Lo llaman impropiamente el Cinturón Rojo de Barcelona. No es rojo.
Es blanco y verde. O tiene los colores de la bandera de Murcia. O de Aragón. Como la
Generalidad les ruega que permanezcan con el Cinturón Rojo bien abrochado hasta que se
hayan parado completamente los motores de la campaña electoral, de ahí esa afición que
le ha entrado a Pujol por Maíta Vende Cá.
-- ¿Qué dice que vende?
-- Cá...
-- ¿Y qué es cá?
-- Hombre, si está la mar de claro: capancalá, pancalá
las paeres...
¿No querías normalización lingüística? Pues ahí la
tiene usted, don Jorge, pumba la rumba de Los Chunguitos. Los charnegos del Cinturón Rojo
han dado a Pujol un revolcón de cinturón negro en taekwondo electoral. Yo me creía que
lo más triste era un andaluz teniendo por la fuerza que ejercer de catalán, sacando a
sus niñas de pila como Roser y Montse, y teniendo que ponerse en el carné que se llama
Antoni García i Pérez. Pero he visto que hay algo más triste todavía: un catalán que
le da por saco a la lengua castellana todo lo que puede y más, ejerciendo ridículamente
de andaluz de guardarropía de cara al voto, pasando del Barsa al arsa pilili del modo
más lamentable.
A José Monge Camarón le hicieron en vida muchas
charranadas y tuvo que pasar las duquelas. Ninguna como esta ignominia de que Pujol lo
haya utilizado como cartel electoral. ¿Quién es Pujol para mentar siquiera a Camarón,
cuando a los churumbeles de los paisanos de Camarón que pasan las fatiguitas negras en
Cataluña les niega el derecho a su propia lengua en la escuela? Vamos, que lo único que
hubiera faltado es que el honorable se hubiera arrancado diciendo:
-- Soy gitano, ¿eh, mire? Y vengo a tu casamiento, a
partirme la camisa, aunque es de Terrasa...
Le falló la parte de los hermanos Alvarez Quintero.
Hombre, eso se hace un cursillo en andaluz. De criada de televisiva comedia de situación
mismo. O que Peret le hubiera dado una teórica y que no acabara como terminó, una
lágrima cayó en la arena. Pujol creía que su camaronismo sobrevenido iba a colar. Y se
olvidaba del "andaluces, levantaos". Los andaluces se levantaron y se pusieron a
abuchearle. Lo malo es que luego llega González y esos mismos andaluces se vuelven a
sentar. Cuando hablan de las elecciones en Estados Unidos, oímos que son los negros y los
hispanos los que le sacan las castañas del fuego a quien sale elegido presidente. Aquí
tenemos nuestros negros y nuestros hispanos. Es el voto hispano de Cataluña. Buscan el
voto de los andaluces porque son los puertorriqueños de la Gran Manzana de Barcelona.Una
manzana con chaflán donde, en su taxi, un emigrante de Almería oye legítimamente una
cinta de Camarón: "Señoras y señores/sepan ustedes/que la flor de la noche/pá
quien la merece"...