Quizá recuerden la música, como de excursión o de campamento, de Asunción: "El vino que vende Asunción/ ni es blanco ni es tinto,/ ni tiene color./ Asunción, Asunción,/ ese niño será ma...nifiestamente mejorable". Bueno, pues con esa música, en el Carnaval de este pitorreo en que han convertido a Sevilla, quieren cantar esta letra: "Muy pronto por calle Asunción/no pasa un Citroen, ni un Ford, ni un Renól,/Asunción, Asunción, que te quieren partir por el eje,/Asunción, Asunción, con la péa-tonáli-zación."

Y he puesto esta letra y esta música porque esto no es un artículo, es un disco dedicado. Como en los antiguos programas del oyente de Radio Sevilla o en el disco dedicado de aquí Radio Andorra. Así que dedico este artículo en forma de disco (de circulación prohibida) a don Francisco Ortiz Blázquez, de quien hace unos domingos venía una carta en la sección "ABC y sus lectores", en la que en nombre de los comerciantes de la calle Asunción agradecía mi leña con tomate contra la peatonalización de dicha vía. Y decía: "Le rogaría que siga esgrimiendo los argumentos precisos, que son los de todos los que estamos en contra de esta medida, para que este cierre al tráfico y las supuestas obras interminables y ruinosas no se lleven a cabo".

Pues nada, señor Ortiz Blázquez, aquí me tiene usted esgrimiendo los argumentos precisos, una vez más, contra tal peatonalización. ¿Será por esgrimir? Sobre todo en esta ciudad donde nadie esgrime nada. Peor que el No Passssa Nada de los políticos es el No Passssa Nada de los votantes. Tenemos lo que nos merecemos. Nos lo tragamos todo sin rechistar, sin protestar por nada. ¿Usted ha visto alguna carta al director más contra la peatonalización de Asunción, señor Ortiz, aparte de la suya meritísima, que le agradezco en el alma? ¿Cuántas personas viven en Asunción y en las calles que en ella desembocan? ¿Cuántos comercios, consultas, oficinas y despachos profesionales hay en Asunción? ¿Cuántas personas trabajan en esos establecimientos? Métale usted el lápiz a toda esa población remedeña... (Los Remedios, por no tener, no tiene ni gentilicio. El de Triana es trianero; el de Nervión, nervionense; el de Heliópolis, heliopolitano; el de la Macarena, macareno. Pero el de Los Remedios, ¿cómo es? Ahí va el gentilicio posible: remedeño, a ver si cuela.) ¿Por dónde iba, antes de la gramática? Ah, sí por la cantidad de gente que vive en la calle Asunción o trabaja en ella, por no hablar de los que allí van a comprar, a sacar un billete de avión, a que le gradúen la vista o a que le hagan un implante en una muela. ¿Y cuántas de estas personas han escrito cartas al director contra la peatonalización? Que yo sepa, el señor Ortiz Blázquez y pare usted de contar. ¿Qué pasa, que están de acuerdo con la peatonalización? No, pasa que Passssan, que tragan con todo, en la ciudad más resignada, quizá por cobardona, de Occidente. Largar sí largamos. Tela. Fiesta. Por la espalda y por lo bajini. Sin levantar la voz. Pero dar la cara en tiempo y forma, poquito. Los que acabamos dando la cara somos los mismos de siempre. Yo, que no tengo nada que ver con la calle Asunción (salvo mi hermana Fina con sus Calzados Pibe), llevo ya escrito de la amenaza más que si fuera presidente de las comunidades de propietarios de Asunción 33, de Asunción 35, de Asunción 37 y siga usted poniendo casas hasta la esquina de Carrero Blanco, el asesinado por la ETA al que le quitarán la calle.

En este silencio de La Ciudad Que Traga, ocurrirá lo de siempre: que estos señores tan intervencionistas que dependen de la dictadura comunista interior que tienen por causa de los 25.772 votos que les prestaron, acabarán haciendo con Asunción lo que les dé la gana, sin tener en cuenta la opinión de los que allí viven y trabajan, y a los que les va a cambiar la vida. No sé si para mejor o para peor, pero les va a cambiar. A mí me parece que les cambiará para fatal y, además, para nada. Todo es absurdo, peatonalizar una calle que no lleva a ninguna parte, todo por esta inútil guerra contra el automóvil, así bajan las ventas de coches, ¿no van a bajar, si a este paso (de peatones obligados) nos los vamos a tener que comer con patatas? Pues nada, harán lo que quieran y encima los capillitas pelotas del alcalde dirán, jugando a los pasitos, que el Ayuntamiento es "la casa de todos los sevillanos". ¿De verdad que de todos, de todos, de todos? Já, já, poleá...