ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC,  8 de noviembre de 2016
                             
 
1939:  foto de Serrano I, brazos en alto
2016: foto de Serrano III, cámaras y teléfonos móviles en alto

1939, brazo en alto; 2016, móvil en alto

 Se acordarán que Juan José Serrano Becerra, jefe de Fotografía de esta Casa, que es la de su familia desde hace tres generaciones, ganó el último Premio Mingote por una fotografía comparativa con otra que había hecho en 1930 su abuelo, Juan José Serrano Gómez, Serrano I en esta dinastía que pasó de la Leika a la Rolleiflex y ahora a la cámara digital. Serrano I retrató al Rey Don Alfonso XIII en la Semana Santa de 1930, en los palcos de la Plaza, dando la venia a los nazarenos de la Carretería. Serrano III, casi con el mismo encuadre que su abuelo, en la Semana Santa de 2015 retrató al bisnieto de Don Alfonso XIII, a Don Felipe VI, en el Palquillo de La Campana, conversando con el mismo borbónico gesto con unos nazarenos de la Redención.

En el triunfal regreso de Jesús del Gran Poder a su templo en la mañana del domingo, Serrano III, o sea, Serranito, podía haber vuelto a ganar perfectamente el Mingote por una fotografìa del mismo corte. Serrano el Viejo, Juan José Serrano Gómez, el padre del "Nene" Serrano, de Juan José Serrano Díaz, padre de Serranito, retrató al Gran Poder en su paso cuando en procesión extraordinaria de regreso a su templo salía por la Puerta de San Miguel la tarde del 7 de mayo de 1939, tras presidir en la Catedral un triduo de acción de gracias por la terminación de la guerra. Esta foto del Señor hecha por Serrano el Viejo es muy conocida en los libros de historia de la Semana Santa. Pues mientras sale el Señor en su paso (la vez primera que lo hizo dándole el sol, como volvió a darle por segunda vez el domingo), todo el público alza el brazo derecho y extiende la mano en el saludo a la romana impuesto por los vencedores de la guerra (que no si sabrán que la guerra la ganaron los nacionales, aunque los manipuladores de la Memoria Histórica están empeñados en hacernos creer lo contrario y hasta que no ganen la Batalla del Ebro no van a parar). En la foto de Serrano I, el Gran Poder sale en aquella España victoriosa del "alzad los brazos, hijos del pueblo español" entre los saludos a la romana de una Falange que, despojada de su fundacional contenido revolucionario, fue utilizada por Franco como fachada estética y simbólica de su dictadura.

El domingo, Serrano III se colocó en el mismo lugar que su abuelo e hizo la misma foto del Gran Poder saliendo por la Puerta de San Miguel a la luz del día: a la Luz que Él creó. Y, como en 1939, se alzan los brazos ante el Señor. Pero no porque el Regimiento de Infantería Granada número 6 esté tocando la Marcha Real, como entonces, y reciba el obligatorio saludo de los brazos en alto. En plena y bendita democracia, vemos en la foto de Serrano III que mientras sale el Gran Poder se alzan los brazos desde el público. Pero no extendidos y con la mano abierta, sino con los teléfonos móviles para retratar al Señor o hacerle un vídeo. No es el saludo a la romana, sino a lo Android o a lo iPhone. La comparación de las dos fotos es algo más que un retrato de época: es el paso del siglo XIX (como al fin y al cabo fue la fratricida guerra civil) al XXI. Sólo permanece igual Quien tiene que permanecer: el Vencedor del Tiempo, el Señor de Sevilla, en su mismo paso histórico.

Y así fue el Gran Poder durante todo el recorrido. Si en 1939 saludaban al Gran Poder brazo en alto, ahora decenas de miles de manos le han tributado el homenaje de la foto o del vídeo, móvil en alto. El himno de los flashes cantaba: "Alzad los móviles, hijos del pueblo español", que pasa el Gran Poder. ¿Cuántos gigas de fotos y de vídeos se le harían el domingo al Señor como una ofrenda de nuestro tiempo? ¿Cuántos cientos de miles de fotos y de vídeos se habrán recibido en los teléfonos móviles por WhatsApp, se habrán subido a las redes sociales? Si el silencio y la oscuridad de la Madrugada también rezan, ni te digo esos teléfonos móviles echando humo en la mañana, como incensarios digitales en honor del Gran Poder. Cambio que Serrano III ha sabido retratar como nadie al repetir 77 años más tarde la famosa foto de los brazos en alto de su abuelo.

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