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El
propio Antonio Machado lo dijo: "Qué difícil es/cuando
todo baja/no bajar también". En ese Campoamor pasado por
Bécquer que dijo Cernuda que era Machado, lo contrario también
podría haberlo dicho: "Qué difícil es/cuando todo
sube/no subir también". ¿Entran los manuscritos de
Machado en la cesta de la compra? En ese caso, el IPC se va a
poner por las nubes. El kilo de Machado lo han puesto carísimo.
Está a 625.000 euros, que son (no se mareen con los ceros) más
de 100 millones de pesetas. Y eso que en el lote estaba "La
Lola se va a los Puertos" manuscrita por Manuel Machado,
que como ustedes saben no valía un duro.
En una sala de subastas de
Sevilla se ha aclarado un enigma histórico de la guerra civil,
ahora tan mitológicamente de moda con Pío Moa, cuando vuelven
a contarnos las batallitas del Ebro. Finalmente sabemos cuánto
valía la pistola de Enrique Lister. Conocen el poema de Antonio
Machado:
Si mi pluma valiera tu
pistola
de capitán contento moriría.
No sabemos cuánto vale la
pistola de Lister, pero sí la pluma de Machado: 100 kilos.
¿Barato, caro? Ni lo uno ni lo otro: superfluo. ¿Que se llevan
los manuscritos de Machado fuera de nuestra tierra, dice usted?
¿Y no estaban ya fuera de nuestra tierra? ¿O es que esos
manuscritos estaban en la Universidad de Jaén, pongamos por
caso, siendo estudiados por los machadólogos oficiales del
Santo Reino? Esos manuscritos estaban fuera de circuito, y es
como si no existieran. Tanto hablar de los manuscritos en
términos polémicos, pero ¿quién se sabe de memoria los
versos de esos manuscritos? ¿De qué nos valen los manuscritos,
si luego las ediciones de esos manuscritos están
descatalogadas? Mejor que gastarse el presupuesto en que unos
herederos trinquen el dinero y corran sería, por ejemplo, que
se hiciera una edición escolar de "Los
complementarios" y del "Juan de Mairena". O que
el Centro Andaluz de Teatro representara "La Lola se va a
los Puertos", para acabar con tanto tópico de la
Andalucía típica, pues fue el propio Antonio Machado uno de
los que los alimentó.
Me alegra que no haya un solo
euro de dinero público en ese pelotazo que han pegado unos
herederos interesados. Hay quien tiene un antepasado como si
fuera un cortijo, y quieren vivir de las rentas de la finca del
abuelo. La función social de la propiedad también debe incluir
a la propiedad intelectual. Los manuscritos de Machado no me
interesan nada. Me interesan los versos de Machado. Sobre todo
los de Manuel. De Antonio, me quedo con lo de Cernuda: es
Campoamor pasado por Bécquer. Ya verá usted cuando venga el
tiempo en que no sea buen negocio rentabilizar políticamente a
Machado, en lo que queda en la Andalucía de Juan Ramón
Jiménez, nuestra gran, olvidado y nada rentable poeta. Y aun
dicen que el Machado es caro...
La vajilla del
Príncipe
No, si a este paso al Príncipe
de Asturias le van a regalar hasta muñequitas de Marín
vestidas de flamenca para encima del televisor... Me extraña
que a esta altura de curso Teófila Martínez no le haya
regalado ya a Letizia, perdón, a Doña Letizia, un abanico de
pura artesanía gaditana. Aún estamos a tiempo. Porque Letizia,
perdón, Doña Letizia es la única de la Familia con mayúscula
que aún no tiene abanico gaditano. El abanico gaditano se está
perdiendo y es una pena, y por eso Teófila Martínez se lo
regala a la Reina, a las Infantas y a toda la que se deje. El
alcalde de Sevilla, como no tiene taller de abaniquería que
proteger, le va a regalar a Don Felipe una vajilla de La
Cartuja. ¿Captan el matiz, no? Cuando La Cartuja está a pique
de un repique en la Andalucía imparable, imparable de fábricas
que se cierran, el alcalde reivindica la calidad y belleza de
los productos de su loza y le envía al Príncipe de Asturias
una vajilla entera con todas sus piezas. Hay quien dice que ya
que se trataba de proteger a las industrias sevillanas en trance
de cierre, que también podía haberle mandado cinco cartones o
seis del Ducados elaborados en esa Fábrica de Tabacos de Carmen
la cigarrera que Altadis ha decidido cerrar en vista de que
Chaves quiere quitarnos a todos del tabaco. La Letiziamanía que viene
Sevillanas tiradas
Esto de La Cartuja lo ha hecho
el alcalde de Sevilla no solamente para ayudar a la industria de
la loza, sino también a la industria de las sevillanas. Sabe el
alcalde que la fábrica más importante de sevillanas está en
su ciudad y quiere dar facilidades a los letristas y
compositores. Se lo ha puesto ciertamente tirado. Así
cualquiera va de Aurelio Verde o de Paulino González por la
