ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  16 de febrero de 2019
                               
 

La otra convocatoria

Eran las 10,24 de la mañana. Desde La Moncloa, Sánchez anunciaba la disolución de las Cortes y convocaba elecciones para el 28 de abril. Eso era en Madrid. Justamente lo que el domingo pedía el flamear de banderas de España en Colón: elecciones ya. Pero desde mucho antes de esa hora y de ayer, aquí en Sevilla teníamos otra convocatoria mucho más importante, porque nos llegaba al alma y al corazón, a la alegría. Señores: antes que Sánchez convocara ayer elecciones a las 10,24 de la mañana por los relojes del Cronómetro de la calle Sierpes, en Sevilla ya estaba dando un comunicado oficial la luz, luz nueva, luz abierta y clara del "esto ya está aquí", que nos anuncia los días del gozo. ¿Que con cual de las dos convocatorias me quedo? Con la nuestra, ¿con cuál va a ser? Como tiene que ser. Las elecciones y los gobiernos pasan. La luz de Sevilla queda, luz eterna de los que estamos y de los que estuvieron. Y esa luz ya había reunido a los cabales hace unos cuantos días, en cuanto se fueron los grandes fríos que convirtieron a toda Sevilla en una inmensa esquina de Matacanónigos, y vino pura y limpia, como el aire, como el cielo en el que se recorta la Purísima de Collault Valera en la plaza del Triunfo.

A Sevilla la ha convocado ya a primavera esta luz nueva de un invierno que coge carretera y manta. La luz de los rocieros en la Candelaria. Los almonteños celebran ante su Patrona la Fiesta de la Luz. Luz nueva, ritual, alegre, gozosa, más importante que todas las convocatorias y declaraciones institucionales del presidente del Gobierno. Esta luz nueva que ya la tenemos aquí es como si en el cielo de Sevilla se fijara el cartel de la convocatoria de cultos sagrados y profanos rituales de la primavera. ¿Qué clarín suena en el cielo de Sevilla para que el sol saque el pañuelo de la mano de una Dolorosa bajo palio, cambie de tercio y surja esta luz nueva, el mejor anuncio de los naranjos en flor, de la cera y los capirotes, de tambores y cornetas, de la alegría del albero y de ese campo que se le mete a Sevilla por las puertas con el primer cascabeleo de un enganche a la calesera? Ya ha debido de sonar ese clarín, no de lágrimas de San Pedro, sino de corneta de los primeros ensayos de la Centuria Macarena. Porque ya ha cambiado la luz. Y los duendes de Sevilla, que hasta tienen dedicada su barreduela al final de la calle Jimios como personajes ilustres que son, me han revelado el secreto. Yo sé quién ha traído a Sevilla esta luz recién nacida de los días del gozo: las cigüeñas del viejo cuartel de Caballería en Pineda. O la cigüeña que cada año vuelve a su alto nido de las Atarazanas con la fidelidad de quien renueva el abono de su silla en la calle Sierpes para ver las cofradías.

Ya tenemos aquí a la verdadera luz de Sevilla, que parece como que la cortara, apagándola, la espada de San Fernando, la Lobera, cuando el asistente de la ciudad la porta por últimas naves catedralicias en la procesión de Tercia del novembrino y siempre oscuro y lluvioso día de San Clemente. La anualmente renacida luz del cielo que pintó Velázquez, que se acordaría de ella en Madrid. No nos habíamos dado cuenta, pero la luz, como en el verso ripioso de Machado, ha venido sin saber nadie cómo ha sido. Y en cuanto al otro anuncio, al que menos nos interesa, al de la Moncloa, menos mal que Sánchez ha tenido el paladar de no poner las elecciones en Domingo de Ramos, en el demagógico y tricolor 14 de abril. ¿Se imaginan buscar un colegio electoral en el centro mientras está pasando una cofradía? Y eso que este tío no tiene ni idea de que el Miércoles de Ceniza es el 6 de marzo, para su "pulvis eris" del 28 de abril. Tendremos una Semana Santa con elecciones a la vista. ¿Mira que si los nazarenos, en vez de estampitas, te dan propaganda electoral? Pero disfrutaremos de una Feria ya con todo el pescado vendido de la política. La llamada "noche del pescaíto" es el sábado 4 de mayo. Ese día ya sabremos si Sánchez tiene todo el pescado vendido. De momento, haya anunciado lo que sea para el 28 de abril, me quedo con esta otra eterna convocatoria de la luz nueva de Sevilla que nos anuncia los días del gozo. Y que se mueran los feos. Y que se vayan los Okupas de la Moncloa y a ver si dejan de pegar barzones con el Falcon.

 

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