El Recuadro

El Mundo de Andalucía, miércoles 7 de enero de 1998

Corrida de cumpleaños de la Reina

 

Henchidos de fervor en la Institución, después de haber visto por vez primera en Televisión Española (con el programa especial dirigido por Pedro Erquicia) la proclamación del sentido dinástico consustancial con la Corona, y tras haber comprobado cómo el Rey ha aguantado el tirón, y el chaparrón, y el madrugón, y el alegrón de ver que se ha ganado el puesto a pulso, los monárquicos del sector currista (no juancarlistas del sector Jesulín), nos atrevemos a decir: ¡no hay derecho a lo que esa mujer hace con Su Majestad! Por si fuera poco aguantar el concierto de Los Tres Trincones tras haberse levantado a las cinco de la mañana para ir a Bosnia a que le cantaran el "cumpleaños feliz" vestido de madelman con el apellido Borbón puesto así como una pegatina en el pecho del ardor guerrero del uniforme, hoy le pegan otro concierto de cumpleaños a Su Majestad, hala, con el tío del violón, que es el que le gusta una jartá a la Reina. No hay derecho. En el concierto de Los Tres Trincones se puede resistir el bostezo, porque el cursi de Plácido Domingo, el triste de José Carreras y el Gordolaspapas cantan horteradas como Muñequita Linda de cabellos de oro y Amapola, lindísima amapola, pero lo del tío del violón es demasiado fuerte. Si Don Juan Carlos, que se sabe su oficio y lo cumple para nota todos los días, no pegó el cabezazo con la cursilada de Los Tres Trincones la noche del madrugón bosnio, puede que lo pegue hoy cuando el tío del violón, qué señor más pesado, se ponga dale que te pego con las sonatas y las sonatinas para tomarse dos aspìrinas, que eso es lo que le pedirá el regio cuerpo a Su Majestad.

Ojalá el masculinismo estuviera tan bien organizado como el feminismo, porque sería cosa que presentáramos, con todos los respetos y con toda lealtad y toda cosa, denuncia contra Su Majestad la Reina por malos tratos psíquicos a su marido. Por mucho menos, otros van por la gasolina del cortacésped y las cerillas, ¿no, Pío Delgado Ribelles? Yo estoy por recurrir al Cura Chamizo, para que defienda al que entre los títulos históricos de la Corona que reconoce la Constitución ostenta los de Rey de Sevilla, Rey de Córdoba, Rey de Granada y Rey de Jaén.

Esto no puede quedar así, que porque cumpla sesenta años encima le peguen al hombre estos coñazos impresionantes con algo que no le gusta absolutamente nada. Al Rey hay que darle algo tan sevillano como un desagravio. Menos mal que la afición levanta ya su clamor y se suma a la iniciativa que lancé en el domingo en la página 2 de estas gacetas. Por Internet me escribe un monárquico del sector currista y añade ideas sobre la iniciativa: "Ha estado de dos orejas, rabo, vuelta al ruedo y salida en hombros el gesto de Su Majestad el Rey (q.D.g.) de pasar su cumpleaños con los soldados en Bosnia. Una vez más ha demostrado que ahora que España esta llena de Reyes Magos, el mejor de todos, el que más sabe hacer su papel es Él. Aunque como muy bien dice el chiste de EL MUNDO, se le ha notado un poco su deseo de llegar tarde a la gala. Y yo con el respeto a su Majestad la Reina (q.D.g.) que le tengo, también me apunto a la petición de que el día de su cumpleaños se le invite a presidir una corrida de toros; eso sí, en la que toree don Francisco Romero, que a tal Señora tal honor."

Pues nada, lanzada está la iniciativa, caballeros de la Real Maestranza de Sevilla. A ver si le dan ustedes ese desagravio a quien es el Hermano Mayor efectivo del Real Cuerpo. Una corrida extraordinaria de cumpleaños de la Reina en la plaza del Arenal, presidida por Doña Sofía y con don Francisco Romero como cabeza de cartel. Ah, y no me vayan ustedes a hacer con la corrida del cumpleaños de la Reina como con el festival a beneficio del Niño del Sol Naciente, que le negaron ustedes el pisoplaza porque era japonés y no había nacido en Sevilla. Esas desgracias de no haber nacido en Sevilla, ni incluso en España, ocurren en las mejores familias. Hasta en la Familia Real.


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