ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  1 de septiembre de 2019
                               
 

Elogio de la carne mechada

Lamento que haya muertos por medio, o algo tan triste como madres que han perdido a los hijos que esperaban. Pero no puede esperar tampoco la carne mechada en general, a la que se está criminzalizando sin causa justificada. La carne mechada no tiene quien le escriba, ¿quién se va a atrever? No quiero, por tanto, echar gasolina sobre el fuego de unos que se dedicaban a la industria alimentaria con menos papeles que una liebre. Si corren malos tiempos para la lírica, ni les cuento para la maravilla de la clásica carne mechada de nuestras abuelas y nuestras madres, que veíamos en la cocina con aquel como fino estoque hueco con el que entraban a matar en la cinta de cerdo: la aguja de trinchar. Ni quiero encender la mecha para que hagan la plantá y la cremá, como a muchos les pide el cuerpo, de "La Mechá". Nombre que es una ordinariez. Denuncias del Ayuntamiento de Sevilla y de la Junta de Andalucía al margen, me personaba como acusación particular contra "La Mechá" por razones estéticas. Por mal gusto. "La Mechá" me suena a los que, por dárselas de enterados y en las claves ocultas de los ritos, llaman "La Madrugá" a la que para el poeta Rafael Montesinos y cientos de miles de creyentes es "la Madrugada de Dios". Esa ordenariez de "Mechá" me suena a Ostioná, a Erizá, a Pestiñá, a fiesta gastronómica del Carnaval de Cádiz. O a manteca "colorá". La que aquella famosa actriz sevillana de los años cuarenta, más cursi que un guante, por no descubrir sus orígenes de corral de vecinos, cuando desayunaba en los hoteles de lujo y el metre le tomaba la comanda, le preguntaba:

--¿Y no me pueden poner la tostada con mantequilla encarnada?

Que traducido resulta tan ordinario como "colorá" o "mechá". La listeriosis ha dejado a toda la carne mechada imposible para mí y para vos. Dadas las actuales circunstancias, para pedirla en un montadito hay que tener más valor que José Tomás y Roca Rey juntos. Más cornás da la bacteria "listeria monocytogenes". Que, la verdad, así dicha, tan cientìficamente, me suena a Listerine, a colutorio para enjugarse la boca y limpiarla de gérmenes.

La carne mechada puesta en el mercadeo por los desaprensivos de Magrudis, a los que los jueces, que no yo, habrán de calificar, ha producido, aparte de las lamentable muertes y los penosos abortos, algo tan grave desde el punto de vista del patrimonio gastronómico de España. Nos ha quitado de la circulaciòn un manjar exquisito, que nadie se atreve ya a pedir. La carne mechada españolísima de los bocadillos para los trenes con vagones de Tercera es como el pariente pobre del elegantísimo "roast beef" inglés. Das una cena en tu casa y les dice a tus invitados que de segundo hay carne mechada de la abuela y quedas como un cateto. Pero si apagas la luz, no dices nada en Triana, trinchas muy bien ese lomo mechado y lo presentas con su salsita en su fuente de plata como "roast beef", quedas como un lord inglés con castillo y todo. Ay, qué pena y qué dolor. Con la de kilómetros y kilómetros de cinta de carne mechada que hicieron, para lamerse los dedos, nuestras abuelas, nuestras madres y esposas, nunca la palmó nadie. La carne mechada no tenía caídos. ¿Quién le repara ahora a la españolísima carne mechada el daño que le han hecho, y que durará hasta que todo esto se olvide? Y quien dice la carne mechada dice sus primos los chicharrones gaditanos de Casa Manteca, servidos sobre un papel de estraza que le gana al refinamiento de Limoges y de la Compañía de Indias. Gloria, pues, a la carne mechada de toda la vida. Reivindiquemos su mancillado honor. No puede criminalizarse a mogollón algo tan español por culpa de cuatro aprovechateguis sin papeles.

 

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio