ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla  14 de noviembre de 2016
                             
 

¿220.000 o 1 millón?

 Al presentar el documento que recoge las líneas pastorales del Arzobispado para los próximos cinco años y refiriéndose al final del Jubileo de las Hermandades en el Año de la Misericordia, dijo don Juan José Asenso sobre la presencia de Jesús del Gran Poder una frase que me recordó un verso imborrable de Florencio Quintero a su Virgen de la Caridad del Baratillo. El poeta popular ahora injustamente olvidado escribió que por la cara de su Dolorosa baratillera caían "Guadalquivires de pena". (¿Se inspiró Paco Lola en este verso, en los Guadalquivires de pena del hermoso rostro de la Virgen de la Caridad, para titular su marcha "Caridad del Guadalquivir"? Ahí queó.)

La frase de monseñor Asenjo que me ha hecho recordar a Florencio Quintero fue lo que dijo del Gran Poder: en torno al Señor hubo una "auténtica catarata de fervor y fe". Ahora, al cabo de una semana de algo tan irrepetible y tan grabado en la memoria que parece que acaba de ocurrir, pienso en esa "catarata", en la que no se confundió en lo más mínimo "la piedad popular con la afición a lo cofrade". Con el Gran Poder en la calle no había afición alguna a lo cofrade, ni gente cangrejeando, ni criticones de andares de cuadrillas, ni sensibles comentando a pie de respiradero la obra de un vestidor. Estaba en pie la fe de un pueblo en su Señor y Sanseacabó con el de San Lorenzo.

Miro las fotos que ahora se publican, tomadas desde las alturas, de aquella "catarata" que fue aforada oficialmente en 220.000 personas, cifra que no es de "catarata": no es ni del bajante de la Catedral. ¿220.000 personas esa "catarata de fe"? ¿Por qué no 221.000 o 219.000? ¿Quién la ha aforado? ¿Cómo? Quien lo haya hecho, ¿vio cómo estaba la Puerta de San Miguel, que la gente llegaba a Correos? ¿Vio la Punta del Diamante, con el doble del triple de gente que cuando a la Virgen de los Reyes le da el primer sol de agosto en aquella esquina? ¿Vio la Plaza Nueva? Y no sigo citando aglomeraciones del recorrido, eso sí, sin un solo incidente, sin apenas vallas, con la suprema sabiduría secular de la bulla del sevillano, sin que tenga que venir nadie "a atajar la calle/ que no pase nadie". No sigo citando puntos de bulla grande y ordenadísima en la mañana gloriosa del regreso del Gran Poder, porque probablemente usted Lo vio en alguno de ellos y vivió cuanto digo.

Y con esas fotos de las grandes bullas en la mano, me pregunto: ¿sólo 220.000 personas viviendo la fe en el Gran Poder, cuando en El Rocío, con mucha menos gente delante de la ermita, citan cada año el famoso millón? ¿Cómo midieron esos 220.000 sevillanos o devotos venidos de fuera, emocionados por el andar del Señor en su paso doblemente dorado por el sol? Para aforar a esos 220.000 sevillanos ante el Gran Poder, ¿se aplicó el "rociómetro" del millón famoso de la aldea de su Madre la Reina de las Marismas, o un baremo distinto? Es que si en el Rocío hay cada año un millón de personas viendo a la Virgen, con esa vara de medir, emocionándose ante el Gran Poder hubo por lo menos dos millones. Y eso sin exagerar. Para que no digan que los sevillanos somos unos exagerados. El que estaba "exagerao" de impresionante, moviendo a la fe y a la devoción, a la oración y a la lágrima emocionada, era el Señor de Sevilla. Que siempre está "exagerao", por decirlo con ese piropo sevillanísimo de ponderación de la excelencia.

No creo que viendo al Gran Poder hubiera sólo 220.000 personas. Esto me recuerda, para mal, lo de las manifestaciones, que siempre dicen: "Hubo 30.000 personas según los organizadores, 3.000 según la Policía Local y 300 según la Delegación del Gobierno". Yo, con el recuerdo de aquella mañana tan reciente que me parece que, como una buena media verónica, aún no ha terminado, digo que eso de los 220.000 sevillanos con el Gran Poder será según los organizadores de las vallas y esas cosas. Si le aplicamos el "rociómetro", en las calles del recorrido del Gran Poder había hace dos domingos lo menos millón y medio de personas. Y eso, tirando corto...

 

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