Sábado 16 de enero: Franquicias de café

Hubo una Sevilla del motocarro. Todo el mundo se compraba un motocarro para dar portes. Luego, todo el mundo ponía una tienda de electrodomésticos. Más tarde, todo el mundo ponía una casa de muebles de cocina. Ahora la moda es la franquicia, palabra espantosa, que suena a Régimen Anterior. Sevilla está franquiciada, ¿quién la desfranquiciará? Como cafetero de la antigua observancia de Catunambú, del Tupinamba de la calle O´Donnell y del Puerto Rico de la esquina de Tetuán con Rioja, le doy las gracias a la moda de las franquicias. Siendo Sevilla la ciudad más cafetera del mundo, no había dónde tomar café. Mucho menos en Sierpes y en el centro. En el campo puede que lloviera café de Juan Luis Guerra, pero en la ciudad, ni gota. Gracias a la moda de las franquicias del moca, ya hasta puedes elegir entre un cortado de Kenia o un solo de Costa Rica. Los bares cerraron porque había muchos bares y nos quedamos sin poder tomar café. Ojalá las franquicias de café no cierren porque hay una franquicia de café en cada esquina.

Viernes 15 de enero: Muy Nupcial Ciudad de Sevilla

Tras tantas bodas de feria, riá, riá, pitá (Doña Elena, Eugenia, Vicky), está muy bien la Feria de las Bodas. Sólo a un hombre enamorado como a Felipe Luis Maestro se le podía ocurrir organizar el Salón de la Novia cual Salón del Automóvil. En Sevilla siempre se alquilan balcones para un casamiento que se va a hacer. Hay hasta listas de espera en las iglesias casamenteras: la Macarena, el Gran Poder, la Caridad, el Salvador, la Capilla Real... Listas de espera para los convites nupciales en Villa Luisa, en el Alfonso, hasta en los asadores argentinos de la carretera de Brenes. La Plaza del Pan, El Salvador y alcaicerías adyacentes son ya la Costa de la Novia. Donde antes las gabardinas de Pedro Roldán, ahora un tul ilusión tipo Eugenia. Diademas tipo Eugenia en la sección nupcial de Elena Bernal. Una gran industria de Sevilla, todo tipo Eugenia. Falta arroz en las marismas para abastecer las bodas civiles de Viapol. Deberían pedir que Sevilla fuera declarada oficialmente Muy Nupcial Ciudad.

Jueves 14 de enero: Muro, vallas y foto

El viento derribó el muro de Miraflores. Ya, El Muro de Osuna. Aun cuando Baena Bocanegra demuestre en su día que no era El Muro de Osuna, esto es El Muro de Osuna, como el otro es El Muro de los Navarros. Los muros a veces caen sobre las conciencias. Dejan al aire muchas cosas. Desde la Ronda se ve ahora perfectamente, por ejemplo, la mala baba de quien aprovechó los cascotes sangrientos del Muro para tratar de poner con ellos los cimientos de su campaña a la alcaldía. Este quién ha querido hacer caer el Muro sobre las anchas espaldas de Soledad Becerril, desde una Diputación bien apuntalada. Menos mal que el viento no tiró ni una sola valla publicitaria suya, donde podemos escribir que hay quienes siguen practicando la sevicia del "todo vale". Y hay otros quiénes aún peores. Los que siempre salen en la foto y tenían que haberse hecho ahora obligatoriamente el fotomatón de las responsabilidades de Urbanismo, suyas. Había ido a hacer un mandado. Pero le han hecho la foto. Sale con el culo al aire.

