Con el rodillo de
1982 encima nadie habría pensado que en el 2000 íbamos a
estrenar rodillo de signo contrario. Esperemos que este
rodillo no haga como aquel, y que no ponga a las libertades de
rodillas. Vamos avanzando bastante. Todo es más rápido que
nunca fue. Ahora de verdad es cuando a España no la conoce ni
la madre que la parió. ¿Pues no estábamos en que España
era de izquierdas? Pues resulta que no. El que no era de
izquierdas era el PSOE. Nos creíamos que Almunia era el gran
muñidor electoral de Frutos y resulta que no, que las
primarias del PSOE y el derrocamiento de Borrell sirvieron
para dar la mayoría absoluta al PP y para superar los techos,
los suelos y los entresuelos.
Este mayoría
clara de los caros clarines de Javier Arenas es como el
anuncio de la primavera de Manuel Machado: la mayoría
absoluta de Aznar ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Porque
tomamos la merienda con un Almunia que le decía "adiós,
adiós, buen viaje, adiós que lo pases bien" a Aznar, y
a la hora de la cena ya buscaban los autotitulados
progresistas una mesa, no para la sopa boba de siempre, sino
para esconderse debajo.
Para estos
cambios, antes se necesitaban destronamientos, huelgas
generales, revoluciones en Asturias. En 1931, sin ir más
lejos, aquella España que se había acostado monárquica se
levantó republicana. Ahora España ha cambiado en el tiempo
en que se tarda en llegar con el coche a casa desde la
parcelita del fin de semana. En el embotellamiento de las 6 de
la tarde hubo un "ojú" temeroso de la derecha al
ver la alta abstención, pero poco después Internet revelaba
que por primera vez la izquierda se había quedado en casita y
la que se había puesto a votar como una loca había sido la
derecha. Esta vez el PP no se ha pegado el batacazo porque sus
votantes renunciaron al butacazo, a ese endémica pereza de:
"¿Para qué vamos a ir a votar? Total, si van a ganar
los nuestros..." Tenemos ya a la derecha que vota como
antes teníamos a la vaca que ríe. Igual que antes se decía
cada lunes y cada martes aquello de que "ahora es cuando
ha terminado la transición", ahora hay que certificar
que ha terminado el felipismo. ¿Lo de Andalucía, dice usted?
Allí está acantonado y acartonado. Es una reserva biológica
del felipismo, en plan Doñana. Pero igual que éstas han sido
las primeras generales que el PP ha ganado por mayoría
absoluta, hablando de Doñana, no hay que ser un lince para
predecir que ésta ha sido también la última mayoría de
Chaves. La única duda que me queda es cómo será de grande
el pavo que tendrá Aznar que mandarle a Almunia en las
próximas Pascuas para darle las gracias por ese pan con unas
tortas que se llamó pacto de izquierdas. La izquierda plural
ha resultado ser bastante singular. No ha sido.