ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 20 de abril de 2015                 
                                
 

La Bandatejera

En la Real Plaza de Toros del Puerto hay un azulejo con una frase que pide o eso, cerámica romana, o mármol. Es de José Gómez Ortega "Gallito". O sea, de Joselito el Gallo, el hijo del Señor Fernando el Gallo y de la Señá Gabriela Ortega. Dice: "Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe lo que es un día de toros". ¿Saben cuando he pensado en esa frase? Pues al leer a Fernando Carrasco que Albert Boadella, el dramaturgo defensor de la Patria y de la Fiesta Nacional en su Cataluña, que es donde tiene doble mérito, y que es el director de los Teatros del Canal de Madrid, va a llevar a la capital del Reino a la Banda de Tejera. Y he pensado que un gallista de hoy, al modo del Puerto de Santa María, podría decir lo que a continuación consigno, aunque no sea escrito en cerámica ni labrado en mármol, sino puesto en un material mucho más noble, cual el papel de periódico, y más si este periódico es el ABC de Sevilla:

"Quien no ha escuchado a la Banda de Tejera tocando "La Madrugada" de Abel Moreno en las primeras horas de la tarde del Domingo de Ramos, cuando la Virgen del Subterráneo de la hermandad de La Cena da la vuelta desde los pavías de bacalao del Rinconcillo en la calle Gerona hacia los naranjos en flor de Doña María Coronel, esto es, desde una cara a la otra de la dual Sevilla, como pasando el ecuador entre los dos hemisferios que dividen el alma de la ciudad, no sabe lo que es una música sonando detrás de un palio".

Esa es una frase de las que podría decir un Joselito de nuestros días, a falta de tarde de toros en El Puerto. Y la otra, más ligada con el de pecho al toreo, podría quedar así:

"Quien en la plaza de toros de Sevilla, mientras los vencejos a la caída de la tarde bajan hasta el albero para debutar con picadores, no haya escuchado a la Banda de Tejera tocar "Suspiros de España" o "Cielo andaluz" mientras Curro Romero torea con la muleta, acaricia más bien, a un toro de Gabriel Rojas que luego será eterno desplante de bronce en la esquina de la calle del Áncora con el Paseo de la Marina, no sabe lo que es el sonido de la música en la Fiesta, sin que nadie la pida, cuando tiene que sonar, en el momento exacto, con la emoción justa, llenando el aire y el alma, eso, de suspiros de España bajo el cielo andaluz".

¿Cómo se les ha quedado el cuerpo?

Pues como cuando se escucha a la Banda de Tejera sonando a Sevilla. La Banda de Tejera es Sevilla. Y ahora se van a enterar en Madrid cómo suena una banda de Sevilla o Sevilla en una banda. Que no tiene nada que ver con una banda de Valencia, la gran afición de todos los pueblos de aquel viejo Reino. Ni con una buena banda militar de Madrid, donde siempre las hubo, como la del Regimiento Inmemorial o la de la Guardia Real. Tejera va a llevar a Madrid las dos Sevillas musicales que representa la banda que ahora dirige José Manuel Tristán, hijo del inolvidable Pepín: las cofradías y los toros. El concierto, que José Manuel me esbozó la otra tarde en la plaza, lleno de emoción, va a llevar justamente un programa que es un retrato no sólo de la calidad de la banda, sino de la dual Sevilla: medio concierto de marchas de Semana Santa y otro medio de pasodobles toreros de los que tocar suelen en la plaza del Arenal.

Lo siento por los aficionados a los toros de Madrid abonados de Las Ventas que vayan a escuchar a la Bandatejera, que es como se pronuncia. Se escribe Banda de Tejera pero se pronuncia "la Bandatejera". Los que proclaman que Las Ventas es la primera plaza del mundo admitirán conmigo que ahora se van a dar cuenta de que esa Monumental tiene la banda de música menos monumental del mundo, la más mala y con más malaje del orbe. ¿Cómo una plaza que alardea de tanto prestigio mantiene una música tan mala que la Banda de la Sopa, a su lado, es la Sinfónica de Berlín? Ahora se van a enterar de lo que es una banda tocando pasodobles toreros según Sevilla. De los que los aficionados mantienen en la memoria del corazón. Cuando asistimos en la plaza a un faenón memorable y todos salimos toreando por la calle Adriano, por dentro nos vamos tocando a nosotros mismos el "Gallito" o "La Giralda" que le acabamos de escuchar a la Bandatejera cuando estábamos viviendo ese ensueño...

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