No
todo es aberrante en el mundo de la telebasura. Al hablar de la
telebasura me refiero a la propiamente dicha: los programas
donde sale un hermano diciendo que su hermana es drogadicta,
borracha y ninfómana, y donde otra afirma que su ex cuñado es
un maltratador y un ratero. Me refiero a la que pasa por única
telebasura. Porque hay otra basura televisiva de la que no se
habla y en la que se expande más mierda y más peligrosamente:
la telebasura que consiste en la simulación del pluralismo.
Esas tertulias y esos telediarios escorados a babor o a
estribor, con opinión e información completamente sesgadas,
donde se da el pego, aparentando el pluralismo con la socorrida
coartada de una sola voz discordante, que cobra por ser el
gorila blanco de ese zoo donde todas las fieras son del color
que tienen que ser.
Para terminar con la telebasura
del pluralismo-ficción, los informadores políticos y
parlamentarios deberían ser sustituidos por los "paparazzis"
que acercan micrófonos y cámaras a las cutres reinas de
corazones. Echo en falta en la política ese periodismo a tumba
abierta, una maravilla, que se gastan los reporteros con los
famosos sin causa justificada. Está el buen señor saliendo del
restaurante, le acercan la alcachofa y le preguntan a bocajarro:
-- La hermana de su antigua
mujer dice que usted es un maltratador y que además se ha
llevado el dinero, ¿qué tiene usted que decir?
Lo que más me gusta es lo
protocolarios que son los reporteros en sus preguntas:
-- ¿Es verdad que la casa que
dice usted que es alquilada se la ha comprado, y además con
dinero negro?
¡Qué maravilla de cortesía
parlamentaria en las informaciones del corazón! Deberíamos
aprender de la telebasura para la telemierda de la política. Ya
que habrá comisiones de investigación en la Asamblea de
Madrid, dejémonos de cortesías parlamentarias, y que sus
señorías hagan un cursillo intensivo en la agencia Korpa y en
Europa Press TV. ¿Por qué el nivel de información popular
existente sobre el alcalde de Marbella ha de ser infinitamente
mayor que el que tenemos sobre el nonnato presidente de la
Comunidad de Madrid? Nada, nada, ¡reporteros al poder, al poder
parlamentario! Basta con que las comisiones parlamentarias se
hagan con alcachofas y cámaras en lugar de luz y taquígrafos.
Es que estoy viendo la maravilla, esa comparecencia de Simancas
y esos reporteros metiéndole la alcachofa:
-- Dicen que ustedes querían
cobrar las recalificaciones más baratas que ellos, y que por
eso han roto la baraja, ¿qué tiene usted que decir?
Pero abrirán, ay, esa
comisión de investigación, la cerrarán, y terminaremos
sabiendo de lo que pasó en Madrid bastante menos de cuanto pasa
en Marbella. Y a eso no hay derecho. La política está muy
necesitada de alcachofas. El guiso de esta olla podrida necesita
urgentemente alcachofas con preguntas a degüello. Faltan
alcachofas.
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