ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 5 de noviembre  de 2021
                               
 

La esquina de Correos

La esquina de Correos, con sus viejos buzones de mármol con los rótulos de metal señalando los destinos de las cartas, nos recuerda la vieja sevillana del Pali: "En la puerta Correos, miarma,/tú me has citao/para ir a las Lumbreras/por bacalao". En la esquina de Correos, miarma, nos cita ahora a nosotros la evocación de cuántos establecimientos de hostelería hubo allí, desde el viejo Bar Correos de Ángel Balparda antes de los derribos de la Avenida, a La Ibense del sanluqueño Bornay o luego de Hermosilla, el lugar donde desayunaban los canónigos tras la misa capitular de las 10 y donde en Semana Santa ponen el control para que no puedas entrar en la carrera oficial si no llevas tu tarjeta de abonado.

Y con El Pali podríamos ahora cantar: "La esquina de Correos, miarma,/vuelve a la vida,/que ha abierto La Campana, miarma,/ confitería". Así que en nuestros duales sevillanos, ya hay otros dos en materia de confitería histórica: la primitiva Campana de La Campana, la fundada en 1885, en cuyo obrador era pastelero El Conde de las Natillas de la Peña Er 77, la de los escaparates de los nazarenitos y de las torteras sevillanísimas cuando llega la Navidad, y esta nueva Campana que acaban de abrir en la esquina de Correos, donde estaba La Ibense, y que tiene, oh maravilla, veladores a tituplén sin que se los quite el Ayuntamiento. Y como es un calco de la otra Campana, puedes como acordarte de las castas todas del Ayuntamiento que los mandó quitar en La Campana de la esquina de Sierpes cuando te sientas en los veladores de la terraza de Almirantazgo y pides las viejas especialidades de la casa y, cuando es su tiempo litúrgico-gastronómico, los pestiños, las torrijas o las tortas de polvorón. Con esta dualidad, como en el juego de la oca, en la carrera oficial las cofradías irán ahora de Campana a Campana: de La Campana de la decoración modernista y el escudo de España con el lema "Proveedores de la Real Casa" a esta nueva Campana que ha sevillanizado una esquina de Correos frente a la Puerta de San Miguel que durante muchos lustros fue sanluqueña.

Felicito a los dueños de la centenaria confitería que han abierto en la degradada Avenida esta pastelería de toda la vida, con el estilo de la casa. Pero hay más. No soy de centros comerciales, me dan horror por lo difícil que es acordarte dónde dejaste el coche en el inmenso aparcamiento, pero han abierto los emprendedores dueños de La Campana otro tercer establecimiento que les recomiendo, porque es más clásico si cabe que el de Correos. ¿Que dónde? Pues en el centro comercial Lagoh. Allí hasta tienes unas mesas con asientos corridos de gutapercha que te recuerdan a los altos de la vieja Ochoa de Sierpes. Y las cajas litografiadas con el logotipo de la casa, la Campana que está en los cristales pintados de la esquina de la plaza que le da nombre. Camareros de toda la vida, pasteles de toda la vida, el café bien tirado, para algo que en Sevilla se estila poco, como merendar en la calle. No hago propaganda, sino justicia, si digo que La Campana de Lagoh es la mejor cafetería que tenemos en Sevilla. Ah, y también con muchos veladores sin que se los mande quitar el Ayuntamiento.

 

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