Yo tenía que haber escrito este artículo sobre Julio Martínez Velasco ayer, pero se me metió por medio Rajoy, como liebre que se nos cruza de noche en la carretera. Sobre nuestro Julio querido, cuya bonhomía ya han resaltado los queridos Robles y García Reyes. Vengo, pues, como marginal tras el elogio que ambos dedicaron al que durante tantos años escribió en ABC los famosos "Marginales", con la grandeza periodística del anonimato de aquella sección sin firma. Dejo intencionadamente al margen al creador de la "Pipirijaina del Titirimundi", al decano de la crítica teatral o al autor de "Curiosidades de la Semana Santa". Y al que fue uno de los cinco jóvenes catedráticos de sevillanía que enseñó la Semana Santa al Padre Cué y a los que dedicó su "Cómo llora Sevilla": "Julio Martínez Velasco («Julio, que es poeta y habla poco, me interpretaba lo lírico»); Manuel Ferrand («Manolo, que es pintor, me colocaba en el ángulo preciso de la perspectiva exacta»); Juan Delgado Alba («Juanito me animó a escribir leyéndome aquellos días un precioso artículo suyo publicado en «El Correo» y que se titulaba "Flores sobre el palio"»); Joaquín González Moreno («Joaquín, que conoce los rincones de Sevilla y tiene audacia juvenil para conseguirlo todo, conquistaba el balcón estratégico y abría las puertas cerradas»), y Carlos Acedo Romero («Carlos ponía en aquel grupo simpático la fina e indispensable gracia andaluza contando chistes y riéndose más que nadie»)".
Dejo al margen a ese Julio para centrarme en el que más conocí y traté. El que de la mano de Manuel Ferrand, su compañero del alma y de banca en Villasís, su lazarillo por el azaroso mundo de la literatura y el periodismo, llegó a la larga mesa de Redacción de ABC en la calle Cardenal Ilundain en 1968 como confeccionador de las páginas de huecograbado en aquellos años de maquetas de papel y señales al dorso de las fotos con la diagonal de su proporción.
Julio venía de una cantera de jóvenes periodistas sevillanos a la que la Historia no ha hecho justicia: del semanario "Novedades", que editaba Julio González Cabañas. Lo más granado y prometedor del periodismo sevillano de la segunda mitad del siglo XX surgió de allí. En la colección de "Novedades", que ojalá se guarde en la Hemeroteca Municipal, están los primeros trabajos de Javier Smith, de Manuel Ferrand, de José Antonio Blázquez, de Manuel Alonso Vicedo, de tantos que luego fueron tanto. Y los ingeniosos escritos de Julio Martínez Velasco. Ingenio de autor teatral, de ensayista de enciclopédicos saberes, que pronto habría de encontrar un cauce: la sección "Marginales" de ABC. Que eran como gregerías de Gómez de la Serna a la sevillana, con crítica local en tiempos de censura. Por los "Marginales" se escapaba con la destructora arma del humor la crítica que no podía hacerse en una información o un artículo. Los "Marginales" los creó Joaquín Carlos López Lozano al llegar a la Dirección del ABC. Los puso en la columna de salida de la página del dibujo humorístico diario de Juan Carlos Alonso. Cuéntase que los primeros, sin firma como todos los que les siguieron, los escribió el mismísimo Joaquín Romero Murube. A quien se atribuye una frase-emblema de la sección, parecida al "Hablaremos del Gobierno" de Tip y Coll: "Que no le falte agua al elefante". ¿Qué significaba aquello? Cada lector le daba su interpretación, si era contra el alcalde o el gobernador civil. Tras Romero Murube, pasó a escribir los "Marginales" el redactor don Benigno González, comandante de Infantería y ayudante del capitán general Castejón, que se ocupaba de la información de cofradías y de Cultura. Luego pasamos muchos por la sección, de servidor a Ramón Pi, en las prisas del cierre: "¡Que hay que escribir los Marginales!". Hasta que llegó Julio Martínez Velasco y asumió la autoría diaria, con todo su ingenio teatral y su creatividad y humor. Por su dedicación en el tiempo y por su constancia, Julio consolidó los "Marginales" hasta su final. Por eso, querido compañero que te fuiste, escribo en tu memoria y honor este que puede ser el último "Marginal" en Sevilla: "Pronto habrá más hoteles que turistas". Que tu Cristo del Amor te haya llevado por su Rampla de Salvador directamente a los cielos que ganaste.
BIOGRAFÍA DE JULIO MARTÍNEZ VELASCO
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