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Siempre
me lo preguntaba y en Granada he hallado la respuesta. ¿Por
qué en los toros los diestros han de aguantar en vivo y en
directo la dictadura del cliente, que siempre tiene la razón,
mientras que en la ópera, en los conciertos, en el teatro, la
gente se lo traga todo sin rechistar? ¿Por qué a los toreros
les gritan "¡pico, pico!", y les silban si se ponen
fuera de cacho, y nadie le dice a Plácido Domingo, en plena
"Tosca", "¡esa nota, que está medio tono
baja!", ni a Montserrat Caballé, en el
"Turandot", le increpan "¡falsete,
falsete!"
En Granada tenía que
ser, y cuanto ocurre habitualmente en Las Ventas ha pasado, por
fin, en un solemne concierto. Principio quieren las cosas. Fue
en la inauguración del Festival Internacional de Música y
Danza. Ocurrió en el Palacio de Carlos V, marco incomparable,
por supuesto. Con ministra de Cultura incorporada, y en el
cuarto de milenio de la muerte de Bach, La Petite Band, dirigida
por el prestigioso Sigiswald Kuijken, ofrecía un programa con
los Conciertos de Brandeburgo y el Concierto para dos
violines en re menor. Como era en ese patio que tiene
bastante de plaza de toros renacentista, triunfó la ola de
ventismo que nos invade. Estaban los profesores con los acordes
brandeburgueses, cuando el respetable la emprendió a silbidos:
"¡Cojo, cojo!", creo que le decían al solo del
concertino. Y cuando el viola atacaba el andante: "¡Pico,
pico!" Como debe de ser, sí señor. ¿Por qué vamos a
protestar sólo en los toros, en esta España del libro de
reclamaciones instantáneas? Así que muy bien la que le liaron
al tío de la trompeta. El Patio de Carlos V fue todo Tendido 7
cuando el trompetista, muy verde para torear programas de Bach,
pegó el petardo. Cuentan que la protesta pasó a furia.
Lástima que no hubiera almohadillas sobre los asientos. Las
almohadillas en el escenario quedan muy apropiadas en estas
ocasiones.
Esto es lo que hay. El
ventismo ilustrado invade España. Si la Fiesta es como la
política y viceversa, se imponen los criterios protestones de
Las Ventas. Aznar, que metió el pico de la muleta con el
paquete liberalizador, tuvo que pegarse un arrimón ante
Carrefour con la libertad de horarios, cuando oyó en los
tendidos las protestas de los pequeños comerciantes. En los
congresos del PSOE para elegir compromisarios, se imponen las
oficialistas voces de los abonados... de los abonados a cargo
público y a coche oficial desde las municipales de 1979. No
quiero ni pensar cuando Villalonga tenga que comparecer en las
Ventas de la junta general de Telefónica y los accionistas le
digan que ya está bien de corridas de la Beneficencia. A
beneficio de Adriana Abascal, claro.
Firmas en El Mundo
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