ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 30 de noviembre  de 2021
                               
 

El capitán de los montaditos

Pedía el otro día aquí, cuando la calle a Don Otto Moeckel, que los homenajes fuesen en vida, cuando quienes los merecen pueden verlos y disfrutarlos. Y así ha hecho ABC con José María Capitán, el de los 100 montaditos, al concederle su premio a la Trayectoria Empresarial de Andalucía. Está bien traído eso de la "trayectoria", porque el riesgo empresarial que corre todo el que invierte e innova acaba muchas veces como las cornadas que pegan los toros: con dos trayectorias. Una trayectoria de una deuda de no sé cuántos millones a la Seguridad Social y a Hacienda y otra no menor a los acreedores que están en lista de espera en el concurso que presentan tras pegar el barquinazo.

No este habitual caso, sino todo lo contrario, es el del triunfante emprendedor José María Capitán, que como los millonarios americanos, empezó con un chiringuito propiamente dicho (no los que se montan los políticos para colocar a los amiguetes y paniaguados del partido) en la playa de Islantilla. Desde un local de 19 metros cuadrados en Islantilla, ya ven la que ha montado José María, el Capitán de los montaditos, con su empresa Restalia, que tiene ya 700 establecimientos de esa marca y de otras anexas que ha creado. Y ha tenido el buen gusto de incorporar su éxito empresarial y económico a nuestra ciudad, pues he leído que ahora se llamará "100 Montaditos Sevilla Tapas". "Tapa", como "güisqui" en inglés, es una palabra española que se oye en todo el mundo y no necesita traducción. Es Marca España, que Capitán, aun habiendo empezado en una playa de Huelva, ha convertido en algo que nos está haciendo mucha falta: la Marca Empresarial Sevilla.

¿Saben lo del huevo de Colón? Pues lo de Capitán es algo así, sencillo hasta que alguien lo descubre. Su éxito ha consistido en saber adaptarse al mercado. Empezó en Islantilla ofreciendo cien clases de montaditos a cien pesetas cada uno, en tiempos anteriores al euro. Algo tan simple como un panecillo cortado con un fiambre dentro, o una loncha de lo que sea, de lo más imaginativo. Piense usted 100 formas de rellenar un panecillo, que es lo que hizo José María Capitán. Capitán con plaza montada en los ejércitos de la restauración, gracias a su imaginación y al valor que le ha echado. Ha dicho: «Hace veinte años yo estaba en el paro. Y ahora me he convertido en el principal cliente de Heineken y Cruzcampo en Europa. Hemos vendido 250 millones de cervezas, equivalente a 75 piscinas olímpicas. Esa es la fuerza y la ilusión del emprendimiento».

Y algo más difícil, que ha sido el cambio sustancial que Capitán ha introducido en nuestra habla cotidiana. Ya nadie dice "emparedado", que es como se le llamó a esto siempre, sino "montadito". Pero no ha conseguido aún llevar su diminutivo al Diccionario de la RAE. Allí sólo conocen el "montado", que es "loncha de jamón, lomo, etc., sobre una rebanada de pan". Que los académicos descubran el montadito y admitan la voz en el DRAE es la única franquicia que le falta por abrir a este triunfador sevillano, al que felicito y me voy porque me llaman para recoger el mío de jamón entre fotos antiguas de Cádiz enmarcadas en los 100 Montaditos.

 

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