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Con
la de sitios que hay en Cádiz,
no pudieron ir a escoger otro que el Monumento. El Monumento, en
Cádiz, no es otro que el de la Constitución. Precisamente a
los pies de la Pepa, de la Matrona de Hispania que representa la
soberanía popular y las libertades se congregaron los que
quieren convertir en un pedazo de artista y en un genial hombre
de teatro a un asesino al que Dios, que es misericordioso, ha
recogido en su seno. Con la de sitios que hay en Cádiz, se
fueron a congregar precisamente a los pies de la Constitución
que quieren derogar a tiros, como Tejero, pero sin tricornio.
Algo tan contradictorio como si la Asociación Protectora de
Animales se reúne en la plaza de los toros o como si los
Alcohólicos Anónimos celebran un congreso en las bodegas de
González Byass.
Hablo de los congregados en Cádiz para rendir homenaje
póstumo (¿homenaje de qué?) a un tal Sánchez, asesino de los
Grapo convicto y confeso, autor del crimen colectivo de la
Cafetería California de Madrid, que en esta España donde los
terroristas nunca cumplen integras las penas, al salir de la
cárcel dijo encima que no se arrepentía absolutamente de nada,
reinserción (por los cojones) se llama la figura.
Esto es lo malo que tiene la libertad. El IVA terrible que
tenemos que pagar por ella. Los partidarios de Sánchez no
entienden otros argumentos que la bomba y la pistola. Pero
Constitución en mano nosotros hemos de concederles el derecho
de reunirse y de decir lo que quieran, al pie del monumento de
la Pepa de 1812 precisamente. No, no fue apología del
terrorismo, de ningún modo. Fue exaltación de un artista, de
un pintor que pintaba con amor... y mataba con odio. Esto es lo
más terrible, que usando precisamente la libertad que quieren
destruir, hubiera quienes se prestaran a este lamentable
Carnaval gaditano, en la exaltación del asesino convertido en
artista. Y si quieren, doy nombres. Allí estaba Vázquez de
Sola, al que en un tiempo pusimos como símbolo de las
libertades en sus dibujos publicados en Francia. Bueno, pues
Vázquez de Sola dijo que Sánchez era "un hombre de bien
que siempre actuó en defensa de la clase obrera", lo que
hay que oír, maestro... Y allí no estaba, pero mandó
adhesión, el juez Navarro, ese falangistón que creció en
travestismo democrático a los pechos de Plácido Fernández
Viagas, ahora convertido en exégeta de José Benigno Rey, otro
que tal baila.
Es terrible este precio que debemos pagar por la libertad los
que la defendemos: tener que tragar con que la usen los que
quieren destruirla. Sánchez quería para España un régimen
totalitario como el de Albania. Es lo que nunca se considera: el
modelo político que quieren imponer estos asesinos. Y sus
partidarios, que se lucraron en Cádiz de todas las garantías
constitucionales que ellos no tienen en cuenta para sentenciar a
muerte, por ejemplo, al empresario Rafael Padura o a los que
tomaban café en el California 47. Como el tal Sánchez, enfermo
y en peligro de muerte, tampoco tuvo el menor reparo en ser
ingresado en un hospital de ese Estado que quería destruir
matando padres de familia, uno de los cuales, encima, quizá un
militar, le hubiera legado su corazón para el trasplante, si no
hubiera fallecido antes.
Terrible precio de la libertad el que pagamos. La
conquistamos con la banda sonora del "Libertad sin ira,
libertad". Ahora, para defenderla, todo los días hemos de
entonar esta canción triste del "Libertad con IVA,
libertad".
Sobre este tema, en El
RedCuadro:
"El Carnaval del cartel"
Hemeroteca
de artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
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