NO dice aún lo de «miembros y miembras», pero lo dirá. Al tiempo. ¡Buenos son éstos para la igualdad de géneros (de punto)! No ha dirigido la Agencia Andaluza del Flamenco (y de la flamenca Cristina Hoyos, bailaora del Régimen), pero tampoco la ha doblado en toda su vida, siempre en la política. Pues aunque es diplomado de Enfermería, como siempre ha ido de «liberado», seguro que si le dan una jeringa le pasa como al gitano que entró a trabajar en una obra, le dieron una espiocha, y se puso a mirarla por un lado y por otro, venga a mirar, le preguntó el capataz qué miraba tanto, y le respondió: «No, que estoy mirando dónde tiene esto el motor». (Y mucho predicar la religión de la bicicleta y el transporte público, pero a él bien que lo recoge el coche oficial todas las mañanas en la plaza de Santa Cruz, ¿no, vecinos del barrio?)

El Cachimba es nuestra Bibiana Ha Ido. Gente que si no estuviera en la política, no pasaría nada. Gente que está en puestos que si los suprimieran para ahorrar gastos (que falta hace empezar a dejar de derrochar el dinero público), tampoco pasaba absolutamente nada. ¿Qué pasaría si en el Ayuntamiento suprimiéramos la Primera Tenencia de Alcaldía? Pues que, de momento, el alcalde se iba a quedar como perro que le quitan pulgas. Y los sevillanos, más contentos que unas Pascuas, librados de nuestro máximo especialista en crear problemas donde no los hay, porque éste es de los que tienen un problema para cada solución.

Digo que El Cachimba es nuestra Bibiana, porque igual que la Ministra de Igual Da Que La Haya O No, con la que está cayendo en la economía, con la crisis, con la huelga de camioneros y pescadores, con los mercados y supermercados desabastecidos, con las hipotecas por las nubes y con todo parado, se dedica a crear una chorrada como el Teléfono del Maltratador, a esta criaturita que tiene el clamoroso respaldo de 25.772 votos, con Mercasevilla paralizado, con la Ese Treinta colapsada, con las gasolineras sin combustible, con el comercio y la construcción paralizados, no se le ocurre al carnes mías otra cosa que sacarse de la manga los nombres franquistas de las calles. ¡Váyase usted al carajo con los nombres franquistas de las calles, Don Cachimba!

El sevillano dice: «¿A mí qué me importa que el Capitán Tan tenga calle o no la tenga, si he de ir mañana a Málaga para resolver un asunto que es de capital importancia para mi casa y mi hacienda, y no sé si voy a tener gasolina para el coche o no, porque el depósito está en la reserva con la luz en rojo desde que me cogió el parón de los camiones en la Ese Treinta, que eso sí que fue un parón y no el del Calvario con la entrada de la Macarena en La Campana?» ¿A mí que me importa, Don Cachimba, que haya usted hecho descubrimientos tan decisivos para la normalidad democrática como que José María Pemán sea ahora Escritor José María Pemán, o que Pozoblanco sea ahora Villa de Pozoblanco, cuando Pozoblanco a lo mejor tiene la calle por lo de Paquirri, joé, que no te enteras, Regaera, y no por la guerra? ¿A mí qué leches me importa que Ruiz de Alda sea ahora Aviador Ruiz de Alda? ¿Qué, que si cogemos y montamos en un avión a un fundador de la Falange resulta que ya no es fundador de la Falange? Pues monte usted en el avión al Periodista Domingo Tejera, joé, a ver si así se entera usted que fue tan franquista, tan franquista, que Franco lo metió en la cárcel y le cerró el periódico «La Unión». (Y si aprovecha usted ese avión y se va para siempre a Cuba con su amigo Fidel, pues mejor).

Pero no caigamos en la trampa de este tío, a pesar del chiste tan bueno que dijo: «La selección de las calles se ha hecho con rigor, profesionalidad y sin afectación partidaria o política». ¡Ay, que me parto de risa! ¿Que no tenéis «afectación partidaria»? ¿Qué vais a dejar entonces para cuando os toméis la revancha con «afectación partidaria»?

No caigamos en esa trampa, mientras Sevilla tiene los gravísimos problemas que tiene. No culpo al Cachimba. Culpo al alcalde. No es de recibo que no le haya parado ya los pies a este tío, que no haya puesto sus democráticos 124.534 votos sobre la mesa y le haya dicho: «Mira, Cachimba, mientras Sevilla tenga los problemas que tiene y no los hayamos resuelto, el cambio de los nombres de las calles te lo puedes meter por el cu...rriculum».