ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 29 de mayo de 2015                 
                                
 

Discurso a los señores sevillistas

Señores sevillistas, soñadores de la gloria de la delantera Stuka, herederos de don Ramón Sánchez Pizjuán, que viajan ustedes por Europa como Pedro por su casa:-

Quito hoy las trece barras verdes de mi corazón para dejarlo en blanco, y, si me lo permiten, dirigíos este discurso con la color de la túnica de Hermandad de La Paz...o de la camiseta de Araujo, manque escrito con la tinta verde del viejo señorío de Heliópolis, cuando había un Derby de coronas, a ver qué equipo sevillano tenía más marqueses en su directiva. Y con esa misma tinta verde, en la ciudad dual, en la de José y Juan, en la de Sevilla y Triana, le pido prestada su voz de megafonía del Villamarín a mi querido Manuel Melado, el poeta que improvisaba versos anunciando alineaciones de nuestro no menos Glorioso Balompié. Y con la letra de esa sevillana inmortal de Melado, "Mírala cara a cara", que parecía como escrita para la triunfal noche de ayer en el Sánchez Pizjuán, os digo con todo respeto, admiración y cariño:

"En la Cuarta, los lances definitivos..."

Habéis dejado cortos, señores sevillistas, a los banderilleros de Manuel Benítez Carrasco que Gabriela Ortega recitaba con su rasgada voz aguardentosa: "Uno, dos y tres, tres banderilleros en el redondel". El poema de la hazaña sevillista escrita en Varsovia, con lo lejos que está Varsovia, mientras suena la Polonesa de Chopin interpretada por la magia gitana del Rey de Reyes o cantada con letra de El Arrebato, dice:

"Una, dos y tres... !Y cuatro! Que son cuatro copas las que van al saco". -

Ya sé, ya sé, señores sevillistas, por qué amanecieron el otro día de colorado los Meones famosos repuestos en la Fuente de la Puerta Jerez, pórtico de la gloria blanca. Era porque los puñeteros niños miccionantes, que como andan entre el agua son sabiamente palanganas, sabían que la afición iba a celebrar allí pronto La Cuarta, ¡vamos con la Cuarta!, y se apresuraron a ponerse una roja camiseta de piedra. Los meones de la fuente sevillista de la Puerta Jerez se han teñido con el rojo de los colores que enmarcan a San Fernando en vuestro escudo, en el que está haciendo tertulia con San Isidoro y San Leandro en la peña sevillista del relente de la Historia, comentando el golazo que acaba de marcar Juanito Arza, o el remate de cabeza que ha hecho Guillermo Campanal, o la pena del recuerdo de Puerta, o lo último de Carlos Bacca en Varsovia.

Roberto Arocha, que escribe sobre vuestras glorias casi tan bien como las arengas ya míticas de J.Félix Machuca, ha dicho que un niño sevillista que tenga nueve años ha ganado ya cuatro Copas UEFA, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y otra de España. Tesela a tesela victoriosa se ha ido construyendo este reciente y triunfal Sevilla F.C. como Santiago del Campo hizo el mosaico del escudo ante el que se arrodillaba Silvio el Rockero, que tiene una calle en Los Remedios, cuando tenían que habérsela dedicado en Nervión, donde se ponía doblemente genuflexo, con el capote del arte extendido sobre el albero del aparcamiento, a portagayola ante la que andando el tiempo habría de ser la Puerta 16 en memoria imprescriptible de Antonio Puerta.

Cuando le he leído a Roberto Arrocha lo de ese niño sevillista, yo me he acordado de otro niño al que su padre, que era un alfayate sevillista, llevaba al viejo campo de Nervión, donde vio jugar a la Gimnástica de Tarragona o al Celta de Vigo. Aquel niño, que tantas veces fue al viejo Nervión de la mano con su padre, manque bético, hasta se aprendió luego en el colegio, en un curso todo de sevillistas, la alineación de álbum de cromos con los retratos que ahora recita como un himno de alegría en honor de estos señores que con orgullo miran ya cara a cara a La Cuarta: "Busto, Guillamón, Campanal, Valero; Ramoní, Enrique; Liz, Arza, Araujo, Domenech y Ayala". La Historia toda de la ciudad cuyo nombre lleváis os felicita. Así que, señores sevillistas, les ruego admitan en tiempo y forma esta felicitación escrita en tinta verde. No por nada, sino porque no saben ustedes las ganas que tenemos los pepinetes de meterle en el Benito Villamarín y en el próximo Derby nada menos que al Tetracampeón cuatro chupetes como cuatro Copas de Europa, por decirlo en el lenguaje de Tito Pepe y su Sobrino.

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