ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 15 de diciembre de 2014                 
                                
 
Rocío para una Reina difunta

 

Cuando supe que a la Reina Fabiola le habían cantado la Salve Rociera en la misa exequial de su entierro en Bruselas, y que la Duquesa de Ahumada se había tirado de espontánea para tocar los palillos con el coro, y que Don Juan Carlos iba tarareando, emocionado, el "olé, olé, olé", pensé lo que usted. Que era cosa de la Hermandad del Rocío de Bruselas, la que llega al santuario no por el Camino de Moguer, sino por el Camino Europeo del Rocío, al jacobeo modo. Pensé que la Salve se la cantaba el coro de la Hermandad de Bruselas, pues no hay hermandad del Rocío que se precie que no tenga, al trianero modo, su Bolsa de Caridad y su coro. (Y si es con disco grabado a beneficio de la Bolsa de Caridad, mejor). En este punto quiero hacer un inciso sobre la autoría de la popularísima Salve Rociera. Todo el mundo sabe que la compuso el genio de las sevillanas, Manuel Pareja-Obregón, inspirándose en la melodía de los tamboriles. Pero lo que no se dice es que esa letra la escribió Rafael de León. El mismísimo Rafael de León. No podía ser otro el que le dijera a la Virgen el piropo, tan suyo, de "luna, sol, norte y guía".

Pero a lo que íbamos. A Fabiola difunta no le cantó la Salve Rociera la Hermandad de Bruselas, la del Simpecado azul, la que en su presentación lleva la estrellada bandera de Europa. Se la cantó el Coro Rociero de Vilvoorde, que es un pueblo de allí de Bélgica, pero que pertenece en realidad a la provincia de Córdoba e incluso creo yo que es una aldea de Peñarroya-Pueblonuevo, tierra de mi suegra Ignacita, por lo que sé tantísimo de Vilvoorde. Cuando cerraron las minas de los franceses en Pueblonuevo, las de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya cuyas instalaciones aún se ven abandonadas en Puertollano cuando pasamos con el Ave... Cuando los franceses, pioneros de la reconversión industrial, cerraron las minas que encontró el perro "Terrible" (que luego dio nombre al pueblo minero agregado al agrario Peñarroya) muchos terribleños tomaron el camino de la emigración. Lo sé porque a Vilvoorde se fueron los hijos de la tía Felisa de mi suegra Ignacita. Unos emigrantes tiraron de otros paisanos y medio Pueblonuevo acabó en Vilvoorde. Y en la añoranza de España, fundarían el coro rociero.

Que es lo que me extraña. Peñarroya-Pueblonuevo es lo menos rociero que se despacha. Le pregunto a mi cuñado Daniel, que vivió de niño mucho allí (igual que la Jefa de mi Casa Civil) si en Pueblonuevo había mucha afición al Rocío y a sus cantes y me dice que en absoluto. Que las que gustaban eran las estudiantinas y las rondallas. ¿Cómo es que entonces, en la emigración, la gente de Pueblonuevo funda un coro rociero, y en Vilvoorde, con lo lejos que está Vilvoorde de Almonte? Lo explico por la consagración del Rocío como seña de identidad no sólo de Andalucía, sino de España. En esta España cuyo himno nacional no tiene letra, los emigrantes, cuando quieren afirmarse en su Patria, no tienen más remedio que cantar la Salve Rociera. Como se la cantaron a Fabiola a modo de Marcha Real Española. Lo hicieron los rocieros sin Rocío de Vilvoorde, que les encantaban a Fabiola, que iba a muchas Misas del Gallo que organizaban. ¿Era rociera Fabiola? No, padre. Era española. Y católica, muy católica. Y consecuente con su fe. Dando la cara contra el aborto, ella y Balduino, quien hasta abdicó unas horas para no firmar tal ley.

Pienso que en Bruselas han estado con los papeles cambiados. Me parece que a Fabiola le han hecho el entierro que le hubiera gustado a Cayetana y viceversa. Y qué dos grandes señoras, que no les hacen falta ni el apellido ni los títulos: todo el mundo sabe quién es Cayetana y quién Fabiola. En la Catedral se le hizo a Cayetana un funeral de Reina de los belgas. Y en Bruselas le hicieron a Fabiola un funeral de sevillanísima duquesa goyesca y castiza, a la que nada le hubiera gustado más que el canto de la Salve Rociera en su impresionante entierro. El del homenaje que le dio Sevilla con su silencio, cuando la llevaban por la Avenida bajo la bandera de España y los colores amarillo y azul de las armas de su Casa... y del borlaje de las dos mulas castañas de su coche en la Feria.

 

                     

  Artículos de días anteriores

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio