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Los Gatos Contados Por Sí Mismos

 
Un proyecto  del gato Remo donde los litergatos hacen Litergatura

Remo, el litergato, dibujado por La Gordi
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Rigo, en su jardín
Rigo, en su jardín
Papeles husmeados por Rigo a su mascota Lola, donde se habla de nosotros

Amigo Remo:

soy un gato valenciano y atiendo al nombre de Rigo. Vivo en un frondoso jardín del que soy amo y señor, junto con otros de mi estirpe, o sea, todos de la Comunidad Común Europea. Hace tiempo que he notado que mi madre humana, que viene a pasar los veranos a nuestra casa, anda observándonos a mí y a mi prole con cierta curiosidad. A menudo le da por acomodarse entre nosotros, en el suelo, como uno más, y así se pasa las horas muertas mirandonos, a veces con una insistencia que me asusta, y me hace dar un salto y salir corriendo. Después la he visto sentarse delante del ordenador y escribir y escribir. El otro día me metí a fisgonear en su estudio, y he descubierto que en sus papeles anda contando cosas sobre nosotros. Aunque tú, amigo Remo, defiendes nuestra independencia literaria, de momento quería mandarte lo que encontré husmeando en los archivos de la humana que me cuida a mí y a mi familia, porque a fuerza de observarnos pacientemente, veo que está empezando a entendernos mejor. Así que de momento lo que te llega mío no es gatuno, pero si versa sobre nosotros los gatos. (prometo escribir cosas de mi autoría la próxima vez) Ah! Quisiera mandarte una foto mía, pero de momento mi humana sólo me tiene en diapositivas, para verme en pantalla grande. Te diré que soy blanco+gris ratón (eso dicen de mí, sin ánimo de ofenderme...) y tengo los ojos amarillos. Espero que te guste el retrato que mi humana (por cierto, se llama Lola) nos hizo uno de esos veranos que viene a cuidar de nosotros y de nuestro jardín. Un marramiau afectuoso de Rigo.

CLAN

A "Tomás" le gusta echarse debajo del limonero, sobre el asfalto caliente de todo el día, cuando las tardes son más frescas y empiezan a acortar. Elige siempre lo alto de la escalinata por si alguien tiene alguna duda sobre quien tiene el mando en el jardín, su territorio. De vez en vez abre un ojo para asegurarse de que todo anda en orden. Al cabo del rato se le arrima "Negra", su protegida, la compañera, algo así como una ahijada a la que hubo que cuidar cuando se quedó sin la madre. Se tumba a su lado y se restriega contra él, resoplando tranquila. "Tomás" y "Negra" van juntos a todas partes y al andar enredan los rabos, ella para dejar claro que "Tomás" es "el suyo", el único; él para demostrarle su fidelidad. Él es robusto, tranquilote, de porte aristocrático, aunque con una oreja más pequeña que otra, pero al fin y al cabo, al que dejan comer solo en la cocina. Ella, más menuda, tiene el pelaje sin brillo y la mirada amarilla y quieta.

Los pequeños: "Rufo", de pelo largo y tamaño de un muñeco, "Pequeño Gris" y uno que no tiene nombre, a lo mejor por tener el pobre poco carácter. Los débiles: "Colorines", le falta el ojo izquierdp, lo tiene velado, de su primer invierno en el jardín. Los avispados: "Ovidio", pelirrojo, zalamero, triunfador, quita la comida con la pata a los que se descuidan; "Pitufina", pizpireta y niña mimada, la preferida de casa. Antes estaba "Conejo", el siamés; apareció tieso de frío en el jardín una mañana de enero, con los ojitos aún abiertos. A "Tobías" lo envenenaron hace ya tiempo, tuvo una muerte larga y triste dentro de un cajón de fruta. Y "Pirri". Este estuvo un año en casa, se comía el borde del sofá, nos arañó a todos, mordió al médico y le gustaba hacernos emboscadas: escondido tras las puertas salía disparado a la caza de una mano. Una fiera. Hubo que acabar con él (antes de que acabara con nosotros y con nuestra casa); el pobre estaba malo y fue el mismo veterinario "dentelleado" el que se encargó de ponerle la inyección.

