Como es norma de la casa, cuanto voy a decir es políticamente incorrecto,
tras el esplendor y gloria de un Corpus de Puerta del Príncipe que estamos celebrando
todavía, porque Sevilla no sólo festeja el Corpus cuando Dios manda, en jueves y con
sol, sino que continúa en los palillos y chambergos de los seises, estas hermosas y
secretas tardes de Infraoctava, a hora taurina, en el altar mayor de la Catedral. Si
estamos en un Estado no confesional, ¿por qué los candidatos a la Alcaldía se
aprovechan de Dios Sacramentado de manera tan descarada, convirtiendo la procesión en un
mitin itinerante, ahora saludo a éste, ahora le hago así con la manita a aquél? Y el
peor de todos, el de la Diputación. Su partido anda pidiendo escaleras para quitar el
Crucifijo de las escuelas y él, con más cara que en las vallas electorales, ahí que va,
pista que va el artista, de chaqué, saludando si hay que saludar. Señoras y señores:
que delante de ustedes iba nada menos que ese Dios de Sevilla que en cuanto hace calor se
echa a Cuerpo a la calle...
Viernes 4: Fue
Gregorio Conejo
Tranquilos, sevillistas. Tranquilos, béticos. Que Pepe Torres Hurtado
quite esos letreros de precaución que ha puesto, como los que hay en la carretera de
Ronda a Marbella: "Peligro de avalancha de peñas". Nadie va a echar a las
peñas de nadie contra las de nadie. Esto no va a ser una guerra civil sevillana a
peñascazo limpio. El dueño del Betis no ha hablado todavía a las peñas porque está
haciendo una profunda investigación sobre las bolsas entregadas a los jugadores del
Lérida. Eran bolsas de cáterin de Rafael Juliá, invitación de la casa. Las bolsas
contenían un bocata y una lata. De cocacola lai. Lai con el ay... Y desvelará ante las
peñas lo que todos presentíamos: que fue Gregorio Conejo. En lo del Lérida no hay más
culpable que Gregorio Conejo. Ustedes saben mejor que yo que de todo cuanto le pasa
últimamente al Betis tiene siempre la culpa única y exclusivamente Gregorio Conejo, que
es la suma de todos los males del Betis sin mezcla de bien alguno. Gregorio, hijo: ¿por
qué haces estas cosas?
Jueves 3:
Felicitación al Málaga
Los béticos del sector histórico podemos comprender mejor que nadie la
alegría de la ciudad de Málaga con el ascenso de su equipo a Primera. Si tenemos una
autonomía de Primera, del 151, de pata negra, nuestros equipos donde tienen que estar es
en Primera, aunque haya algún ganster fresco y recién importado de Chicago que esté
haciendo todo lo posible para impedirlo. Nuestro contento, pues, por el regreso del
Málaga. Pero esta alegría debería expresarla la ciudad oficialmente. ¿Lo ha hecho?
Hijo, como los acuerdos de la Comisión Municipal de Gobierno parecen a veces de la
secreta... ¿Ha felicitado Soledad Becerril a su colega Celia Villalobos, de capital
andaluza a capital andaluza, por el ascenso del Málaga, acontecimiento que ha sido en
aquella ciudad una alegría colectiva? Si no lo ha hecho, a tiempo estamos. Con estos
gestos se deshace ese entuerto que Chaves no ha sabido deshacer y al que en el resto de
las provincias andaluzas llaman "centralismo sevillano". Que conste que este
sevillano al menos, nada centralista, se alegra una jartá con lo del Málaga.
