ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 13 de noviembre de 2015                 
                             
 

Motes profesionales

Gracias a Internet, maravilloso invento de nuestro tiempo que ha supuesto una revolución al menos tan importante como la de Gutemberg en su época con la imprenta, puede usted estar al tanto de las últimas noticias, en un periódico de cierre continuo, en un sitio que les recomiendo http://sevilla.abc.es/. Y buscando estaba ayer de mañana las noticias sobre esos separatistas catalanes que ya les dicen así, separatistas, hasta en el Telediario de La 1 de TVE (que ya es decir; del mismo modo que al Convento de Santa Clara le llaman ya Convento de Santa Clara los socialistas en el poder municipal), cuando me encontré con una publicidad maravillosa, porque donde hay publicidad resplandece la verdad de la independencia informativa y de opinión.

Era un anuncio en cabeza de columna de la web, que decía: "Los dentistas somos profesionales de la salud". Óooole. Y me gustó tanto que los dentistas se llamaran a sí mismos eso, dentistas, que pinché en el enlace de la publicidad, que repito ahora, gratis et amore, o sea, "sin trincá". Dicen los hispalenses dentistas: "Recuerde que su boca no está de oferta y exija una odontología de calidad". Y después otra serie de advertencias, como que desconfíe usted de las franquicias y vaya a un dentista colegiado y con nombre propio, que no se meta por las buenas en Zaradent o en Dientethlón aunque digan que si se pone dos implantes le regalan media docena más de ellos y la pagan además un fin de semana en Costa Ballena. "No somos franquicia", dice otro dentista hispalense que se anuncia donde Paco Robles en La Mañana de la Cope, mañana que empieza, según los dalinianos relojes blandos de Sevilla, a la misma hora en que acabar suele La Madrugada; o sea, cuando ya ni es mañana ni es Madrugada ni nada, sino tarde pelá y mondá.

¿Que por qué hablo tanto y tan bien de los dentistas? Pues por dos razones: una, porque es una maravilla que se digan "dentistas" y no se pongan el mote profesional de "odontólogos"; y dos, porque me sale de los co...lmillos. Que pueden preguntarle a mi dentista, al doctor Jesús Creagh, quien les asegurará, panorex en ristre, que al contrario de lo que largan por Sevilla las lenguas de doble filo no los tengo en absoluto retorcidos. Retorcidos, y salomónicos como columnas de retablo barroco tienen los colmillos muchos mosquitas muertas que van de santos y católicos profesionales por la vida y que después te pegan unas puñalás por la espalda que te crujen, ¿o no, pregonero Rafa Serna? ¿O no, señor arzobispo, querido Don Juan José Asenjo?

Me encanta que los dentistas se proclamen dentistas y se dejen de tonterías de "odontólogos", como los módicos de garganta, nariz y oído de toda la vida que se llaman "oto-rino-laringólogos" como decía el letrero de la casa del Doctor Alemán que derribaron para levantar el monumento a Curro Romero. El otro día me dijo la Jefa de mi Casa Civil:

-- En vez de cortarte tú mismo las uñas de los pies, que te vas a hacer un día una escabechina, deberías venir conmigo una tarde al podólogo.

Le apliqué la traducción simultánea o la versión subtitulada sin tonterías y le dije:

-- Tú lo que quieres es que vaya al callista, ¿no?

Me encantan los boticarios que tienen a orgullo proclamares boticarios y no farmacéuticos, como mi querido y admirado Manuel Román, con quien he llegado a la gozosa conclusión de que "El Cisquero es mucho Cisquero". Me encantan los barberos que se llaman barberos y no peluqueros. Los taberneros que usan ese título y no el de "restaurador", como el gran Rogelio Gómez Trifón, excelentísimo señor tabernero. Restaurador para mí es Rafael Manzano consolidando una torre mudéjar, no un tío de negro poniéndote raciones así de chicas en unos platos cuadrados así de grandes y pegándote la estocá de la Feria con la factura. Ah, y que no digan que los motes son cosa de los pueblos. Todas las profesiones se ponen motes...en la capital. Yo creo que para cobrar más. Como aquel varillero sevillano que viendo que todo el mundo se ponía títulos rimbombantes con su oficio en las tarjetas de visita, se encargó unas que decían bajo su nombre: "Técnico en mojones".

PARA VER EL ANUNCIO DE LOS DENTISTAS EN ABC.ES, HAGA CLICK AQUI

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