"Jonás" fue el último en llegar al clan y ha sido mal recibido por algunos que no toleran compartir ración con un intruso. Al verle, los adultos le rehuyen y los pequeños le ignoran. Es fuerte, moteado de gris, un gris azulado muy suave al tacto, de gran presencia, pero apocado de carácter, lo que se dice un infeliz. Se deja acariciar la cabezota y el corpachón arqueado, contento de ser admitido en el jardín, sólo en apariencia. "Tomás" le observa de reojo poco convencido; es el más indignado y por las noches no cesan las persecuciones y refriegas entre ellos, con maullidos lastimeros que a nadie dejan dormir. De todas maneras, "Jonás" conoce su condición de huésped y no roba, espera a que el último se retire y entonces es cuando encuentra un hueco o una sobra para él. O nos pide directamente a los que sí le aceptamos, come temeroso con las orejas agachadas y pegado a mis piernas, bajo la mirada furiosa del contrincante, que no soporta tal humillación y se vuelve con pasito corto a lo alto de su escalera. Después de todas estas observaciones y conjeturas sobre ellos y sus vidas, creo que queda bastante claro que hace tiempo que me gustan los gatos.

Lola, mamá humana de Rigo.

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LA MASCOTA DE RIGO ESTÁ LOCA: LE PINTA CON PINCELES Y OLEOS TODOS LOS LIENZOS Y PAPELES QUE TIENE EN SU CASA

Amigo Remo:

gracias por contestar tan pronto y ponerme en Interné! Que ilu me ha hecho! No sé cómo das a basto para dirigirte a todos los que empezamos a estar en este pequeño foro felino. Me preguntas si mi humana se dedica de continuo a esto de aporrear teclas, como el señor simpático al que arañas el sillón. No, hijo, no. A la niña mía la veo hacer esto sólo a ratos, cuando se cansa de embadurnar y mancharlo todo con los pinceles, porque esta humana que me ha tocado en suerte se dedica a la pintura. Aunque yo sé que la niña tiene un montón de papeles escondidos que no enseña a casi nadie. Y como soy un ser privilegiado al que deja entrar en casa cuando viene a arreglarme el jardín, en cuanto se descuida me cuelo y subo la escalera a cotillear qué es lo que se trae entre manos, tanto rato ahí metida, con el buen tiempo que hace fuera. Yo me restriego por sus pies, a ver si la convenzo de que salga a tomar el aire, pero quiá! Me acaricia la cabeza pero está a lo suyo. Mi madre verdadera, "Pitufina", la pizpireta que ya apenas se acuerda de mí, me contaba de pequeño que a ella la humana pintora la ponía sobre sus rodillas delante de unos papeles llenos de manchas de colores y los iba pasando uno a uno, explicandole unas cosas rarísimas. Como una cabra. Mi mami gatuna, como es una curiosona, aprendió gratis un curso de ¿arte? completo el año que la tuvo de huésped en el estudio. A Dios gracias que aún no le ha dado por pintarnos las patitas y hacernos pasear por una tela blanca... (y a lo mejor forrarse a costa nuestra...)No, esta mía no va por esa onda. Ayer por la tarde vino a vernos, a echarnos un vistazo, a regarnos el jardín, cambiarme el agua y traerme, por fín, comida decente. Estoy hasta el gorro gatuno del pienso de diseño ese tan higiénico, tan mineralizado y vitaminado! Durante la semana no como otra cosa. Abajo las aburridas galletitas secas! Aprovecho aquí para expresar esta queja en nombre de todos nosotros (y si hay alguien en contra, que lo diga): el pienso nos aburre si no lo varían a menudo o cambian de marca. Bueno, pero en general, no puedo quejarme, estoy bien cuidadito como tú, tengo una cunita propia debajo del radiador y todas las caricias y arrumacos de unos y de otros. Para ser hijo de una romana, no está mal!

Chico, no te canso más, que sé que eres gato atareado. Si se me ocurre alguna otra cosa, ye te la iré contando. Estrecho tu pata en señal de amistad. Saludos de Rigo.

