Antonio Cortés, conocía su corbata de lazo y su perillita, sabía que don Antonio Cortés hacía punto en su casa para entrenar la destreza de sus manos de cirujano. Ahora, díganme un nombre de médico de Sevilla de ese nivel.

--- ¿Mi médico dice usted? Pues mi médico es el médico de las 11 en el ambulatorio, creo que se llama don José, o don Manuel o una cosa así, pero no veas lo bueno que es, te da todas las recetas que le pides y en cuanto a las bajas, no veas las bajas que te pegas si eliges al médico de las 11, don José o don Manuel o una cosa así se llama, un tío fenómeno.

Pregunten un nombre de abogado, que hasta que Paco Baena no cogió al duque de Feria y se metió en el caso Arny, nadie sabría nombrar del tirón un letrado de campanillas.

--- Adiós, Perriméison...-- dirá a Baena el que me largó "adiós, Jorgesepúlveda", cuando leyó el título de mi nuevo libro.<FP>

Cuentan, pues, los que frecuentan curiales que Paco Baena sacará absueltos y con todos los, pronunciamientos favorables a sus defendidos del Arny. Lo cual me preocupa. Me preocupa por varias cosas, que voy a poner una detrás de otra:

1. La impunidad del falso testimonio.- En esta España donde Guerra y González declaran como testigos que no saben nada de Filesa, el testigo número tal imputa a unos señores y después dice que nada de eso era verdad. Y no pasa nada. Y del mismo modo que nadie culpa ni a Guerra ni a González de falso testimonio, el testigo número tal, después de haber metido a estos hombres en este lío, se irá de rositas. Si se ha buscado un escarmiento con el otro cliente de Baena, ¿por qué no un escarmiento a los testigos falsos, respetado y querido fiscal Alfredo Flores?

2. La inseguridad judicial.- Ojalá absuelvan a Rico Lara, pero queda la duda de que mañana llega un niñato depravado y dice que usted tal, y usted, a efectos de la pena de banquillo, es exactamente lo que ese niñato degenerado haya querido decir.

3.- La fama de los imputados.- Ojalá los absuelvan con todos los pronunciamientos favorables. Pero el capital de la fama, que es como el agua vertida, que no se puede recoger, ¿quién se lo restituye? ¿El Estado, la sociedad, los testigos falsos? ¿Saben quién? Nadie.

4.- La fama de la ciudad.- Y al final, pero no lo último, la famita que le va a quedar a Sevilla de todo esto como capital española de la depravación y el vicio, cuando ambientes peores los hay, y nadie hace nada, en Madrid y en Barcelona. La imagen de que nos pusieron el Ave para que la Piompa de Madrid viniera directamente a los reservados del Arny, ¿quién se la restaña a Sevilla como ciudad? No sé si estaremos en momento procesal adecuado, pero la alcaldesa se debería personar ahora como acusación particular para reclamar por el daño que todos le han hecho al buen nombre de Sevilla.


Volver a la Página Principal  El RedCuadro es una publicación electrónica de Arco del Postigo S.L.