Me preguntaba el otro día cuántas hectáreas de locales comerciales vacíos hay en los bajos de los edificios del centro y de lo que no es el centro. Pasas, por ejemplo, por la calle Oriente, vulgo Luis Montoto, por la acera opuesta al templete que como bien saben ustedes no es el Humilladero del Vía Crucis del primer Marqués de Tarifa, sino el monumento que Sevilla levantó a la Espumosa, a la Fresquita, a esa Cruzcampo tan nuestra que debuta cada día en los mostradores, por eso va de blanco y oro. Pasas por la calle Oriente, por la acera mentada, en el tramo que va desde frente al templete cruzcampeño al Cortinglés de Nervión, y es que te da miedo ver la sucesión de locales vacíos. No vacíos: muertos de risa, que es como se ponen los locales cuando nadie les mete el diente y los fijadores de carteles, ojú, empiezan a poner afiches del Circo Mundial sobre la luna de sus escaparates.
Media Sevilla está en alquiler. Ni EPA, ni IPC, ni afiliación a la Seguridad Social ni nada: esa visión de una Sevilla comercial cerrada y por alquilar es el mejor indicador de que la crisis no ha pasado. Ni mucho menos. Todavía no hemos tocado fondo. Verán cuándo el Santander se ponga a cerrar oficinas, como ha anunciado, la de nuevos locales vacíos que se van a añadir a la nómina, y en los sitios más céntricos.
En Sevilla todo se alquila. Hasta el punto de que tú llegas con la pastora (no la de Cantillana, sino el parné, la manteca, la tela marinera) y el mismo Ayuntamiento te alquila la plaza pública que quieras.
-- ¿Cuál quiere usted, la de San Francisco o la Plaza España?
-- ¿Y la Plaza de la Virgen de los Reyes no puede ser, y así celebramos nuestro evento al pie mismo de la Giralda?
-- No está en catálogo, pero estudiaremos su propuesta. Todo menos que se vaya usted a celebrar su evento en la terraza del Hotel Doña María, que paga sus impuestos, su IBI y mantiene sus puestos de trabajo. ¡Hasta ahí podíamos llegar, que el Ayuntamiento dejara de hacerle la competencia a la iniciativa privada!
El otro día celebraron por todo lo alto la cena de un congreso o algo así en la mismísima Plaza de España, alquilada por el Ayuntamiento. Si esto no es competencia desleal a la iniciativa privada, que venga Don Espadas y me lo explique. ¿A qué lugar de eventos que paga sus impuestos le quitó ese negocio el Ayuntamiento, alquilando la Plaza de España? ¿A Villa Luisa, a la Casa Guardiola, a la Casa de los Salinas? Evento en lugar público alquilado por el Ayuntamiento es ingreso que se le quita a la iniciativa privada apoquinante de impuestos. Por ejemplo, a tantas haciendas de olivar del alfoz de Sevilla, mantenidas primorosamente por sus propietarios a base de arrendarlas para la BBC: bodas, bautizos y congresos.
Ayer pasé por la Plaza de San Francisco, y al igual que otras veces estaba ocupada por un casetón del Virrey Pulido, esta vez eran pequeñas carpas para la exhibición de los nuevos modelos de una marca de automóviles. Hasta un camión había. Esto de presentar coches nuevos se hacia antes en la Casa de Pilatos, en El Esparragal; incluso en Zahariche presentó Lamborghini su modelo Miura. Es decir, que con esas carpas de los coches nuevos en plena Plaza de San Francisco (y eso que están montando ya las portadas del Corpus y todo), el Ayuntamiento, haciéndole la competencia, le ha quitado el negocio a unos señores particulares. Tú llegas con dinero y el Ayuntamiento te alquila lo que quieras. Como se enteren los calonges, capaces son de alquilar el Patio de los Naranjos para primeras comuniones. Como que estoy por presentarme en el Ayuntamiento y pedir que Don Eapadas me alquile su sillón de alcalde. Por un ratito solamente, lo cual no creo que tenga una tarifa muy alta. ¿Para qué? Pues para hacerme un selfi en el sillón del alcalde. Ah, y que me alquile también el bastón, para la foto. Seguro, además, que por eso no te cobran más allá de 100 euros los 10 minutos de hacerte la foto de cachondeo.
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