|  | Aunque
                no gasto pregones, la otra noche fui a uno. En Triana. En la
                calle Castilla, frente por frente a la iglesia de la O, donde
                está la otra Esperanza, que esa O es la O con el canuto de la
                gracia trianera que escribe la Expectación de María. Triana
                tiene las Esperanzas a pares: la de la calle Pureza y la de la
                calle Castilla. Y en estos duales barrocos trianeros, está la
                Peña Trianera por un lado y están por el otro las peñas
                trianeras que tienen su tertulia en el Centro Cultural Don
                Cecilio. Allí era el pregón taurino al que acudí. Presidían
                el salón desde un retrato los bigotes del abuelo de Carmen
                Sevilla. -- ¿El abuelo de Carmen
                Sevilla? Sí, el mismísimo Don Cecilio
                de Triana. Como en una soleá del Zurraque, Don Cecilio tuvo una
                nieta a la que puso Sevilla. Que Carmen la de Triana se hiciera
                Carmen Sevilla fue el mejor periódico satírico de don José
                García Rufino. El pregón taurino de Triana al que dedico este
                artículo escrito con tinta china de mantón de Manila, como me
                pidió Agustín Navarro, lo daba don Rafael Peralta Revuelta.
                Traduzco este retrato de familia, en la ciudad donde todos nos
                conocemos: el hijo de Rafael Peralta el rejoneador daba un
                pregón ante el retrato del abuelo de Carmen Sevilla. Pregón
                muy bien escrito y mejor dicho. Estaba Rafael Peralta poniendo
                de pie al respetable y yo me acordaba de que cuando hablaba
                Carlos Fuentes en el esnobismo con que los maestrantes quieren
                pasar por cultos, los ronquidos se oían en Pamplona. Rafael
                Peralta se sabe Sevilla y se sabe Triana. Y nos las explicó
                según las claves de las dos orillas del toreo. En Sevilla los toreros son de
                armonía y canon, apolíneos, de pies juntos, de recorte con
                gracia y galleo por la cara: Chicuelo, Pepe Luis, Manolo
                González. Son como un palio de cajón. En Triana los toreros
                son de compás abierto y de manos bajas, desgarrados,
                desmayados, dionisíacos: Belmonte, Curro Puya, Cagancho. Son
                como un palio con sonoras bambalinas. Pero de esto, que es así,
                desveló Rafael Peralta unas claves que me afirmaron en la
                suprema contradicción de Sevilla. Piensen en un torero
                simbólico y mítico de Sevilla, ahora en trance de
                recuperación, como Chicuelo. Bueno, pues el sevillanísimo
                Chicuelo, tan de la Alameda, nació en Triana, en el número 11
                de la calle Betis. Piensen en un torero simbólico y mítico de
                Triana, principio y fin del toreo, como Juan Belmonte. Bueno,
                pues el trianerísimo Belmonte, tan del Altozano, nació en la
                calle Feria. Entre soleares preciosas sobre
                el río que tiene Triana y que no lo tiene París, y el vestido
                que la Señora Santa Ana está bordando para un torero de la
                Cava, Rafael Peralta iba por la poesía de las dos orillas, y yo
                pensaba que esa suprema contradicción entre Triana y Sevilla,
                entre lo apolíneo y lo dionisíaco del toreo, tiene su clave en
                Curro
                Romero. Piensen en la definición del toreo según Sevilla y
                en el toreo según Triana y vendrán a la conclusión a la que
                llegué hace mucho tiempo, pero que hasta ahora, avalado por la
                ilusión y la juventud de Rafael Peralta Revuelta, no me había
                atrevido a formular: que el que pasa como simbólico y mítico
                torero de Sevilla, Curro Romero, es en verdad, ética y
                estéticamente, un torero de Triana. La verdad de la verónica
                de Romero viene directamente de Curro Puya, que le fue revelada
                por Salomón Vargas, su profeta. Curro, siendo el torero de
                Sevilla, jamás ha toreado con los pies juntos y las manos
                altas, apolíneo, sino que su hondura ha venido siempre del
                desgarro dionisíaco trianero. Cuando Romero me contaba la
                esencia de su vida lo presentía. La señora Andrea lo llevaba a
                ver las cofradías de Triana y a comprar cal en los polveros de
                Triana. Curro juega al dominó en la Peña Trianera. Para Camas,
                Sevilla se llama Triana. Y para Triana y para Sevilla, la
                esencia de las dos orillas del toreo se sigue llamando Curro
                Romero. Triana en El RedCuadro:  
                  Triana- tradiciones escritas en el palo de la cucaña  Triana en la "Guía Secreta"- Arte de Triana- Nacionalismo trianero...  Triana pura Rafael vuelve a Triana Triana en Castilleja
                    Isabel Pantoja, la Triana Pura del Puro Tardón
                    Dos señores de Triana Curro
                Romero en El RedCuadro Otros
                temas de Toros en El RedCuadro Otros
                temas de Feria de Abril en El RedCuadro  
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