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RIGO TIENE UNOS AMIGOS SUECOS QUE ÉSOS SÍ QUE SE DAN LA GRAN VIDA Y NO COMO NOSOTROS LOS ESPAÑOLES

Hola Remo! ¿Qué tal?

Gracias por contestar mis cartitas. Te escribo acomodado encima de mi nueva colchoneta en el sitio privilegiado de la cocina, donde da el sol. El fin de semana vinieron éstos a verme a mí y a los míos, y fíjate si me querrán que se les ha ocurrido comprar sillones nuevos sólo para dejarme a mí los almohadoncitos que me gustaban del sillón antiguo.Con lo engorrosos que son los traslados! Han llegado al jardín y se han puesto a arreglarlo todo con unas prisas locas, pobres, para tenerme contento. Trabajan más! Se dedican a barrer mis rinconcitos preferidos donde saben que me gusta tumbarme, remueven la tierra para que luego yo la encuentre mullidita como más me gusta, hasta han quitado las hojas secas que caen en la piscina para dejarme el agua limpita y que pueda beber durante la semana. Vamos, que los tengo a mi servicio, sólo falta que me coman en la mano, digo en la pata.¿Tú también los tienes tan bien enseñados? La humana que pinta viene y se me queda mirando fija, como suele hacer. Me hago el dormido, pero no me fío ni un pelo. Le oigo decir: "Rigo, estás muy sucio". Horror, eso es que me van a bañar. ¿Te bañan a tí en seco como a las alfombras, con esa espuma que huele a rayos? ¿Y te dan colonia? No, los míos no llegan a tanto. Me temo que este comentario de la humana significa "fiesta de rebozarse en espuma seca". Veremos si me escapo. Peor es lo de mi vecina "Jane". A ésa pobre le untan no sé qué crema asquerosa en la lengua para que no se ahogue con sus propios pelos. Un espanto. Pero no se vive mal en el campo...No se vive mal...

¿Sabes? Por uno de mis humanos me ha tocado emparentar con algunos de los nuestros que tienen en sus casas a huéspedes de otro país. Estos primos míos han adoptado a una familia sueca, y me cuentan que con ellos se vive de miedo, aún mejor que aquí. Allí en Suecia se ve que si uno es gato lo tiene todo resuelto, están todos a tus pies. A los humanos de allí son los gatos quienes los sacan de paseo con una cadenita dorada; el gato va delante y los dirige por dónde le da la gana. Uno que se llama "Kurre", un pelirrojo vikingo de ojos verdes, tiene a su familia de humanos tan bien enseñada que ha conseguido que le dejen comer en el plato de ellos, se lo bajan hasta el suelo. Son tan limpios estos suecos! Y mira que a Kurre no le da asco comer donde los humanos. Además lo tienen a menú fijo de salmón y truchitas ahumadas. Y encima hay uno de la familia que a veces sale temprano ahora en verano a pescar "de fresco" sólo para él. El tal "Kurre" no pega ni golpe, sólo le han pedido que como mucho adorne la casa en plan jarrón chino. Un chollo, ¿no?

Bueno Remo, estoy leyendo a todos los litergatos, veo que tu convocatoria ha sido exitosa.

Te dejo, no me alaaaaargo más. Hasta otro ratito, Remo guapo.

Un largo miaaaaaaau de Rigo, el vago. (pronto te envío mi foto)


HAY QUE BUFAR Y ARAÑAR CUANDO ALGO NO NOS GUSTE!!!

 

Hola Remito! ¿Qué tal?

