El Recuadro

El Mundo, martes  24 de marzo de 1998

 

Oscar y Bellas Artes

Amaneceres de Oscar. Ni Titanic, ni Mejor imposible, ni Secretos del corazón. Hablo de otros Oscar. Hablo, por ejemplo, del Oscar que se ha ganado, mejor imposible, Jaime Mayor Oreja con las actuaciones de la Guardia Civil, que coge a los asesinos enchampelados, por colleras. Parece como si hubieran dicho:

--- Venga, los comandos de la ETA, que empiecen a caer uno detrás de otro, por orden alfabético...

Y han caído ya Alava, Andalucía... Luego, Madrid y así hasta Vizcaya, el último por orden alfabético. De Oscar, Pedrín. Un Oscar a Mayor como mejor actor contra la tragedia, por el aplomo que da, por la confianza que infunde, por las sordinas que siempre sabe poner a las campanas de la fundada alegría. Y un Oscar colectivo a la Guardia Civil como personajes principales del reparto de estopa a los criminales. Sin olvidar a una protagonista que tiene todas las nominaciones, ya quisiera para sí esas nominaciones Borrell en las primarias del PSOE... Hablo de Soledad Becerril. Será que me apunté a su club de fans desde sus lágrimas por Alberto y Ascen, pero siempre es un espectáculo ver el temple y el corazón de la alcaldesa. Frente al "todos los políticos son iguales", Soledad mostrando sentimientos, demostrando que el poder no ha de tener a la fuerza helado el corazón. Y hay otro Oscar, pero como hoy los Reyes entregan en Sevilla las Medallas de Bellas Artes, creo que mejor una medalla de éstas, como las de Curro Romero, Antonio Gala o María Rosa. La medalla es para el pueblo de Sevilla. Que hace mucho tiempo entiende los silencios de la pena o de la alegría como una de las Bellas Artes.


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