- Anoche
a mí La Alameda
- me dio sus quejas
- que ahora les cuento, que ahora les cuento:
- "No salgo nunca en las coplas",
- dijo envidiosa
- como un lamento, como un lamento.
- Me dijo que los poetas
- con La Caleta
- a ella la tienen medio olvidá,
- siendo las dos gaditanas,
- siendo las dos tan hermanas
- cual hijas del mismo mar.
- Y le prometí
- que de este año no pasaba
- que un tango le dedicara,
- el tango que canto aquí.
- Y mirando al mar,
- me puse en su barandilla
- y me salió esta coplilla
- que con las olas decía así:
-
- Bendición
de Cádiz,
- bella Alameda,
- brisa y estrella,
- balcón del mar, ay, que te mece
- y que besa tus murallas
- y se desmaya de blanca espuma,
- jardines verdes.
- Los más altos miradores
- se asoman para mirarte
- y sobre tu cielo
- hay mil estrellas de centinelas
- que por ti pasan la noche en vela
- en las garitas de los baluartes.
-
- Ya
ves que te estoy cantando,
- ay, mi Alameda, te estoy soñando,
- con las dos torres que al mar se asoman
- que al cielo vuelan como palomas,
- torres del Carmen, torres del Carmen.