ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Un Río con nuestra Plata

Este verano nos escandalizamos algunos, más bien pocos, la verdad, cuando vimos que se repetía lo que constituye ya un fasto estival gubernamental tradicional, al modo de las vacaciones gratis total en Doñana de todos los presidentes, fuesen del color que fueren, que el gañote no tiene color ni ideología. En cuanto llegó agosto, y Madrid y media España cerraron por vacaciones, la vicepresidenta del Gobierno, al igual que en el verano anterior, se cogió a unas cuantas amigas, asesoras y señoritas gabinetas, que formaban un grupete la mar de simpático, se subieron a un avión oficial de la Fuerza Aérea Española y se fueron de gira de jí, jí, já, já por diversos países de Hispanoamérica, ya saben, a lo que siempre vamos allí: a estrechar lazos con las hijas de la Madre Patria, a base de repartir millones.
Yo no sé, porque no soy investigador en fuente primaria, cuánto nos costó a los contribuyentes ese viaje en dietas de funcionarios, estancias en hoteles, facturas de restaurantes, portes de coches oficiales y consumo de queroseno del avión estatal. Pero sí sé, porque vino en las gacetas, aunque casi nadie le prestó atención, cuánto repartió alegremente la Fernández de la Vega en los países visitados, en forma de ayudas, subvenciones, dotaciones y demás mamelas de chocolatinas, bombones y caramelos de regalitos económicos. ¿Y sabe usted cuánto repartió la buena señora? Pues 131 millones de euros, que se dice pronto.
Creía que eso de ir de Reina Maga a hacer las Américas Hispanas era una tradición de la vicepresidenta del Gobierno y su corte de señoritas gubernamentales, pero ha cundido el ejemplo, y fuera de las vacaciones. Y aprovechando que el 12 de Octubre es el día de las "ínclitas razas ubérrimas, sangre de España fecunda" que escribió Rubén Darío en los versos que están en la estela de Santiago Martínez que hay delante del restaurante La Raza, pues Chaves se ha cogido y, al modo de la vicepresidenta, se ha ido a repartir dinero por América del Sur, en Argentina, Uruguay y Paraguay, qué guay, acompañado de su correspondiente corte de consejeros, directores generales, asesores y no sé si empresarios amiguetes, pero sí que ha ido la inevitable Bailaora del Régimen, para hacer patria andaluza taconeando en el Teatro Avenida de Buenos Aires, a saber cuánto nos ha costado cada bulería al golpe, al golpe de subvención.
En una primera etapa del viaje, Chaves ha dado un millón y medio de euros para un Plan de Acción Sanitaria en Argentina, a fin de que "nuestros mayores sigan teniendo atención". Lo traduzco: para que los emigrantes, hijos de emigrantes y nietos de emigrantes españoles estén contentos, y voten lo que tienen que votar cuando llegan las elecciones españolas y su voto por correo. Claro que con la otra cantidad de 226.000 euros dada a las asociaciones españolas de Buenos Aires ha sido más descarado, porque en ese punto de tirar nuestro dinero se ha empezado a hablar ya de la necesidad de que los emigrantes españoles formen una circunscripción especial, y les saquen al partido que usted se imagina dos diputados o tres.
En este punto de ir anotando derroches de dinero me dio una pereza terrible seguir apuntando lo que Chaves ha seguido repartiendo en Argentina, o lo que a esta hora habrá repartido en Uruguay y Paraguay, qué guay. Porque me puse a pensar: ¿tan bien atendidas, por ejemplo, están las personas a las que les vendieron la demagogia barata de la Ley de Dependencia, tan bien asistidas están, con tanto personal para cuidarlas, que podemos permitirnos el lujo de gastarnos 2 millones de euros allí donde Colón perdió el gorro, y nunca mejor dicho lo de donde Colón perdió el gorro?
Me pongo a buscarle una explicación y no la encuentro. Falta todavía mucho para los Reyes Magos, como para que mandemos al Cono Sur a nuestro Cartero Real con el saco bien repleto de millones para repartirlo. Aunque reconsidero el asunto desde otro punto de vista y hallo la explicación. Esto debe de ser a causa de que a la vista de la crisis tenemos unos presupuestos austeros. Claro, esto de tirar el dinero en los ancianetes argentinos de origen español debe de formar parte del programa de austeridad de la Junta. Como el taconeo de la Bailaora del Régimen. Llevarla a bailar a Buenos Aires es, obviamente, parte sustancial del plan de austeridad del gasto público. No se rían. Sin austeridad, este Rey Mago podía haber despilfarrado muchos más millones en el Río de la Plata, y nunca mejor dicho lo del Río de la Plata.

 

 

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