Veo que de vacaciones, como yo. Por aquí, con unos calores turcos que ni te cuento, y con este abriguito perpetuo nuestro...Tanto calor hace que los humanos de mi casa, cuando vienen al jardín, se pasan el día metidos en el agujero azul ese lleno de agua, eso que se llama la piscina. Bueno, pues se quedan ahí dentro metidos, a remojo, moviendo sus cuatro patas de humanos no sé muy bien para qué, una tontería, porque el agua no se la beben como hago yo. Yo me dedico a observarles a una distancia prudente, porque sigo sin fiarme mucho de la niña que pinta, no sea que por una de aquéllas le diera a la niña por bañarme, como hacen contigo. Hijo, tremendo lo que me cuentas, la de perrerías que tienes que aguantar, y lo de los instrumentos de tortura que te han comprado, el arnés y el transportín, un verdadero suplicio. Yo también tengo una jaula de ésas, por si me pongo malo y me tienen que llevar a ver a Juanón, el mata-gatos-sanos. (a este Juanón le dedicaré un capítulo otro día...) Haces muy bien escapándote, a ver si así se les van las ideas de los paseos urbanos y las duchas, al menos de momento. Los míos también son de ideas fijas, y a veces no hay más remedio que rebelarse: HAY QUE BUFAR Y ARAÑAR CUANDO ALGO NO NOS GUSTE!!! Estamos en nuestro derecho. A mí, cuando hay que meterme en la jaula, como de normal no quiero, me ponen comida dentro, para engañarme, una especie de trampa. Y a la primera, como soy más inocente que un cazo, lo consiguen, me lo creo y me encierran. Pero al la siguiente ya me sé el truco y no me torean más. Me retuerzo como anguila y saco el genio y las zarpas. Bueno soy yo!

Pues sí, de los suecos te contaría más cosas, pero a tí, que eres medio sueco, igual no te sorprenden tanto. Nos quieren tanto allí, yo creo que somos el animalillo perfecto, porque ya me dirás, con aquellos fríos polares, quién es el guapo que saca a un perro de paseo a oscuras y en pleno invierno. Pocos perros verás en Suecia...por pura comodidad. A nosotros si nos pasean es en verano, y ellos creen que para lucirnos, aunque en realidad es que estamos hartos y medio apolillados de tanta vida interior y decidimos sacarlos a ellos, que también andan medio apolillados, los pobres. Pero nos prefieren a nosotros, más caseros, les apañamos mejor la compañía. A un tal "Picasso" (qué manía con los nombrecitos exóticos...), por lo visto más viejito que Matusalén, Carracuca y compañía, lo quisieron tantísimo en su casa que el día que se murió, como fue por la noche y querían enterrarlo con todo el boato y la pompa que merecía su larga existencia, al pobrecito lo guardaron en el congelador, al lado de los arenques, hasta que llegaron todos los de la familia de humanos y le organizaron el homenaje. Aquí, como mucho, uno puede acabar sus días en la bolsita de plástico dentro de un contenedor, en un macetero o debajo de un pino, según la suerte de cada cual.

En fín, Remo, te dejo. Me intriga horrores qué harás con todos los alegatos que te llegan y que voy leyendo a ratitos. Debe ser un proyecto sorpresa tuyo, intrigado me tienes, Remín...

Un choque de patas y repaso de bigotes.

De Rigo, el vago.

P.D.1 La Negra de Monterrey no da señales de vida, debe tener ya un galán gatuno que le cante rancheras en la luna llena de agosto...


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DE REMO, A LOS GATOS DEL MUNDO.- Hola, soy Remo, un gato globalizado y moderno, que ha convencido a este señor al que permito vivir en mi casa porque me cae simpático para que escriba sobre gatos, defendiéndonos. Le he inspirado el libro "Gatos sin Fronteras", que será publicado a comienzos de otoño del 2003. 

Pero como estos humanos no saben nada, no estoy dispuesto a que me suplanten más y proyecto escribir yo mismo, no él, una segunda parte de ese libro, sobre Los Gatos Contados Por sí Mismos. Muchos gatos de todo el mundo me están contando ya sus historias, y me carteo con ellos. Si eres, como yo, un gato literario y me quieres contar tu historia, no sabes con cuántos miaus de agradecimiento y arqueos de lomo te lo pagaré.

Escribidme vosotros mismos, ¡no dejad que lo hagan vuestros dueños! ¡Viva nuestra independencia! ¡Viva el Orgullo Gatuno! ¡Los gatos al poder!

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Yo soy "Remo", un gato europeo común, romano, aficionado a escribir, como su humano... La historia de "Remo" 
 

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