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Que
inventen ellos, no. Inventemos nosotros. Ya inventamos el motor
de agua y ahora, la fregona sin cubo. Atucha ha inventado una
nueva acepción de "aniquilamiento". El prendimiento
de asesinos es un aniquilamiento; hay que dejarlos tranquilitos
campar por sus respetos, que están de nueve meses y el
"nasciturus" viene con un pan bajo el brazo. Un pan
con eme. Un pam, pam, pam de tres tiros en la nuca.
Y hay más. Celia Villalobos ha inventado las recetas locas y
el copago espongiforme. Y en mi pueblo (sí, aquí en la
provincia, ¿pasa algo?, donde no se medra ni se pinta la mona,
sino simplemente se pone la nuca a todos los efectos) acaban de
inventar la botella de cerveza de boca ancha. La cerveza de boca
ancha tiene algo de escopeta de cañones recortados. Las
botellas de cerveza las carga el diablo viernes y sábados
noche. Una botella de cerveza de boca ancha es como la boca de
fuego de un trabuco bandolero. Ya que los chavales se ponen
hasta la corcha de cerveza con escocés y rebujitos de diseño,
demos facilidades. Si antes de coger la moto y matarse con ella
beben la cerveza a morro y les cuesta tanto meter por el
estrecho gollete los pasaportes al séptimo cielo, inventemos la
botella de boca ancha, la naranjera de gollete acampanado. Vasos
fuera. Y si el invento va bien con esta "Big" a la
medida de la España de los Big Brothers con el pendiente y los
pelos teñidos de amarillo pollo, sigamos avanzando todos juntos
por la senda de la modernidad y el progreso, que pronto habremos
de lanzar al mercado la litrona de boca ancha, que será ya la
maravilla.
Mientras, en el Parlamento de mi pueblo han legislado que no
vendan alcohol en las gasolineras. Botellona del loro se llama
la figura. Y ni contar quiero la de invenciones de prohibiciones
contra el tabaco que sacamos cada día. Si yo me fumo un
cigarrito el viernes por la noche y después cojo el coche, es
muy improbable que mate a ningún padre de familia. Pero si yo
me bebo a morro siete cervezas seguidas, de boca ancha,
arrebujadas con todo lo imaginable, que San Cristóbal coja
confesado al que se ponga delante de mi coche. Y a nadie se le
ha ocurrido impedir la fabricación de estas botellas de cerveza
de cañones recortados.
Era mejor cuando inventaban ellos.
Sobre este tema de la movida, en El
RedCuadro
"Toque de queda contra la movida"
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