Alegre y confiado, me parece que el mundo del toro no está lo preocupado que debería andar por las leyes de Bienestar Animal que lleva en su programa pactado el Frente Popular Social comunista que nos gobierna con el apoyo de los separatistas catalanes y los filoetarras vascongados. En el Neolenguaje que se estila por el nuevo poder, lo de Bienestar Animal debe sonar a chamusquina a los aficionados a la Tauromaquia. Porque puede ser, y ojal me equivoque, un eufemismo para prohibir en toda España las corridas de toros, como han hecho los catalanes, o al menos dejarlas a la portuguesa. A los toros, si nos ponemos realistas, le pueden quedar dos telediarios y cuanto más una generación. Que la SER haya suprimido "Clarín" tras 49 años de emisión, su dominical programa de Manolo Molés, el de las pintorescas sintonías de José Luis el del Serranito, es un símbolo de por dónde pueden ir los tiros en los toros, ante la indiferencia de un munido como el del toreo que dicen los que entienden y saben que tiene a los enemigos dentro.
Digo todo esto en el día del Patrón de los Animales, de San Antón. Sí, el de la historia de aquel pintor tan malo que le preguntaron qué representaba el cuadro en el que trabajaba y dijo: "Si sale con barbas, San Antón; y si no, la Purísima Concepción". Bueno, pues hoy, con barbas, es San Antón, el Patrón de los Animales. ¿Por qué este patronazgo? San Antón fue un monje cristiano. Se dice que nació hacia el año 250 en Egipto, en una localidad que hoy se llama Quemans, en la orilla izquierda del Nilo. Se le atribuyen multitud de prodigios y curaciones milagrosas. Una de las muchas leyendas populares cuenta que San Antón se encontró con una cerda y su pequeño guarrito enfermo, lo bendijo y lo curó. De ahí surgiría la devoción que llevaría a convertir a San Antón en Patrón de los Animales Domésticos. En un principio este tradicional rito religioso incluía, principalmente, la bendición de los animales destinados a las labores agrícolas. Bendecían caballos, mulas, burros o bueyes. Ahora ya no es costumbre bendecir a los animales de las labores agrícolas. Entre otras cosas, porque...¡no vas a bendecir un tractor! Ahora entran prácticamente todos los animales domésticos, especialmente los más comunes, como perros y gatos, o esos más raros que la gente tiene en sus casas, como conejos, hurones y hasta reptiles en sus terrarios, lagarto, lagarto.
Los dueños devotos de mascotas suelen llevar a sus perros, gatos, canarios y todo tipo de animales a recibir la bendición que San Antón otorga y que es garantía de salud y bienestar para todo un año. En Sevilla, que yo sepa, hoy hay bendición de animales en las parroquias del Corpus Christi y de Santa María de las Flores, en la barriada de Pío XII, pero también en muchas más. ¿Que por qué hablo de la bendición de animales por San Antón si he empezado por el peligro que acecha a la Tauromaquia con las leyes de Bienestar Animal que ha anunciado en su programa la autoproclamada Coalición Progresista? Porque hoy, en esas devotas ceremonias de bendición de perros y gatos, sí que se ve la preocupación por el verdadero Bienestar Animal de los que tienen a una mascota en casa, tan bien cuidada que son, de hecho, como alguien de la familia. Hay señoras que tienen más relación con su perro que con sus nietos, sobre todo en familias con problemas de separaciones y custodia de hijos. Cuando en el Corpus Cristi o en Pío XII estén hoy bendiciendo perrunos maravillosos y gatunitos como peluches sí que comprobaremos lo que es el Bienestar Animal de los que verdaderamente se preocupan por estas mascotas como criaturas de Dios que son, reflejo de su grandeza. Y que para muchos son, como digo, de la familia. A esa perrita linda con su mantita de lana escocesa no le cabe mayor Bienestar Animal que la suerte que ha tenido de caer con esas señora que la lleva a que la bendiga Don Jesús Donaire, el párroco del Corpus Christi. Pero este mundo de ternura y de cariño por unas criaturas de Dios trae sin cuidado a los que toman el Binestar Animal sólo como pretexto para ir contra la Fiesta Nacional. Sobre todo porque los toros son un símbolo de la España que quieren destruir.
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