Volver a la página principal Indice de "Puntas del Diamante" | ¿QUIÉN HACE ESTO? | Articulos de "El Mundo"
Puntas del Diamante / Antonio Burgos
El Mundo de Andalucía, sábado 13 de abril del 2002 Ilustración de Idígoras y Pachi El último libro de Idígoras y Pachi
Un irreal sueño real
-- ¿Oye, quién es ese muchacho alto que está saliendo tanto junto a Chaves en el Canal Sur?
He soñado maravillas. He soñado que un día Don Felipe visitaba los cultivos bajo plástico de El Ejido, que conocía de cerca las condiciones en que los magrebíes doblaban el espinazo. He soñado luego que iba a Las Tres Mil Viviendas de Sevilla, dado su interés por los temas de medio ambiente y especialmente sobre las condiciones de vida de las víctimas de los camellos en nuestros barrios marginales. Seguí soñando, y vi cómo el Príncipe entraba en la sala de espera de las urgencias del García Morato, y visitaba luego el "vivac" tercermundista de los familiares de los enfermos de la UVI, terminado lo cual se iba a un ambulatorio, donde le enseñaban, cogiéndolo entre cuatro de largo que era, el papel de las listas de espera para hacerse una radiografía de rodilla. En mi sueño, lo vi luego cómo circulaba por los baches de la A-92 y lo desviaban en el aterramiento de Diezma. Siguió el sueño, y ahora estaba respirando los pestilentes aires del Polo Industrial de Huelva. Recibiendo estaba a los Grandes de España residentes en Andalucía, ¿pasa algo?, cuando saltó a la arena "Ojito", un toro de don Alvaro Domecq, lo citó de largo Dávila Miura y me desperté...
Memoria de Andalucía La Andalucía de Idígoras y Pachi
Idígoras y Pachi en el archivo del humor de EL MUNDO
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La política, que hace extraños compañeros de cama, hace también rarísimos cambios en las denominaciones de las cosas. Por sentencia firme de los tribunales, la Costa del Sol va a ser ahora, por ejemplo, la Costa de la Sombra. La Costa marbellí y marbellera donde, desposeído Jesús Gil de la alcaldía por meter sin estilito y descaradamente la mano en el cajón en el caso de las camisetas (camisetas sudadas por los peores hábitos de ejercicio del poder), dice el convicto de Los Ángeles de San Rafael que va a seguir gobernando en la sombra, por persona interpuesta. No debe de sorprender tanto. Si lo pensamos bien, esto de los gobiernos en la sombra de los que manejan el tejemaneje por medio de persona interpuesta no es privativo de Marbella. Gran parte de Andalucía es a estos efectos una inmensa Costa de la Sombra, del poder desde la sombra, para que otros toreen brindando al sol. En Sevilla, sin ir más lejos, hay un ayuntamiento donde casi tanto como el alcalde, o más, manda un señor que está en la sombra. En la Junta de Andalucía, sin ir más lejos, sigue mandando, y tela, lo que dice uno de aquí que fue presidente del Gobierno de España, cuyos deseos desde la sombra son órdenes hasta para quienes son presidentes del partido en el que ha quedado aparentemente de diputado raso y militante de base. Así que lo de Gil no es tan excepcional.
Efecto Fontaneda
Toda España se ha enterado de dónde está Aguilar de Campoo. Qué buenas son las galletas Fontaneda para que toda la nación se entere de que una multinacional coge el portante y la media manta y se va a las Vascongadas y a Navarra, donde atan con longaniza los beneficios fiscales a las empresas. Con Aguilar, Castilla y León se han puesto en pie, Castilla ha fortificado el castillo y el León ha enseñado sus garras. Como andaluces, nos hubiera gustado que el Efecto Fontaneda se hubiera sentido en Andalucía cada vez que una multinacional pegaba el cerrojazo. Ya quisieran los mineros de Aznalcòllar haber tenido en toda España el tratamiento informativo de los galleteros de Aguilar de Campoo. Ya quisieran los empleados algecireños de Conservas Garavilla haber tenido ese apoyo mediático. En el caso de Fontaneda, la Junta autonómica se ha puesto en cabeza de las reclamaciones. Y no mandando a los de Fontaneda contra el Gobierno de Madrid, como por aquí abajo se estila, sino yendo directamente contra la multinacional. Lo más curioso de análogos casos andaluces es la cantidad de paños calientes que un gobierno que se dice socialista, como el de la Junta de Andalucía, les pone a las multinacionales para que hagan de su capa un sayo. Y nada decimos cuando esa multinacional es el propio Gobierno de los Estados Unidos y los 1.200 puestos de trabajo que están en juego son los de los currelantes españoles de la base de Rota.
Bueno, de Huelva, y de Granada, y de Córdoba... Malos tiempos para la idea de unidad de Andalucía correrán desde el lunes. Feria de Sevilla otra vez. Traduzcan: agravio informativo de las televisiones (incluido Canal Sur) hacia el resto de Andalucía. Los andaluces no sevillanos otra vez tendrán que soportar los programas del corazón y del famoseo hechos desde el Real por los equipos especiales enviados a la tierra de la gracia y del salero que no se puede aguantar (desde luego que no se puede aguantar). Otra vez Feria de Sevilla hasta en la sopa. Quiero decir, hasta en los anuncios del sopicaldo exprés. Algunos sevillanos que están contra tal utilización de la imagen folklórica de la ciudad también deberían salir. Con una pancarta: "Perdonen las molestias." Lo peor de esta inflación de Feria de Abril es que la autonomía no ha servido para decirle a Madrid que también existen las Cruces de Córdoba, la Feria de Málaga, la de Granada, las Colombinas...
Linces contra conejos
Como cualquier asunto es bueno para establecer una competencia entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central, ahora se rifan el apoyo a los linces. A ver quién se gasta más dinero aquí en linces, si Medio Ambiente de Madrid o Medio Ambiente de la Junta. Se ve que es pura demagogia ecologista. Porque el problema, según ellos mismos dicen, no es del lince, sino del conejo. Escasean los linces porque no tienen conejos que comer. Aquello que sin tanto cuento de ecologismo ya advirtió el escritor Jesús de las Cuevas cuando comprobó que cada vez había menos buitres en las almenas del castillo de la marquesa de Tamarón en Arcos de la Frontera. Como los buitres se alimentaban de abandonados burros y mulos muertos, y en el campo las bestias de carga fueron progresivamente sustituidas por tractores, Jesús de las Cuevas escribió: "Desaparecen los buitres porque los buitres no comen tractores de desguace". Desaparecen ahora los linces porque no tiene conejos que comer. Desde un absoluto desconocimiento de las Ciencias Naturales (ya que somos de letras), nuestra pregunta de Pero Grullo es: ¿y en vez de gastarse tanto dinero en el lince, no sería mejor cuidar que no desaparecieran los conejos? Y otra pregunta más, igual de perogrullesca: ¿cómo siendo un animal tan prolífico no quedan conejos en el campo, si antes había que hacer hasta descaste de ellos en las fincas? Y una tercera: ¿por qué los ecologistas profesionales se preocupan sólo del lince, y les parece lo más normal del mundo que se coman a los pobrecitos conejos? ¿Quién protege a los conejos, preguntamos en albertiano plan "qué cantan los poetas andaluces ahora"? Aunque quizá esta última cuestión es altamente peligrosa. El dineral que nos va a costar, como se establezca una competencia en el Plan de Protección del Conejo Hispánico entre la Junta y el Gobierno de Madrid...