CUANDO la Expo inventé una unidad de medida del dinero tirado a la calle: el pellón. Unidad acuñada a mayor honra y gloria de don Jacinto Pellón, que Dios tenga en su Gloria, virrey máximo de La Cartuja, el que vino a Sevilla con el mandato de meter esto en cintura, pues creía que aquí todos éramos unos flojos, y como él no pusiera pie en pared, la Expo nunca estaría terminada ni podrían pegar el pelotazo los que lo tenían que pegar. El pellón, unidad de medida de la manteca, de la pastora, de la tela marinera, hizo fortuna y más de una magnitud fue aforada conforme a ella. El pellón equivalía a 10.000 millones de pesetas. Pero no 10.000 millones de pesetas de cualquier manera, no: eran 10.000 millones de pesetas tirados a la calle sin ninguna necesidad, empleados no en inversiones productivas, sino en tonterías, esto es, despilfarrados.

A los hechos me remito. ¿Cuántos pellones se enterraron en la Expo? ¿De qué sirvió levantar aquellos pabellones costosísimos, luego derribados? ¿Qué fue de los huevos famosos, o del monorraíl, o del mismo lago, que se desecó en buena parte? Por no hablar de las pérgolas del microclima, o de los jardines de exótica flora. Sí, ha servido todo aquello, la ciudad ha dado un gran estirón, en La Cartuja hay ahora empresas y más empresas, este mismo papel de ABC que está usted leyendo ha sido impreso allí esta madrugada. ¿Pero no se podía haber evitado tanto despilfarro, haberlo hecho todo pensando más en el futuro de Sevilla que en el ordeno y mando de aquel virrey Pellón que vino tirando pellones?

Me he acordado de la acuñación del pellón porque el antiguo delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla y consejero de Turismo de la Junta, el andalucista José Núñez Castain, ha inventado una nueva unidad de medida, adaptada a los tiempos que corren en Sevilla. Al aparecer por cierto José Núñez Castain en el panorama de la actualidad me he llevado una gran alegría. Inciso: se escribe José Núñez Castain y se pronuncia Pepenúñez. Bueno, pues decía que Pepenúñez nos ha dado una gran alegría al reaparecer con picadores, ya que hacía mucho tiempo que no sabíamos nada de él, ni de sus camisas con el logotipo turístico de Andalucía bordado en el cuello. ¿Qué fue de Pepenúñez? Pues como no era de los que no son otra cosa que un hombre a un carné pegado, cuando se retiró de la política se volvió a su cátedra de la Escuela de Arquitectura y listo. Así que al reaparecer, Pepenúñez nos ha rejuvenecido a todos y, encima, nos ha demostrado que hay vida más allá de los pesebres de la política y el apalancamiento continuo en los cargos públicos que se gastan muchos.

A Pepenúñez, como a usted y como a mí, no le gusta la Torre Pelli o rascacielos de Cajasol.

-Es que al cielo de Sevilla no le pica nada como para que le pongan un rascacielos.

No, no es por eso por lo que lo dice Pepenúñez. Lo dice por su gran invención: el Ikea como unidad de embotellamiento y colapso de la circulación. Ha dicho Pepenúñez:

-La Torre Pelli será como tres Ikeas, con unos accesos que ya están colapsados.

Oooooole. Con esta frase, todos hemos visualizado la que se puede formar de circulación en ese borde de la ciudad. Si en la Cuesta de Castilleja e islas adyacentes se forma la que se forma con los manitas que van a comprar a Ikea (Manuel Melado dixit), ¿se imaginan la que puede liar la Torre Pelli? Si ya los embotellamientos de Torneo llegan hasta el Huevo de Colón, ¿se imaginan dónde pueden llegar si macizamos más todavía unos accesos a Sevilla que se han quedado chicos, porque en 1992 no se invirtieron los pellones necesarios, por ejemplo, en el punto negro continuo del Puente del Centenario?

Me encanta la unidad que ha inventado Pepenúñez. ¿De cuántos Ikeas es el embotellamiento clásico en la avenida de San Francisco Javier para entrar al aparcamiento del Cortinglés? ¿Cuántos Ikeas tiene el embotellamiento mañanero del Puente del Centenario? Los embotellamientos de la entrada del aparcamiento del Hospital o de la salida de los colegios en Manuel Siurot, ¿cuántos Ikeas? Como que estoy oyendo los boletines de Tráfico en las radios:

-En Bueno Monreal, retenciones de dos Ikeas. En Paseo Colón sentido Delicias, retención de tres Ikeas.