PUES si Sevilla no fuera la Ciudad del Conformismo A La Que Todo Da Lo Mismo, otra vez se armaba aquí hoy el Dos de Mayo, sin que Daoiz asomara el zapatón de bronce en su pedestal de La Gavidia. Se armaba el Dos de Mayo, como hace dos siglos, cuando González Cuadrado y Palacios Maraver dieron la vida por esta Patria a la que llamamos Sevilla, sin que la ciudad haya tenido ahora, al cabo de doscientos años, ni un detalle con estos hijos ilustres.

—Pues las gracias han de dar, que no les han quitado las calles, por franquistas...

¿Por qué se armaría el Dos de Mayo si esto fuera como debería ser? Pues por la plataforma «No me compliques la vida», loable iniciativa cívica que nos demuestra que no todo es perfil plano en la ciudad de conveniencias y cobardías, donde hay gente que aún da la cara.

—Para que se la partan, claro...

¿Usted no ve cómo tenemos lo que nos merecemos? Lo que no nos merecemos, quizá, son iniciativas como la del «No me compliques la vida», a la que muchos responden: «Mañana me lo cuentas», que es lo que aquí priva. Frente a esta atonía ambiente, yo hoy hasta pido bolis prestados, para firmar iniciativas por colleras, como los Hermanos Peralta. A saber:

1.- Firmo para sumarme a la petición de Juan José Cortés, el padre de la pobre niña Mari Luz, asesinada por un pederasta por culpa de los resquicios de los defectos del sistema. Pido con ese pliego no sólo la cadena perpetua como pena para este tipo de delitos, sino que exijo algo incluso más fácil: el cumplimiento íntegro de las penas. ¿De qué nos sirve poner la cadena perpetua, si con el actual ordenamiento reinsertador a la postre se convertiría en unos añitos de cárcel y luego a la puta calle?

2.- Firmo también para sumarme a la petición de la plataforma que les dice a los políticos: «No me compliques la vida». Con la de problemas gordos, gordos que hay en Sevilla, no me vengas con la chorrada del cambio del nombre de las calles, tío.

¿Usted sabe cómo se acabaría de un plumazo con el falso problema de los nombres de las calles, esta tontería malvada y revanchista que se han inventado? Pues diciéndole al Tío de la Cachimba que, vale, tío, cambiamos todos los nombres que quieras; pero los gastos y la pérdida de tiempo que eso origine nada más que en burocracia y en cambios de membretes y artículos de escritorio los tienes que pagar tú de tu bolsillo. Vamos, que él se encargue de cambiar el domicilio en el DNI, en el carné de conducir, en la cuenta del banco, en Sevillana, en el gas, en Telefónica y en todo lo que haga falta a los vecinos de la plaza de Ruiz de Alda, por ejemplo. Y que, además, les pague a todos tarjetas de visitas nuevas, y membretes de cartas nuevas. Vería usted cómo no se cambiaba un solo rótulo, con lo peseteros que son estos mamarrachis mariachis de Fidel Castro, que como no los conviden no van ni a El Portón a tomar café.

Lo malo de esto es que los políticos les suelen responder a los sevillanos inconformistas y con conciencia cívica, cuando plantean los problemas verdaderos (como la crisis económica, las plazas escolares, los pisos sin vender, los colapsos de tráfico, la falta de aparcamientos, la delincuencia y las etcéteras) con la misma frase que el título de la plataforma: «No me compliques la vida». La vida para ellos es ese mundo de delicias que nos predican y estos problemas de nomenclátor que se inventan para que no nos ocupemos de los verdaderos. ¿Y sabe usted lo que me preocupa a mí en este puente del Primero de Mayo? Pues la barra de bar como indicador económico. Hoy es el largo puente de los madrileños, el Puente de los Franceses, por aquello del Dos de Mayo. Y como a las 2 de la tarde la barra de Robles esté hoy medio vacía, y como en Trifón no haya un alma, y como en Becerra de Gamazo queden mesas vacías, y como los hoteles con encanto estén al 60%, malo. Señal de que la crisis es más gorda de lo que dicen, y que no ha venido nadie de Madrid en el Ave a pasar el puente. Baso mi inquietud en un dato: las estaciones de servicio ya han anunciando que en este puente esperan vender un 10% menos de gasolina que el año pasado. Esto sí que debería preocupar a los políticos, y dejar tranquilito a Pío XII, ¿no, eminentísimo señor cardenal?