ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 10 de mayo  de 2021
                               
 

Males Inmuebles

Las ganas de cambiar por cambiar que hay. Como el caos que se ha formado con el alarmante fin del Estado de Alarma. Lo digo por las primarias andaluzas del PSOE y las del PP. ¿Por qué quitar a quien lo está haciendo bien en un sitio, sin saber cómo lo hará en otro? Juan Espadas, opiniones aparte, lo está haciendo muy bien de alcalde. Sólo con contener los radicalismos de los podemitas que lo llevaron con sus votos al sillón de la alcaldía ya lleva una buena encima. Y, que se vea, en Sevilla no se han cometido las locuras y demagogias propias de los colegas del tío de la coleta a quien se la cortaron en Madrid. Y nada digo de cómo lo está haciendo Juanma en la presidencia de la Junta. Creyó que llegaba con el escobón para barrer todas las basuras y excesos de casi cuarenta años de gobernación socialista y se encontró, sin comerlo ni beberlo, con la pandemia. Esto es, con la peor peste que han sufrido Andalucía y Sevilla desde que de una de ellas murió el alcalde García de Vinuesa. Con la peor crisis sanitaria y económica que hemos sufrido nunca, más paro todavía en la ciudad donde tanto hay, sobre todo juvenil, y más negocios cerrados en una Sevilla que ha visto en unas pocas décadas desmantelada su industria y languideciendo su economía productiva, jugándose todas las cartas al turismo, a la hostelería, y ya ven cómo hemos estado hasta ahora de tiesos.

El Gobierno de Madrid trata de esquilmar a impuestos, muchos de ellos confiscatorios, a la clase media, sin rebajar, como leyeron ayer, el gasto público. Pero es que en Sevilla pasa en materia de impuestos algo casi más contradictorio. Con toda la crisis encima, con el centro ciudad convertido en un cementerio de tiendas cerradas, con los hoteles clausurados desde hace más de un año, sin recibir apenas cuatro turistas locos de Francia, apuntados en la lista negra de los sitios que no pueden visitar los británicos, con el comercio con la persiana echada y su personal o en el paro o en un ERTE, parece que al Ayuntamiento le traen sin cuidado la penuria y el agua al cuello de sus vecinos sufridores de la criSis. En estos días reciben los sevillanos el aviso de pago antes del 30 de junio de la cuota del primer semestre del Impuesto de Bienes Inmuebles del piso que con tantas fatiguitas se compraron; impuesto que en realidad en estas circunstancias es el de Males Inmuebles. El dueño del local comercial donde estaba el comercio que cerró y lo dejó sin renta tiene que pagar, como si ingresara algo, su Impuesto de Males Inmuebles. ¿No podía el Ayuntamiento haber hecho unas excepciones o moratorias para esta voraz recaudación para seguir con un gasto público como si no hubiera crisis?

¿Y la Tasa de Basuras? Lo más incoherente es que siguen cobrando la Tasa de Basuras al bar o al restaurante que tuvieron je cerrar hace un año, como si siguieran llenado los contenedores de los desperdicios de aquel gran negocio que era... ¿No podía dejarse de cobrar la Tasa de Basura a quien, ay, no puede ni echar basuras, porque está chirrín, chirrán desde que empezó esta hecatombe, ahora sin Estado de Alarma y con 17 caos, 17, más Ceuta y Melilla?

 

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