Miércoles 2:
Un gran señor del Arenal
Tan bético, que hasta tenía nombre de futbolista del Betis. Tan del
Arenal, que era de la Caridad y de la Pura y Limpia, y el nazareno que iba más cerca de
la Virgen de la Carretería. Hay unas desconocidas burguesías de los barrios, una
burguesía de Triana, una pequeña burguesía de la Macarena. Don Adolfo Cuéllar
Contreras era un clásico de la burguesía del Arenal. Sevillano serio, hondo, pero con
gracia. Y por encima de todo, defensor de las libertades desde sus convicciones
cristianas. Tenía un número muy bajo en la Cofradía de la Democracia, pues fue de los
que reorganizaron la hermandad durante la dictadura. Lo de concejal de Izquierda Unida era
apenas una caricatura de este gran señor del Arenal. Para su pura y limpia hoja de
servicios cívicos, era don Adolfo Cuéllar, ese "don" que Sevilla da
como reconocimiento. Para nosotros los de su barrio del Arenal era todavía Adolfito
Cuéllar, el hijo de aquel otro gran letrado Adolfo Cuéllar. Los heraldos sevillanos de
la muerte sabían hace tiempo que se iba. Y lo de siempre: estas cosas no se las hemos
dicho a Cuéllar hasta que se ha ido.
Martes 1: El
párroco de San Bernardo
Quizá sea el último cura con sotana que queda en Sevilla. Cura con todos
sus avíos, cura de los pies a la cabeza. Hacemos memoria y no nos sale más sotana que la
del párroco de San Bernardo. Un señor con sotana. Modesto donde los haya, pero en todo
lo suyo de su tarea pastoral. Lo encontramos muchos domingos en el Bar Asturias de la
Enramadilla, dando cuenta de una fabada en paz y en gracia de Dios. Se sabe párroco de un
barrio que socialmente ya no existe, apenas el Miércoles Santo, cuando sale la cofradía
por la calle Ancha, apenas en el mito torero de Pepe Luis y el azulejito de la casa donde
nació. En el barrio condenado por la especulación, don José ha hecho una labor de las
que no se olvidan. Don Otilio Ruiz el de Los Remedios o don Antonio González Abato el del
Tiro de Linea, otros dos grandes párrocos, se murieron sin ver su nombre en el callejero.
Se están imponiendo, menos mal, los homenajes en vida. Don José Alvarez Allende puede ya
ver su nombre en azulejos en el barrio que tanto le debe.
Lunes 31: Los
homenajes, en vida
No hemos hecho el elogio del trasladado Ateneo bajo la presidencia de
Antonio Hermosilla y debemos hacerlo. Hermosilla, que nos entregó hace poco un delicioso
libro de nostalgias de la ciudad, hace ahora una raya en el agua del Guadalquivir. El
lunes, el Ateneo da un homenaje de reconocimiento a sevillanos que lo han ayudado en sus
empresas culturales o benéficas. Recibimos cédula de convite para el acto, y en ella
vienen los nombres de este cartel tan bien rematado: Valentín Alvarez Vigil, Francisco
Baena Bocanegra, Manuel Clavero Arévalo, José Joaquín Gallardo Rodríguez, Diego
Gallego Jurado, José Luis Manzanares Japón y Gabriel Rojas Fernández. Un homenaje a
siete señores que no se han muerto, a los que el Ateneo les reconoce méritos en vida...
¡ Qué cosa más rara! Toquemos madera, porque a Joaquín Carlos López Lozano le iban a
entregar una medalla en vida y el día que estaba anunciado el acto se murió el pobre...
(Cruzada anti-tópicos: hemos escrito del Ateneo sin poner ni una sola vez "la docta
casa"...)
Domingo 30:Hornos sin
San Buenaventura
Antes los muertos estaban inscritos en las listas electorales, y las gentes
les mentaba los ídem a los que hacían el censo, aquellos follones de las colas en la
calle Pastor y Landero con las criaturitas que no sabían donde tenían que votar.
Toquemos madera con el censo del 13-J, aparentemente bien hecho, hasta el punto de que en
el Internet de la Diputación pones tu DNI y te dice en qué colegio electoral y en qué
sección y mesa tienes que votar. Ahora los muertos no están en el censo, sino en la
campaña electoral. La alcaldesa anuncia como futuro logro que el cementerio lo van a
poner de dulce, que va a tener hasta cafetería, con aguardiente antiguo de velatorio nos
imaginamos, las penas con pan para mojar en la salsa de la tapa de menudo son menos. Y
anuncian hornos crematorios como si hablaran del horno de San Buenaventura, en esta moda
que ha entrado de dejar dicho que quemadito de La Puebla y cenizas al campo del Betis.
¿Pero no tienen ustedes nada más alegres para prometer en la campaña electoral?