Sánchez, el nuevo alcalde chavista de Sevilla, es tan torpe con lo
del edificio de Rafael Moneo en el Prado que me está pareciendo del PP, el partido más
torpe del mundo: eso no tiene ejecutiva regional, eso tiene el pelotón de los torpes que
los cabos gastadores Javier Arenas y Amalia Gómez dejaron en Andalucía. Sánchez no
quiere hacer el edificio de oficinas municipales en el Prado que proyectaba el
Ayuntamiento Bicéfalo, y es para alabarle el gusto.
--- Hombre, menos mal que le dice usted algo simpático a
este hombre...
Pero Sánchez plantea muy mal lo del edificio de Moneo. Lo
llega a plantear bien, y a estas horas está dando la vuelta al ruedo en su primero, con
la oreja. Sánchez tenía que haber dicho:
--- Señores...
--- No, "señores", no.
--- ¿Entonces cómo?
--- Pues "sevillanos y sevillanas", que es lo que
dicen los correligionarios de Sánchez.
Vale, rectifico... Tenía que haber dicho:
--- Sevillanos y sevillanas: ¿ustedes han estado alguna
vez en el aeropuerto de San Pablo? ¿Ustedes han visto un absurdo mayor que San Pablo, que
parece una mezquita más que un aeropuerto, que sólo falta por allí un Mustafá de
Melilla con la alfombra Dacha de la ducha puesta en el suelo, arrodillado, mirando hacia
la Meca con el culo en pompa y haciendo oración?
Y en este discurso para meterse a los sevillanos y
sevillanas en el bolsillo y la bolsilla, debería haber continuado:
--- Ese aeropuerto es el absurdo mayor que nos queda de la
herencia recibida en el 92. Tiene una parte de salidas donde sobra de la mitad hacia
allá, un lejío. Y tiene una parte de llegadas que después del dineral que se gastaron
allí, más de diez mil millones de pesetas, parece una estación de autobuses. Pero no la
estación de autobuses de Sevilla, sino la estación de autobuses de uno de esos siete mil
pueblos donde he sido concejal antes que fraile. Y, después, en esta ciudad con tanta
luz, es el edificio más oscuro del mundo, tordía, tordía, las bombillas encendías.
Anda, que el facturón de luz que tendrá que pagar AENA tiene que ser menúo...
Y ya metidos en este punto del discurso, todo sería
cambiar de santo, de San Pablo a San Sebastián, pues debería haber seguido:
-- Pues bien, sevillanos y sevillanas: al mismo arquitecto
que metió el pinrel hasta el corvejón con el proyecto de San Pablo, ¿vamos a darle
encima como premio que nos haga otra jangá de las suyas en pleno Prado? ¿Es que no se
jarta? Demasiado tiene, con continuar en libertad a pesar de haber proyectado San Pablo,
como para que encima le demos este caramelito. Que dé las gracias a Dios de que no le
obliguen a pagar la factura de la luz de San Pablo, que es lo que deberían... Así que,
sevillanos y sevillanas, lo siento mucho. Aunque sea tan amigo de mi antecesora y aunque a
su señor esposo le hiciera el edificio de La Previsión Española. Por seguridad
ciudadana, yo no puedo dejar a un Moneo suelto por ahí por el Prado. Con el peligro que
tienen los Moneos sueltos...
(Respetado Sánchez: como usted ve, se le van las
mejores...)