El Ayuntamiento, como se hace en muchos otros lugares, quiere cobrar una tasa turística por pernoctaciones hoteleras en Sevilla. Según las cuentas que se echan en la Casa Grande de San Francisco, pueden ser siete millones de euros anuales los que saque el Ayuntamiento por este impuesto. Ante el que no se puede estar más que a favor. Sobre todo con este turismo zarrapastroso y guarro en el que muchos tienen puestas todas sus esperanzas y es el que de verdad, mucho más que la población indígena o nativa, estropea, ensucia, llena de basuras, degrada la ciudad. Nosotros pagamos con nuestra tasa de basura la que echan los turistas, y como comprenderán que a eso no hay derecho. Que por lo menos ayuden un poco, con esa tasa, a pagar la limpieza de la cantidad de porquerías que echan por el suelo. Sí, ya sé, el Ayuntamiento la cobra sus impuestos a los hoteles, a los restaurantes, a los bares. Hasta la famosa tasa de veladores es una importante fuentes de ingresos municipales. Pero la tasa turística vendría a añadir un concepto nuevo: el que la ensucia, la limpia y la paga. Yo no sé qué tendrá el turismo, que vas a las ciudades de donde proceden estos señores y te encuentras las calles limpias como los chorros del oro; pero llegan aquí y empiezan tirar al suelo botellas vacías de agua mineral que es una barbaridad. Y luego, aunque no en ultimo lugar, la degradación visual que producen en Sevilla esos tíos en calzonas, chanclas y camisetas de tirantas, que deberían pagar por ir vestidos de mamarracho, que supongo será uno de los conceptos fundamentales en que se base la tasa turística para cobrarla.
¿Pagar entrada por ver Sevilla? Pues sí. ¿No se paga por ver la Catedral o el Alcázar? Pues Sevilla toda, en sí, es una maravilla que les sale a estos señores gratis total, cuando en ese ambiente de la ciudad, en el carácter de sus gentes, tienen uno de los mayores atractivos. ¿Que la tasa turística es como cobrar entrada por ver Sevilla? ¡Qué menos! Admirarse con la Giralda, con un atardecer sobre el río, con una estrecha y silenciosa calle de la Judería de San Bartolomé son tesoros que Sevilla debe preservar y que hasta ahora no le dejan un duro. Al revés: vigilancia, limpieza, iluminación es lo que el Ayuntamiento tiene que pagar por mantener este tesoro.
Aunque tengo una objeción general a la tasa turística. Bien está que el Ayuntamiento cobre la tela marinera, hay que mantener los servicios de Limpieza, de Policía, tantos y tantos. Pero los sevillanos también deberíamos cobrar tasa turística, que somos los que padecemos a los guiáis. Yo también quiero tasa turística ¿Por qué no pagarle un poco de tasa a los vecinos de un edificio donde han tenido la desgracia de que pongan un piso turístico, con todos los escándalos que eso supone, con el tipo de gente que se mete allí, en plan "turispatera"? No basta que la señora que limpia las escalaras haga su trabajo de siempre, no, porque estos invasores de los pisos turísticos son especialistas en dejarlo todo perdido.
¿Y lis sevillanos que hemos de padecer por la zona monumental, y especialmente por el barrio de Santa Cruz, estas turbas turísticas, que nos han estropeado para siempre lo que era el ambiente único de la ciudad? ¿Por qué no inventa el Ayuntamiento una especie de derrama de la tasa turística para que la cobremos, en dinero o en especie, lo que han de pagar estas hordas que dicen que son nuestra primera industria? ¿Por qué no pagar una parte de la tasa turística a los vecinos que, desesperados, han abandonado el barrio de Santa Cruz, donde tan cómodos y contentos estaban, y se han tenido que mudar a otra parte de Sevilla? ¿Y si lo cobramos en especie, que por ejemplo le rebajen el IBI a quien tenga que padecer directamente la invasión turística nuestra de cada día? Así que no puedo estar más favor del cobro de la tasa turística, señor alcalde. Ah, y si el Cepo aforra el Barrio de Santa Cruz como la calle Sor Ángela cuando pasa la Amargura, y echa el cierre cuando allí no quepa ni un guiri más, es que ni le cuento....
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