ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  28 de marzo de 2019
                               
 

Sin Langostinogate

Dicen que la ironía da mal en la radio, que no se entiende. Pues anda que en la Prensa... Hay veces en que me gasto un cachondeíto fino marca de la casa, de la guasa sevillana antigua de decir completamente en serio los asuntos más de pitorreo, y algunos lectores se lo toman tan al pie de la letra que se creen que la humorística ficción es verdad. "Dicho lo cual", que se aclara en Tertulianés, añadiré que lo de la cena en la sanluqueña Casa Bigote de los excelentísimos señores consejeros de la Junta no tiene perdón de Dios. ¡Cuidado que cenar en Sanlúcar y no probar ni un langostino! No digo ya chupar las cabezas (que a efectos crustáceos era un pueblo muy feo, según Picoco), sino ni siquiera verle el bigote a un langostino. En Casa Bigote no hubo más bigote de langostino que el nombre del restaurante. Que como se trataba también de conmemorar lo de Magallanes, pues de momento Casa Bigote ha dado ya la vuelta al mundo, aunque sea el mundo de la política andaluza y de la oposición, que estaba con la escopeta cargada, esperando poco menos que saliera una como la famosa Foto de la Mariscada en Bruselas que tanto juego dio. Lo del presidente Moreno no tiene, como digo, perdón de Dios: ir a Sanlúcar y no tomar ni un langostino es como ir a Arcade y no probar una ostra; ir a Ayamonte y no catar la mojama; ir a San Fernando y no degustar las bocas de La Isla, o ir a Casa Ricardo y no tomar croquetas. Y todo por el qué dirán.

Y no digo ya los langostinos, sino ninguno de los humildes y sabrosísimos platos de sanluqueño cuchareo fueron catados por los consejeros, no fueran a liarle la del tigre. Con decir que no probaron la sopa de galeras está dicho todo. O el arroz caldoso, que es un arroz de ida y vuelta, como los cantes indianos, pues no es otro que el "asopao" de Puerto Rico o de la Nueva España pasado por los galeones de la Carrera de Indias. Nada, los consejeros cenaron un menú de pobreterío, de tiesos absolutos: acedías, chocos y papas aliñás, más un postre de torrijas y helado, me imagino que de La Ibense, el que lleva Pedro Ximénez. ¿Para esto se va a cenar a Bigote? Hombre, para eso se queda uno en la maravillosa Sanlúcar interior que hay en Sevilla, donde en Casa Inchausti de La Moneda o en el Bajo Guía del Baratillo puedes encontrar lo mejor del mundo, gloria bendita, sin meterte en carretera ni pagar peaje en la autopista.

¿Y los hoteles? ¿Usted cree que es serio que todo un excelentísimo señor consejero de la Junta pernocte en un cuarto de hotel que le cuesta 35 euros? ¿Durmieron en hoteles o fue en albergues de estudiantes, en literas, en plan Erasmus? Por 35 euros no duermes tú en Sevilla ni en los bancos del Parque, lo juro. Una mierda de hoteles, de llegar con maleta de ruedas arrastrándola por la acera, y no de coche oficial y de rango acorde con el cargo. Que no se olvide que nos representan a todos los andaluces y yo no sé la suya, pero mi dormida vale bastante más de 35 euros. ¿Hay Fonda del Peine en Sanlúcar? Pues por lo visto, hayla, y la pusieron en ocupación plena. O será que como Juan Marín es de allí, sanluqueño de toda sanluqueñidad, le hicieron precio en el hostel, pensión, fonda o lo que fuere, pero aquello ni era el Hotel Guadalquivir ni Los Tartaneros.

Y no quiero sublevar a mis lectores antequeranos, pero no hay derecho a que el Consejo de Gobierno se desplace a Sanlúcar y le hagan la propaganda a Casa Bigote (como se la pudieron hacer el Mirador de Doñana) y en cambio se reuniesen antes en Antequera y no fueran ni para tomarse una porra antequerana, manjar que le echa la pata por maravilloso al gazpacho y al invasor salmorejo. Finalmente, como idea de promoción gastronómica no me parece mal esto de celebrar Consejos de Gobierno fuera de Sevilla y con cena previa. ¡Ánimo! El próximo, en Almonte, con filetón de vaca mostrenca marismeña. Y el siguiente, en La Carihuela, con espetos. Y el otro, en Cazalla, con guarrito en adobo. Y luego en Córdoba, con flamenquines y salmorejo a discreción. ¿Será por promocionar la cocina popular andaluza frente a tanto cuento del alfajor de la nueva cocina de platos cuadrados y camareros de negro, creada por un Chef del Roneo que se cree el Almirante del Mechachis en la Espuma de Mar?

 

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