vida, miren qué fácil: "El alcalde de Sevilla/le regala
una vajilla,/ la vajilla cartujana,/y sale la sevillana/solita,
qué maravilla." Ea, a firmar, a grabar y al
Sevillanísimas de la Cope con ella... La Letiziamanía que viene
El ejemplo del Litri
Lo de las muñequitas de Marín
no lo digo en broma. Vajillas con sevillanas incluidas aparte,
al Príncipe de Asturias le pueden regalar auténticos espantos,
costosísimos además, pagados por los presupuestos municipales,
provinciales o autonómicos. Si el alcalde de Sevilla le ha
regalado una vajilla, Chaves le tiene que regalar por lo menos
la mesa para poner esa vajilla, y las sillas para que se sienten
los comensales, y un abono con el catering de Juliá por un
año, para que "no farte de ná". Pueden ser
espantosos los regalos inservibles y carísimos que reciba la
real pareja, que, además, tiene la casa ya puesta, por lo que
no cabe regalarles el socorrido microondas con o sin grill. De
ahí que deberían tomar ejemplo de Rocío Báez,
la hija de Miguel Báez "El Litri", que cuando se
casó puso en la invitación de boda que el dinero que pensaban
gastarse en el regalo lo ingresaran directamente en la cuenta
corriente de una ONG, y venían varias de ayuda a la infancia, a
las zonas más pobres de Sudamérica o a los médicos que
trabajan para el Tercer Mundo. Que les hace más falta.
Sangre andaluza
La Guardia Civil ha rendido
homenaje a sus 217 agentes asesinados por la ETA. Se dice
pronto, que de los 1.000 muertos del terrorismo, 217 sean
guardias civiles. Y nos queda una pregunta que aún es para
ponerse más triste: de esos 217 abnegados guardias civiles
muertos por España, ¿cuántos eran andaluces que tenían el
honor por divisa? ¿Y cuántos andaluces de la Policía Nacional
fueron asesinados? ¿Cuántos militares? Son unas estadísticas
que no conocemos, pero que nunca debemos olvidar.
La General catalana
En Granada es posible hasta que
la Caja de Granada no se llame Caja de Granada, sino La General.
Por eso La General ha decidido que La General se llame como la
gente llamaba a La General. Marchando una de Caja de Granada.
Han explicado por qué, pero nosotros encontramos otra razón.
Lo de General era excesivo. Era, en todo caso, La Comandanta o
todo lo más La Coronela, como el nombre de la leche. Para
escarnio de andaluces, la caja verdaderamente General, pero
general de división por lo menos o teniente general, capitán
general del dinero, vamos, es La Caixa catalana. Ay, Dios mío,
si las cajas andaluzas fuesen en Cataluña tan fuertes como La
Caixa en Andalucía... Claro que en ese caso esto no sería
Andalucía, claro.
Viajeros románticos
La Fundación María Fulmen de
Sevilla rinde homenaje a Margarite Yourcenar en tanto en cuanto
feminista, y de paso nos recuerda que la autora de las
"Memorias de Adriano" estuvo en nuestra tierra pasando
la Semana Santa de 1960. ¿Escribiría algo de aquí? Son los
nuevos viajeros románticos, de los que nadie se ha ocupado. En
un libro conmemorativo de los 75 años del Real Club de
Andalucía hemos leído que muchas primaveras vino James
Mitchener, el escritor norteamericano autor de tantos "best
sellers", como su conocida obra "Iberia". Uniendo
los nombres de Yourcenar y Mitchener nos encontramos con que los
Merimée y los Borrow de nuestro tiempo siguen existiendo, lo
que ocurre es que no existen antología de estos libros de
viajeros extranjeros por nuestra tierra. Ahí tiene materia la
Consejería de Cultura, por si le faltara trabajo...
El Buscarruinas
Andalucía sigue dando
literatura casi automáticamente. Personajes pirandellianos en
busca de autor. La Policía ha detenido por 37 vez a un
delincuente habitual, especializado en quitarles las pistolas a
los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Se llama de una
manera que es el título de una novela negra: El Buscarruinas.
Parece el nombre de un personaje de una novela tremendista del
olvidado López Pinillos "Parmeno", casi pariente
lejano de su "Cintas Rojas". Hay un bandolerismo
urbano que podría dar para muchas novelas negras. Juan Bonilla,
ahí lo tienes: duro con El Buscarruinas, qué gran novela negra
tiene la Andalucía de los barrios marginales de las grandes
capitales. Como la novela de las pateras, que está ahí por
escribir, y que está en Tarifa como esperando a Juan José
Téllez para que Lara le dé el Planeta y lo publique con una
cubierta pintada por Guillermo Pérez Villalta, naturalmente.
Memoria
de Andalucía
La
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Idígoras y Pachi en el archivo del humor de EL MUNDO
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