Miércoles 13 de enero: La corbata del lotero

Me he acordado de Fernando Solís Atienza, el marqués de la Motilla. Sí, el consuegro de la duquesa de Alba, para entendernos. El padre de Mati. El suegro de Carlos Huéscar. Pero también el presidente del Banco de Andalucía, el primer contribuyente de Navarra. Cuando por el verano llegaba el gran empresario que era Fernando Solís a tomar el aperitivo en el Casinillo, completamente trajeado, desde su despacho del Banco de Andalucía, sus amigos le gastaban bromas por la corbata. Fernando, con su timidez, se vengaba: "Pues llevo corbata porque aquí soy el único que viene de trabajar". Estoy en José Luis de Plaza de Cuba. Hora del aperitivo. Ni una corbata. Los que vienen de trabajar, los que vienen de hacer como que trabajan y los que vienen de jugar al golf en Pineda o de machacarse en los aparatos Galispor. Ya ni los que vienen de trabajar llevan corbata. Lo elegante es fingir que no se trabaja, vestir de chaleco y Barbour. En el bar de la Plaza de Cuba, el único que ahora va de traje y corbata es el lotero.

Martes 12 de enero: Qué Agudo, Botero...

Ni el turismo, ni la Junta, ni Sevillana, ni Cruzcampo. La principal industria de Sevilla es el cartel. Los carteles vienen de dos en dos, como Santa Justa y Rufina, que se ha demostrado que no es de Velázquez: es de Rojas Marcos. Cartel de Semana Santa del Consejo: Antonio Agudo ha inventado un Cristo expirante. Vamos, que no le gusta ni El Cachorro ni El Museo, ni ninguno de los 54 Cristos de cofradías. Esto es como pintar en Jerez el caballo de Jesús Gil. Cristo como de Valladolid o de Zamora para Sevilla. Y el cartel de la Real Maestranza, para Botero, que es como la calle Boteros, pero sin S de Sevilla. Fernando Botero es colombiano, como el café de la hermana de Pepe Cobo, quien sabe tela de galerías preciadas y me dice que Botero está pasado de moda y pasado de maracas de Maracaibo. Sevilla recoge a Botero en la Real Maestranza como podía acogerlo en la Caridad. Pintará un picador gordo colombiano. Con la cantidad de picadores gordos sevillanos que están haciendo el plan de la sopa comegrasas...

Lunes 11 de enero: "¿Aquí cuándo trabajáis?"

Días de almanaques nuevos. Eurocalendarios con el 1999 y el año 2000. Europa. En el restaurante oficial del currismo en Tomares, Esteban me da su almanaque. Trae un muletazo de Romero, a media altura, a aquel toro de Piriz de la feria de San Miguel, enorme, y trae las fechas de la Semana Santa, de la Feria de Abril y del Rocío hasta el año 2006. No hay problemas. Ya sabemos que el Lunes de Rocío del 2001 es el 4 de junio. Las 35 horas y que no farte de ná. Llego y veo sobre la mesa el almanaque-block-de-notas de Antares, blanco y radiante. La Sevilla de los yupis, de los brookers, del paddle y del mercado de futuros. Y otra vez, como parte fundamental del calendario, las fechas de la Semana Santa, de la Feria y del Rocío de aquí al año 2006. Las 35 horas y que no farte de ná. Espero que estos almanaques no salgan de Sevilla. Más que nada, para evitarnos la respuesta incómoda a la pregunta fácil de siempre: "¿Pero aquí cuándo trabajáis?"

Domingo 10 de enero :"El mundo del centro"

Con un fondo de cornetas, ha sonado el lema por las radios de los taxis: "Sevilla será el centro del mundo". Las páginas que tiene usted entre las manos no dejan a la redonda divisa blanca y verde por embustera. Aquí, Abel Infanzón, dejando las callejuelas sin salía del Casco Antiguo se va a meter todos los días en carretera por La Ese 30, de la Sevilla adosada a la Sevilla endiosada, la Sevilla adorada y la Sevilla dorada de píldoras intragables que nos sirven en el desayuno, pan tostaíto migaíto con café. Sevilla será el centro del mundo, si... ¿Pero sabemos cuál es el centro de Sevilla? Lo siento, pero La Campana ya no es el centro de Sevilla. La Venera ya no es el Kilómetro 0. Había una Sevilla y existía un centro: "Niña, que voy al centro.." Ahora hay muchas Sevillas y muchos centros. Nervión es ya tan centro como La Campana. O más. Dicen que la nueva Venera es el Campo del Sevilla Fobaclú. Quizá por eso Sevilla ande últimamente tan descentrada.

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