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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo, miércoles 7 de junio del 2000


ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El millón del Rocío

 
Estábamos en la colonia de El Viso, atrio de la iglesia de Santa Gema, esperando acompañar a María Teresa Campos en el bautizo de su nieta. Habíamos llegado como los catetos que somos: demasiado temprano. No había más que fotiminutis al aguardo de famosos, de los que sólo Nati Mistral había llegado a lista de retreta. Pero niña con batón de cristianar, padrinos y pelón, por ningún lado. Temimos haber llegado tarde o confundido el templo. Entramos. La iglesia, a rebosar. Una boda. El bautizo, claro, era después. Y de pronto, empezaron a sonar guitarras, cantes flamencos. Unos fandangos de Huelva a lo divino, que decían poco menos que tres cositas tiene el Papa que no las tiene Lutero: el Vaticano, los curas y los coros rocieros. Se casaban en Madrid por el rito rociero unos novios que luego supe valencianos, por la traca que dispararon cuando salían bajo la lluvia de todo el arroz de la Albufera. En la puerta ya marido y mujer, bajaron los rocieros del coro y se les pusieron a cantar, una de las cosas más ridículas que he visto. Los novios muy serios, a pie firme, y delante, el coro rociero cantándoles unas cursiladas espantosas sobre la perfecta casada, pero sin Fray Luis.

Me fijé en la indumentaria del coro, que era ciertamente la más apropiada para Madrid. Como la Raya Real arranca de la parte alta de la calle Serrano y el puente del Ajolí está exactamente entre Doctor Arce y Velázquez, los rocieros del coro de Santa Gema iban perfectamente pertrechados para la ocasión. Ellas, con botos de Valverde bajo los volantes de sus faldas. Ellos, también con estos botos perpetuos de los rocieros, su chaquetilla corta, su sombrero de ala ancha, su faja. Ah, y todos con su medalla. No se olvide nunca la medalla.

Hoy salen las carretas de las hermandades del Rocío aquí en mi pueblo y en siete mil millones más de pueblos andaluces, como Badalona, Moratalaz o Bruselas. Van todos al Rocío. Pero por muy bien ataviados que vayan, no irán de perfectos como los del coro rociero de la marisma de Santa Gema. Se quejan de que los andaluces vamos con el tópico por delante, pero acordándome del coro de la iglesia del bautizo de la niña de Terelu me lleno de perplejidad. Yo era andaluz y estaba allí vestido de señor particular, tratando de disimular mi meridional nación para que no me tomaran por cateto. Y en cambio, unos novios valencianos estaban encantados con que les cantaran tópicos andaluces unas señoras y señoritas de Madrid perfectamente disfrazadas de rocieras. No tenía en cuenta, claro, que esto del Rocío es una moda nacional que hace que de hoy al lunes cotice muchísimo un millón que nunca se devalúa: un millón de españoles disfrazados de señoritos andaluces, haciendo camping en la marisma.

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