Como todo
se pega, menos lo bonito, el lenguaje felipista de la LOGSE se
le ha pegado hasta al PP. En la papela que han dado para decir
que Amalia Gómez vuelve al puesto que tiene allí, en el
Instituto Velázquez, de catedrática de Historia, matizan que
"estará sin carga docente hasta el mes de
septiembre". Esto de "estar sin cargar docente"
es como se dice "no dar clase" en el gililenguaje
falsamente cultiparlo de la LOGSE. Lo que no sé es si Amalia
estará todo el santo día en "segmento de ocio", si
se dedicará a la "coordinación de tareas
curriculares" o si, mano sobre mano, hará monigotes en
"un soporte". "Un soporte" sabrán que es un
cacho de papel en el gililenguaje de la LOGSE.
Es una
pena que Amalia Gómez esté sin cargo y ahora sin carga docente, porque carga con
lo que sea. ¿No ha cargado con su propia retirada como
política activa del PP, en la flor de la edad y del éxito
electoral y administrativo? Lo de Amalia Gómez se me antoja
como lo de Rafael de Paula en Jerez: que ha sido un arrebato,
una rabieta, un golpe de coraje, y no un corte de coleta en
tiempo y forma. Y digo que es una pena que esté libre de carga
docente, porque no pudo ir de Fray Luis de León por la vida, y
abrirse de capa ante sus alumnos con el "decíamos
ayer".
Ayer, o
antier, o mañana, o pasado mañana, Amalia Gómez podía decir
unas cuantas cosas, si el PP no fuera una gran escuela de
callar. El PSOE es una escuela de hablar, a destiempo, y el PP,
una gran escuela de callar. Si en el PSOE le hubieran hecho al
Cascos de allí lo que en el PP le han hecho al Cascos de aquí,
consorte por Córdoba, habría que ver lo que hubiera largado
por esa boquita. Si a la Amalia del PSOE le hubieran hecho lo
que a la Amalia del PP, eso no sería lengua, largando sapos,
culebras y salamanquesas. Y como Amalia calla, pues hay que
pensar en voz alta lo que calla. Que son las habituales torpezas
del PP con Andalucía. Del PP puede esperarse todo. Como
puede esperarse todo de un PP que tiene de cesante de lujo a una
mujer de la talla de Soledad Becerril, que en vez de hacerla
presidenta de las Cortes, con su prestigio de ex ministra, con
su hoja liberal de servicios, va y la deja allí en la Mesa, de
plato de segunda mesa de Luisa Fernanda Rudi, a la que quita de
la Alcaldía de Zaragoza en vista de lo bien que lo estaba
haciendo. Y pudiendo haber hecho a Amalia Gómez ministra de
Sanidad, que valía para eso y para más, van y ponen a Celia
Villalobos, que aún no se ha enterado de qué es el orfidal y
que no sabe pronunciar todavía "gelocatil". Y para
vestir a Celia, desvisten el santo de cara de la Alcaldía de
Málaga, que en la próxima lo tendrán de espaldas.
Y Amalia,
mientras, como no es la mujer de Pedro Arriola, hala, a explicar
los reyes godos... Como si estuvieran sobrados de políticos que
conecten con la gente, que puedan ir con la cara bien alta, sin
avergonzarse de ser de derechas... Todo ello por no hablar de
Melonares. Si el PSOE estuviera a punto de conseguir la mayoría
en Andalucía, anda que le iban a pasar dos consejos de
ministros sin anunciar que la semana que viene adjudicaba el
pantano de Melonares, y el segundo puente de la Bahía, y el Ave
a Huelva...
En el PP
hablan tan bien el gililenguaje de la LOGSE porque están
entrenados. Van de gilis.