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Tengo
que curiosear por Internet, a ver si el Instituto de
Estadística de Andalucía o la Consejería de Economía de la
Junta dan el dato: ¿cuántos bares hay en Andalucía?
-- Pues yo se lo voy a decir a usted, sin tanto buscar ni
tanta tecnología puntera: más que borrachos.
-- Muchas gracias por su respuesta, ¿qué quiere usted
tomar?
Eso es lo que hay, más bares que borrachos, y lo digo con
cifras en la mano. Según cifras oficiales facilitadas por el
Ayuntamiento, en Sevilla se abren al año 500 bares. Más que
borrachos. Quinientos borrachos nuevos de solemnidad no los hay
al año.
-- Pues mire usted que el mismo Ayuntamiento bien que
facilita las cosas, allanando el terreno para que las botellonas
acampen por sus respetos...
-- Es que hay que buscar futura clientela a la gran industria
local, que es el bar, motor de nuestra economía, prenda de
nuestro PIB, atracción de nuestros visitantes...
-- Pare usted el carro, que parece usted Juan Carlos Alonso
dando el pregón de la Feria de la Tapa.
-- ¿Ah, pero hay Pregón de la Feria de la Tapa?
-- No sé...
-- Pues será la única Feria
que no tenga pregón, les estamos dando una idea.
Esto, por lo que respecta a Sevilla, pero no creo yo que
Sevilla sea la ciudad andaluza con mayor número de bares.
Publicaron una vez una estadística que afirmaba que Cádiz era
la capital con más bares por cada cien habitantes, me parece
que había un bar por cada 47 habitantes si mal no recuerdo,
contando como tales baches y barras de peñas. Una verdadera
industria. Que como tal industria, tiene su I+D, su tecnología.
La acaban de inventar en Sevilla. Me refiero al Bonotapa. Como
el bonobús, pero en clase de tapas y de copas. Un abono, que se
pagan 3.500 pelas de vellón y te da derecho a ponerte morado y
oro, dentro de un orden, en siete acreditados establecimientos
del ramo, siete, a saber: Barbiana, Casa Modesto, Robles, El
Rinconcillo, Mariscos Emilio y Victoria Eugenia. La otra tarde,
en Canal Sur Televisión, vi que daban un reportaje sobre este
importantísimo avance tecnológico de nuestra primera
industria. No salían tíos con batas blancas y microscopios del
Parque Tecnológico de Málaga, ni laboratorios de la industria
sin chimeneas de La Cartuja. No. Salía un camarero de Casa
Modesto, presentando como un alto secreto de Estado los
mejillones que dan allí de tapas. Ni un general de cinco
estrellas del Pentágono habla con tanto misterio como el
camarero de Casa Modesto se refería a la fórmula secreta de
esos mejillones gratinados que menos cuento, que no los ha
inventado Modesto, que fue una creación de Becerra en los años
60, cuando aquello era el lugar del descanso del guerrero
antifranquista de los primeros socialistas de la escuela
sevillana, que como cabían en un taxi, decía el difunto
Cayetano Domínguez que tiraran con el taxi para la Puerta
Carmona, que ponían unos mejillones que quitaban el sentido...
de propiedad de los bienes de producción, como era la moda
ideológica de la época.
-- Usted sabe de tapas casi tanto como su prologado José
Antonio Garmendia...
-- Como que con esto del Bonotapa no hay quien me gane a
incorporarme a la modernidad de nuestro (lamentable) I+D.
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